El ya exjugador del Real Valladolid oficializó este sábado su fichaje por el KAS Eupen de la Segunda División belga (Belgacom League). El equipo es propiedad de la empresa catarí Aspire Zone, también dueña del París Saint Germain. En el caso del club valón, se trata de una plataforma de desarrollo para jugadores africanos. Jeffren ha firmado por tres años y contará con compañeros archiconocidos como Diagné (ex Barça B), Rodri (ex Rayo Vallecano), Víctor Curto (ex Real Jaén) o Luis García (ex Real Zaragoza). El propio entrenador es español, Jordi Condom, exjugador y entrenador en etapas distintas del Palamós. Al grupo se suma una nueva cara que, a todas luces, será la estrella del equipo de la provincia de Lieja.
La trayectoria de Jeffren está sufriendo una gradual pero exagerada pérdida de peso en el mercado internacional. Ha pasado de hacer un gol al Real Madrid con el Barcelona y ser tentado por los mejores equipos de Europa a irse por la puerta de atrás de un Real Valladolid en horas bajas, en la Segunda española, para recalar en la División de Plata de Bélgica, de una calidad y competitividad comparable a la Segunda B nacional.
Es entonces curioso ver cómo la mayoría de jugadores que salen del conjunto blanquivioleta lo hacen para no volver a despuntar en el mundo del balompié. Este año, sin ir más lejos, sigue latente el caso de Jesús Rueda, traspasado al Beitar Jerusalén, y el de su compañero en la zaga, Marc Valiente, que recaló en el Maccabi Haifa. No menos extraño es el caso de Bergdich. El jugador franco-marroquí jugó cedido la temporada pasada en el Génova y fue vinculado con el Torino. Es ahora el Charlton Athletic de la Championship quien se ha hecho con sus servicios.
Israel y divisiones menores de Inglaterra y Bélgica han sido los destinos elegidos por las 'bajas' blanquivioletas
Jeffren se une a la interminable lista de jugadores que ven demasiado pronto su final. El interior diestro llegó procedente del Sporting de Lisboa en la temporada 2013/2014, en el mercado invernal tras la 'fuga' de Patrick Ebert al Spartak de Moscú. La afición lo recibió con los brazos abiertos, sabedores de el renombre del jugador bolivariano, sin embargo, con el paso de los partidos su luz se fue apagando. La temporada pasada, a las órdenes de Rubi, apenas contó y sus actuaciones se contaban por abucheos de una parroquia muy enfadada con él por su paupérrima implicación y una grave falta de mordiente y velocidad. Después de numerosas especulaciones que apuntaban a una posible marcha al Tenerife, Jeffren se marcha de la escuadra castellana de una forma muy diferente a como llegó. La región minera de Valonia será su nuevo hogar y el Kherweg Stadium su patio de recreo.