El Real Valladolid Promesas sigue sin engancharse a esta Segunda División B. Y no lo hace porque, en sus encuentros, no consigue materializar su superioridad cuando la tiene, aunque en defensa sigue mejorando día a día, puesto que en los nueve encuentros disputados, tan solo ha encajado goles en tres; o lo que es lo mismo, ha mantenido su puerta a cero en seis ocasiones. Esa es la cara, la cruz es el área contraria: siete goles anotados en los mismos encuentros. Una vez más, la quinta, el equipo de Rubén Albés ha cosechado un empate sin goles que le sirve para sumar, pero no para abandonar de forma definitiva la cola de la clasificación.

Esta vez fue ante un Coruxo que llegaba siendo uno de los conjuntos más regulares de este inicio. Los gallegos, en posiciones de playoff de ascenso a Segunda, consiguieron enmendar el mal inicio de partido en los Anexos, y por poco no se llevaron los tres puntos en el último suspiro. Comenzó mejor el Promesas, que se acercó a portería rival con dos disparos lejanos de José. Fue en ese inicio cuando parecía que el conjunto de Rubén Albés iba a tener una buena tarde de cara a puerta, y que solo era cuestión de tiempo que el gol llegara. Todo lo contrario. El paso de los minutos le fue muy mal al equipo local, y coincidiendo con la llegada de la lluvia al feudo albivioleta, el Coruxo se fue haciendo con el control del encuentro.

El Promesas comenzó dominando, pero el Coruxo terminó mejor el primer acto

Uno de los focos de ataque visitante fue el costado izquierdo, el derecho en la defensa del Promesas, debido a la titularidad de Anuar. El ceutí tuvo que ocupar el carril diestro, después de haberlo hecho en pretemporada con el primer equipo, debido a las ausencias de Deve y Arroyo. Cumplió el joven blanquivioleta, pero sí tuvo más trabajo de lo esperado. Sin embargo, las ocasiones llegaron a balón parado, al menos las aproximaciones más claras. Raúl Medina, en el saque de una falta, se quedó cerca del tanto al cabecear fuera un gran envío de Adrián. Antes, Ortiz, Rafa Mella y Royo, para el Promesas, se habían atrevido a chutar desde lejos, sin encontrar ninguno el premio del gol. Una primera parte fue de más a menos para el conjunto pucelano, evidenciando que a los de Rubén Albés solo les falta materializar esas llegadas y ese buen juego de combinación que sí consiguen realizar durante una gran parte de los minutos. También, que en defensa, a pesar de las bajas, la seguridad cada día es mayor. 

Julio salva el punto

El viento y la lluvia, en el segundo periodo, fue a más, y eso hizo que en los Anexos no se pudiera ver el buen fútbol que acostumbra a realizar el filial del Real Valladolid. Con el encuentro más en la disputa que en la calidad, el Promesas tuvo menos posesión y capacidad ofensiva. Hubo que esperar casi hasta el final para ver una ocasión clara, puesto que durante el tiempo reglamentario todas las llegadas terminaron en las manos de los guardametas, o despejadas por los defensas, que hicieron un papel soberbio en una tarde en la que el buen fútbol brilló por su ausencia.

Alberto García pudo marcar en el descuento, pero Julio despejó su disparo

Fue Alberto García, que había entrado para la recta final, el que tuvo la victoria. Con apenas segundos restantes de añadido, se encontró con Julio y tuvo que lamentarse por la ocasión fallada. Una llegada que de haberse materializado no hubiera hecho justicia en una tarde en la que lo más justo, valga la redundancia, fue el empate sin goles que imperó en el marcador cuando el colegiado señaló el camino a los vestuarios. Un encuentro que pudo llevar otro camino si, las condiciones atmosféricas y del terreno de juego, llegan a acompañar. Por un lado, la lluvia y el viento siempre son enemigos de los futbolistas, pero lo son más si el césped de los Anexos es otro obstáculo. Precisamente, ambos entrenadores tuvieron palabras sobre esto, destacando el mal estado del campo. 

Un punto que sirve al Coruxo para seguir en puestos de playoff, a la espera de que los conjuntos perseguidores disputen su partido de esta jornada. Por su parte, el Promesas llega hasta las once unidades y amplía la ventaja a dos puntos con el descenso, uno con el playout. Habrá que esperar hasta el final de la jornada para ver si el filial albivioleta termina dentro o fuera del descenso, tras un inicio en el que los resultados no muestran el juego realizado. Mientras, el gol sigue siendo el talón de Aquiles y sin él, no hay paraíso.