A pesar de que la pesadilla del conjunto pucelano lejos del estadio José Zorrilla comenzó en el mes de febrero, con la derrota ante el Tenerife por 2-0 en aquel encuentro en el que la expulsión de Jonathan Pereira marcó el partido, el choque que marca el devenir del conjunto de la capital del Pisuerga en la pasada temporada 2014-2015 es el que juega en Ponferrada.

El Real Valladolid vuelve al lugar del crimen. Vuelve a El Toralín con la esperanza de borrar el mal resultado y, sobre todo, la mala imagen del año pasado pero es sabedor de que el equipo que tiene delante es fortísimo en casa y que sus aspiraciones de conseguir entrar en el playoff, que es el objetivo de los bercianos esta temporada, pasa por sacar el mayor número de puntos posibles en su feudo.

Una tarde aciaga

Tarde del 22 de marzo de este año 2015. Estadio de El Toralín, el conjunto de Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ viajaba hasta tierras leonesas con el objetivo de conseguir los tres puntos para no decir adiós, casi definitivamente, a un ascenso directo por el que pugnaban Real Betis, Girona, Sporting de Gijón y Las Palmas. Los pucelanos se plantaban sobre el césped del santuario berciano con un trivote formado por Timor, André Leao y Lluís Sastre y sin delantero (con Óscar de nueve) que dejaba patente el miedo de su entrenador con respecto al cuadro de Manolo Díaz y que hacía ver a todo el mundo el carácter timorato del propio ‘Rubi’.

Un gol de Berrocal en el primer tiempo y otro de Yuri en el segundo provocaron que el Real Valladolid comenzara a decir adiós al ascenso directo

El choque se convirtió en un cúmulo de despropósitos que comenzó con un gol de Berrocal en el minuto nueve, ante la pasividad de una defensa pucelana completamente atorrijada y terminó con un tanto de penalti de un Yuri que vuelve a apuntar esta temporada, y en esta ocasión, a la portería que defiende su excompañero, Kepa Arrizabalaga. Una tarde aciaga porque se pudo ver a un Pucela apático, que apenas inquietó la portería rival, sin alma que parecía no ser consciente de que el ascenso directo pasaba por conseguir los tres puntos esa aciaga tarde que quedó en el recuerdo, para mal, de todo aficionado pucelano que contempló la barbarie.

Otro Real Valladolid sobre el césped

Se espera, en lo que a los aspectos deportivos y tácticos se refiere, un Pucela totalmente distinto el próximo domingo al que saltó al césped del estadio berciano el pasado mes de marzo. El 4-5-1, con trivote, del de Vilassar de Mar, que tan poco resultado ofreció la campaña pasada pasará este domingo, a no ser que Gaizka Garitano sorprenda, a un 4-2-3-1 en el que la actividad por bandas de Juan Villar por la derecha y Alfaro o Guzmán por la izquierda se antoja mucho más decisiva que la de un Hernán Pérez desconocido aquel día y un Mojica que tras recuperarse de su lesión tenía más puesta la cabeza en la lista de José Pékerman para disputar la Copa América que en conseguir el ascenso.

Este año se espera un planteamiento más atrevido por parte del entrenador del Real Valladolid

La presencia de un nueve, ya sea Rodri, el propio Juan Villar como en el encuentro de la segunda jornada ante el Alcorcón, o el nuevo fichaje Diego Rubio proporcionará mayor movilidad en ataque al conjunto pucelano de la que tuvo la temporada pasada en el encuentro anteriormente citado, con el objetivo de conseguir que el cuadro local no esté cómodo y no se vaya al ataque con ligereza sabedor de que los blanvioletas son mansos en lo faceta ofensiva se refiere, como ocurrió en marzo.

Con mentalidad diferente

El Pucela llega también con una mentalidad muy diferente a la del año pasado. Solo es, aún, tercera jornada de una Liga Adelante sumamente dura y sobre todo larga, y el equipo viene de ganar al Alcorcón con un juego más efectista que bonito pero dando una buena sensación, sobre todo en la segunda parte. Lejos parece quedar ya inoportuna derrota en Córdoba. El equipo parece ir a más, ya con la plantilla cerrada con ese lunes caótico en las oficinas de Zorrilla que Braulio cerró con tres fichajes, y con un entrenador que tiene las ideas muy claras, en lo táctico y en lo que la actitud se refiere como se puede apreciar en cada entrenamiento.

Garitano confía en la presión y la lucha de sus jugadores

Comparar a Garitano y ‘Rubi’ es como hablar del día y la noche. El primero exige a su equipo una imagen, una presión una lucha, garra y brega de la que adoleció la temporada pasada un Real Valladolid que dio pena en campos de rivales netamente inferiores. La imagen y la mentalidad del equipo deberán ser distintas si se quiere pescar algo en El Toralín.

Foto: Real Valladolid

Oportunidad para 'meter mano' a la Ponferradina

Y lo cierto es que, para pescar en la fortaleza berciana, el mejor momento es ahora. Con un equipo que ha cambiado mucho, al igual que el Pucela, con respecto al año pasado, y que a pesar de conseguir la victoria en la jornada inaugural, ante el Elche por dos tantos a cero, aún tiene muchas piezas que encajar en su puzzle para ser el equipazo que sorprendió gratamente el año pasado y que se quedó a las puertas de disputar el playoff de ascenso.

Las bajas, sobre todo en defensa de hombres importantes como Óscar Ramírez, Javier Carpio, Alberto Aguilar, Lucas y Castañeda, han de ser aprovechadas por un Real Valladolid que tiene que comenzar a sumar lejos de casa, sea en el campo que sea y ante el rival que toque, para que no aparezcan los fantasmas del año pasado y para que, en este caso y en este encuentro, no se repita la pesadilla de la pasada temporada.