El Real Valladolid vuelve al estadio José Zorrilla para afrontar un encuentro más complicado de lo que a priori se podía esperar cuando se sorteó el calendario allá por el mes de julio. Y es que el conjunto de Vicente Moreno llega hasta tierras pucelanas con confianza, después de vencer al Real Mallorca en la quinta jornada del campeonato nacional de Liga, dando una muy buena imagen. Los catalanes se encuentran ubicados en la tercera plaza de la tabla clasificatoria con 10 puntos, tres más de los que en la actualidad tiene el equipo de Garitano.

A pesar de esto, y por lo visto en los dos primeros partidos en el santuario blanquivioleta, el Pucela, pese a no desplegar un juego vistoso ni atractivo, se hace fuerte en su feudo y sabe sacar los partidos adelante como ocurrió ante un rival fuerte como el Alcorcón y con otro imprevisible como el Bilbao Athletic.

En busca de la tercera victoria en casa

El Pucela vuelve a su casa para intentar lograr su tercera victoria, en tres partidos, en su feudo. El objetivo es el de sacar tres puntos que le hagan alcanzar a su rival del domingo en la tabla y le acerquen a los puestos cabeceros de la tabla clasificatoria después de cinco jornadas de altibajos.

A pesar de la mala cara mostrada por el equipo, sobre todo en los partidos lejos de la capital del Pisuerga donde solo ha sumado uno de los nueve puntos a los que ha aspirado, el equipo se muestra fuerte en casa, más resultadista que otra cosa, habiendo conseguido dos victorias en dos partidos y logrando, en ambos choques, mantener la portería a cero.

El Real Valladolid ha sumando seis puntos de seis posibles en casa con tres tantos a favor y cero en contra

Es cierto que el equipo, en casa, y en ciertas fases de ambos encuentros, sobre todo en el soporífero ante el Bilbao Athletic, ha sido criticado y silbado por su afición, pero no es menos cierto que, siendo resultadistas y mirando las estadísticas, los de Garitano han conseguido sacar los seis puntos que se han puesto en liza sin encajar además ningún tanto gracias más al buen hacer de Kepa que a una defensa que en ocasiones se ha visto algo desbordada y con muchos minutos aún que disputar para que se produzca un acoplamiento óptimo.

Foto: Real Valladolid

Hacer bueno el punto en Soria

Aún se sigue hablando a orillas del Pisuerga de la actuación de Piñeiro Crespo y de las dos expulsiones que impidieron que el Real Valladolid, que se puso con 0-2 en un campo que este año va a ser sumamente complicado por el buen hacer del Numancia como es “Los Pajaritos”, lograra los tres puntos a domicilio y se tuviera que conformar con un empate, y gracias, con nueve gladiadores que lucharon hasta el final.

Una victoria ante el Nàstic haría bueno el punto logrado ante el Numancia

Una victoria el domingo ante el Nàstic de los Emaná, Sergio Tejera y compañía puede hacer bueno ese punto que en un principio sabe a poco pero que puede ayudar para incrementar la confianza de un equipo que cuando se alinean los astros y se queda con diez, en más ocasiones de las que le gustaría a la afición y al equipo esta temporada, juega casualmente mejor que con once porque los jugadores son conscientes de que deben de trabajar el doble para suplir el esfuerzo del compañero que acaba de salir del campo.

La entrada en los partidos, talón de Aquiles del equipo en lo que llevamos de temporada y tema analizado por el míster en la rueda de prensa previa a ese sexto partido de la temporada, ha de ser también cambiada el domingo para no sufrir sustos y hacer que los tres puntos se queden en Zorrilla.

Foto: Real Valladolid

Buena presa para seguir sumando en casa

El Nàstic es, si nos fijamos en los enfrentamientos históricos, una buena presa para que el Pucela siga con su racha en casa. En 11 encuentros disputados en Zorrilla (tanto en el viejo como en el nuevo), siete victorias para el cuadro albivioleta, tres empates y un solo triunfo catalán, el que llegó en la temporada 2005-2006 con Luis César Sampedro en el banquillo catalán y que culminaría con el ascenso del tarraconense a la máxima división del fútbol español.

En 11 partidos ante los catalanes, el Real Valladolid suma siete victorias, tres empates y una sola derrota

La última visita del Nàstic a tierras pucelanas fue el cinco de febrero de 2012, temporada en la que el Real Valladolid, con Miroslav Djukic, consiguió el ascenso a Primera División y en el que el Nàstic, en cambio, certificó su descenso a Segunda B, categoría que ha recuperado este año tras una temporada, la pasada, espectacular. Así pues, adversario 'fetiche' el que visitará el domingo la capital castellano y leonesa y al que la escuadra que preside Carlos Suárez deberá de ganar si quiere comenzar con su mejoría de juego y su escalada en la tabla.

Toca hacerse fuertes en casa para cumplir con el objetivo

Para conseguir el tan ansiado ascenso, el conjunto vallisoletano ha de hacerse fuerte en casa y conseguir que de Zorrilla salga el menor número de puntos posibles. Con el espejo de la liga pasada, los Óscar, Rodri, Mojica y compañía han de ser conscientes que han de mejorar los 41 puntos de los 72 totales que se consiguieron en casa, con derrotas sangrantes ante Albacete o Real Zaragoza, o con empates ante conjuntos netamente inferiores como Sabadell o Lugo.

Los 16 tantos recibidos en Zorrilla el año pasado son una buena cifra, cuanto menos, a igualar y las sensaciones en lo que al juego se refiere, tienen que empezar a cambiar para que a base de buen fútbol se comience a sumar de tres en tres una semana sí y otra también. Toca hacerse fuertes en casa, mantener el cerrojo del santuario pucelano para estar más cerca de cumplir el objetivo del ascenso.

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Sobre el autor
Alvar Salvador
Licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid. Colaborador en Es Radio Valladolid.