Después de todo un verano con una plantilla escasa, taquillas vacías en el vestuario y casi más presencia de jugadores del filial que del primer equipo, al fin Gaizka Garitano ha visto completado su plantel para acometer el reto para el que se le contrató: el ascenso. El técnico vasco ha sido siempre consciente de los apuros económicos que atraviesa la entidad, además de que hay varios competidores en Segunda con más potencial dinerario que el castellano, de modo que habría que apurar los últimos momentos del mercado para complementar el grupo humano que va a liderar el ex del Eibar esta temporada, a falta de refuerzos invernales, para los cuales se ha ahorrado parte del presupuesto.

El 31 de agosto se hizo oficial que Tiba, Moreno y Rubio reforzaban la plantilla pucelana, un centrocampista creativo y dos delanteros, que dan más recursos a un Real Valladolid que andaba algo escaso de poderío ofensivo. Del Moral y Varela, llegados también unos días antes del cierre, provocan que el entrenador no haga las convocatorias con todos sus hombres disponibles y algún jugador del B, como ocurrió en la visita a Córdoba a causa de la lesión de Alfaro, sino que tenga que elegir semanalmente qué jugadores se quedan en casa.

Una defensa sin dudas

Los momentos que Garitano dedique a pensar en qué grupo confiar y a quién desconvocar, siempre que todos los elementos del vestuario estén a su entera disposición, no tendrán mucha complejidad en la línea defensiva. "Valoramos todo, pero tenemos dos laterales derechos, tres centrales, Mario y Mojica; junto con la gente del filial. Con la polivalencia de Chica, Mario ha jugado de central, Timor también puede. Al final tienes que asumir algún riesgo en algunas posiciones", afirmó Braulio al ser preguntado por la retaguardia, que solamente cuenta con seis integrantes natos más el comodín de Mojica.

Raro sería, pues, que Chica, Moyano, Hermoso, Juanpe, Marcelo Silva o Samuel se quedaran fuera de la lista por decisión técnica, más allá de estrategias como evitar la acumulación de amonestaciones o proteger de molestias físicas. El Real Valladolid ha asumido riesgos en esta línea en busca de crear un mejor entramado en ataque, así que el Pucela tendrá que confiar en que ninguno de estos jugadores sufra una lesión de consideración.

Un centro del campo variado

La marcha de Sastre dejó al equipo sin un hombre de presencia defensiva en la medular, aunque dado su rendimiento y posición no fue ningún drama, ni mucho menos. Rubio y Timor tienen un corte más posicional que creativo, especialmente este último, que gusta más del contacto y de la brega que el riojano, que la pasada campaña incluso aparecía en campo rival con presencia en ataque. André Leao, en principio, atesora una mayor imaginación que sus compañeros, pero lo cierto es que se suele solapar con el valenciano y el centro del campo no funciona.

Así, ha llegado a Valladolid un compatriota del '8', que a su vez fue decisivo para su fichaje. Se trata de Tiba, que debería ser una opción más ofensiva para Garitano, que llega a Zorrilla con ritmo de trabajo, pues llegó a ser convocado con el Braga luso, aunque sin gozar de minutos. Pese a ello, es probable que sea él el descartado por Gaizka durante las primeras semanas, ya que tardará varios entrenamientos en coger rodaje y automatismos de juego para acoplarse a lo que su nuevo mandamás quiere.

Polivalencia en las bandas

Alfaro, Villar, Mojica, Guzmán y Manu del Moral son los llamados a pelear por los dos puestos en los costados del Real Valladolid. Son los dos primeros quienes más protagonismo han tenido en pretemporada, mientras que el colombiano es un recurso muy preciado para el cuerpo técnico, consciente de que con su endiablada velocidad, ya en el lateral, ya en el extremo, pueden resolver encuentros atascados, como ocurrió hace unos días en la victoria sobre el Alcorcón. Guzmán, polivalente y conocedor de la Segunda división, cuenta con un buen manejo del balón parado, por lo que también será un recurso a tener en cuenta.

En cuanto a del Moral, el ex de equipos como el Getafe, Sevilla y Eibar, donde coincidió con Garitano, parece ser el que parte en desventaja. Es cierto que no solo puede formar en las bandas, ya que ha logrado buenos registros goleadores tanto de punta como de segundo delantero, donde tendría que competir con un jugador del pedigrí y trayectoria pucelana como Óscar. Más allá de la posición en la que vaya a desempeñarse, el jienense ha estado varias semanas entrenando por su cuenta, pero sin balón, así que a pesar de estar físicamente a tono, así que presumiblemente sea uno de los primeros descartados, al menos hasta que adquiera ritmo de entrenamientos.

La delantera de los recursos

El sistema 4-2-3-1 es el favorito del entrenador, aunque en esto del fútbol nada es fijo y nunca se sabe cuándo puede cambiarse la pizarra. Si el míster se inclina por su apuesta más habitual, Moreno, Rodri y Rubio buscarán ser el elegido para formar la punta del ataque vallisoletano. El primero de ellos es el más parecido al prototipo de ariete, diestro en los balones aéreos y con corpulencia en el área, siendo Rodri el más habilidoso en el desmarque y el chileno quien cuenta con una mayor capacidad de combinación.

Rubio, cuyo padre estuvo cerca de vestirse de blanco y violeta hace unos años, jugó el pasado domingo 75 minutos con el filial del Sporting de Portugal, así que está ya listo para competir, a falta de asimilar los conceptos tácticos de Garitano, aunque esta adaptación siempre es más fácil en un delantero que en un jugador de posición más retrasada. Dado que Erick Moreno afirmó en su propia presentación estar algo carente de minutos y ritmo, seguramente sea el colombiano quien tenga menos protagonismo en ataque, al menos a corto plazo, dado que Rodri ya lleva varias semanas trabajando con sus compañeros.

De nuevo, estas suposiciones dependen del estados de forma y lesiones, especialmente con esas sobrecargas tan propias de las primeras jornadas de competición tras el verano, pues los músculos se resienten de la carga física aplicada durante las semanas de preparación. Una vez vaya avanzando la Liga Adelante y toda la plantilla esté a punto tanto física como tácticamente, llegará el verdadero quebradero de cabeza para el técnico del Real Valladolid, que tendrá que acometer esa difícil decisión de elegir cuidadosamente los 18 miembros de sus convocatorias y qué tres jugadores no entrarán en sus planes. Si no hay lesiones o sanciones, los días antes de los encuentros serán la particular jornada de reflexión de Gaizka Garitano.