El Real Valladolid mostró cosas positivas en su victoria ante el Alcorcón, pero también algunos agujeros a tapar y errores que no puede cometer si desea seguir sumando victorias y estar en la parte alta de la tabla. Tres puntos, con conatos de lo que quiere Gaizka Garitano de su equipo, y aspectos que el técnico vasco debe mejorar. Antes todo, destaca el estreno goleador de un Juan Villar que demuestra que no le viene grande la categoría, el buen hacer de Kepa Arrizabalaga en portería y la movilidad de un Alfaro que recupera la sonrisa. Por el contrario, la desconexión del centro del campo sigue siendo un problema latente, puesto que ni André Leao ni David Timor supieron llevar la manija.

Mago y delantero centro

Juan Villar consiguió abrir la lata del Real Valladolid esta temporada, actuando primero como delantero y después como extremo diestro. Estuvo de diez, el onubense, y brilló en su primer día en Zorrilla. Pero también dio una asistencia, a Óscar, que mostró su evolución de estas últimas temporadas. El salmantino, mago conocido ya a orillas del Pisuerga, como el buen vino, ha ido mejorando con el paso de los años. Su capacidad goleadora no era tan destacable temporadas atrás, es algo que ha ido desarrollando con el paso de las primaveras, y dota al conjunto pucelano de una arma ofensiva más.

Óscar anotó el segundo del Pucela, y lo hizo rematando en el área pequeña. Más allá de sus pases, sus filigranas y asistencias, el salmantino le regala al Real Valladolid algo que no todos los equipos tienen: un futbolista que llegue desde la segunda línea hasta posiciones avanzadas y busque el remate. Y es algo que ha ganado en los últimos cursos, pues Óscar nunca ha destacado por ser un rematador de área, algo que es ahora mismo, además del mago de Zorrilla que encandila cada domingo a la afición. Además, se le vio también, ante el Alcorcón, participativo en la presión, corriendo más de lo habitual, en lo que va a ser la tónica de Garitano durante la presenta campaña.

En el esquema del vasco, quizá, el salmantino baja menos a recibir, y espera el cuero algo más arriba, algo que tiene visión positiva y negativa. Por un lado, tener a Óscar más cerca del delantero facilita que se asocie con él, busque a los extremos y llegue a posiciones de remate; y por otro, si el centro del campo no está acertado en la construcción, apenas hay opciones para crear fútbol, y el pelotazo largo termina por ser la mala solución a un ataque sin elaborar.

Foto: Real Valladolid

Desaparecidos en la medular

Precisamente, el centro del campo fue el talón de Aquiles del Real Valladolid. André Leao sigue muy perdido, muy lento a la hora de sacar el cuero e impreciso en pases cortos que se presentan sencillos para un jugador de sus características. Lejos queda esa versión de constructor que dio en el primer encuentro de la temporada pasada, ya ha llovido desde entonces, y sigue sin reaparecer aquella versión, puede que fuese tan solo una ilusión. Y David Timor no es un constructor, no es quien puede llevar la manija, aunque lo intenta, pero no es ese director que sí es Álvaro Rubio. El valenciano pone todo su empeño, se desfonda en lo físico y es un gran complemento. Con llegada a área rival para disparar potente, con trabajo y brega defensiva y muchos kilómetros recorridos. Que vea una amarilla suele ser habitual, pues siempre va al límite.

Pero si no se entiende con André Leao, sucede lo que sucedió ante el Alcorcón. Los alfareros dominaron el centro del campo, bloquearon el pucelano, y durante muchos minutos tuvieran el encuentro en su lado. La solución llegó en forma de expulsión, pero no siempre será así, y ahí Garitano tiene un grave problema. La única alternativa, a la espera de fichajes, es Álvaro Rubio, y aunque el riojano demuestra cada vez que entra que es capaz de realizar la labor de construir el juego de su equipo, su físico no le permitirá estar al pie del cañón todos los encuentros, tendrá que regularse. De ahí la importancia de que Braulio acierte en el cuarto centrocampista y sea un futbolista capaz de llevar el peso ofensivo del Real Valladolid.

Rubio ingresó al terreno de juego en los últimos minutos, y su posición merece ser analizada. En un especia de trivote, pero con libertad para recorrer metros, el riojano se dispuso de interior zurdo, mientras que André Leao era el interior diestro y Timor el que sostenía el centro del campo. Extraño, cuando durante la temporada pasada era el luso el más retrasado, Timor el que aparecía por la izquierda, y Rubio por la derecha. Además, el riojano apareció bastante cerca de la banda zurda, por donde percutía Mojica, que completó buenos minutos de lateral sin trabajo defensivo.

Alfaro, todoterreno

Por último, cabe destacar la actuación de Alejandro Alfaro, que regresaba a la competición después de una inoportuna lesión en la primera jornada, y del que se espera mucho esta temporada. Partió por banda izquierda, pero apenas la pisó. Se asoció muy bien con Mario Hermoso, al que todavía se le ve algo nervioso en sus subidas, ya que no apura la banda demasiado y suele mandar centros algo lejanos, cuando sería ideal recorrer unos metros más antes de lanzar el envío al área. Regresando a Alfaro, el onubense cayó al centro, donde ejerció la tarea de constructor del juego, dada la inoperancia de la dupla Leao-Timor. Se encontró con Óscar, movió el cuero y cuando Mojica estuvo ya sobre el verde, le dejó muy bien el espacio para que llegara en profundidad.

Está claro que aún le queda por mejorar, pero las buenas sensaciones que dejó hacen ser optimistas a los aficionados del Real Valladolid, que en él pueden ver un líder en el aspecto ofensivo, y una pieza más en el entramado de presión que teje Gaizka Garitano. Conatos de un vistoso Real Valladolid que han de perfeccionarse y convertirse en el rodillo que quiere el técnico vasco, con seguridad defensiva, ejercida por un gran Kepa Arrizabalaga, que además de parar, manda a toda su defensa con constantes indicaciones; y con velocidad y chispa en ataque, donde las piezas comienzan a entenderse. Resta mucho por perfeccionar, pero al menos, los puntos ya empiezan a llegar y la derrota queda en el olvido. La próxima jornada, una nueva prueba y otra victoria que buscar.