El plantel albivioleta va a tener varias asignaturas pendientes de cara al 2016 que está a punto de arrancar. La decepción por no haber logrado el premio del ascenso ha sido realmente importante, si bien es cierto que la parroquia castellana confía en las opciones de los suyos para luchar por regresar al Olimpo del deporte rey a nivel nacional en el presente curso futbolístico. La marcha de Garitano y la llegada de Portugal no han implicado grandes cambios en el juego, ya que el Real Valladolid no tiene un esquema bien definido, pero las sensaciones y los resultados empiezan a acompañar a orillas del Pisuerga para creer en la opción de retornar a la Liga BBVA.

Muchos son los aspectos que el Pucela se verá en la obligación de mejorar cuando comience el nuevo año, aunque también conviene precisar que hay otros factores que han brillado con fuerza en lo que llevamos de campaña. La fiabilidad de Kepa en la portería es uno de ellos, puesto que el joven cancerbero cedido por el Athletic Club de Bilbao está siendo uno de los grandes valedores del club presidido por Carlos Suárez en la campaña 2015-16. Ha tenido algún que otro error, cosa lógica y normal, pero muchas de sus actuaciones han servido para que los de blanco y violeta obtuvieran más puntos de los que merecían en más de una ocasión.

No obstante, todo guardián necesita de una serie de protectores que custodien a la perfección sus dominios. La solvencia en la zaga blanquivioleta está dejando mucho que desear, al menos a estas alturas de la temporada. Las salidas durante el pasado periodo estival de fichajes de Rueda, Valiente y Peña, auténticos emblemas en los últimos años en la capital de Castilla, hacían pensar que no sería fácil encontrarles sustitutos que suplieran a las mil maravillas la labor que cada uno hacía por separado, aunque también al aunar fuerzas para fortalecer el entramado colectivo de los vallisoletanos.

Con Chica asentado en el lateral derecho, además de contar con un recambio de garantías como Moyano, tocaba comprobar cómo iba a reaccionar el resto del puzle defensivo pucelano. Mario Hermoso, que ha tenido problemas para asentarse en el lateral zurdo, se ha convertido en un hombre indiscutible para Miguel Ángel Portugal. Más problemas está teniendo el burgalés para garantizar la muralla en el centro de la zaga, donde parece que Marcelo Silva es el único integrante que responde a la perfección a las exigencias de su míster.

Problemas entre la zaga y la medular

El uruguayo es el verdadero mariscal de la línea de cuatro del Pucela, donde Chica y Hermoso son las flechas encargadas de iluminar los costados defensivos del Real Valladolid de Portugal. Samuel y Juanpe son los otros dos futbolistas que se disputan semana tras semana el otro puesto de central en el cuadro pucelano, ya que, por ahora, ninguno de los dos ha demostrado ser un seguro de vida en lo que hace alusión a su contundencia y carácter expeditivo en la ciudad que vio nacer a Miguel Delibes. El ex del Celta y el canario tendrán una bonita batalla por ver quién de los dos se gana la confianza de su entrenador, una pugna que, sin ninguna duda, irá en beneficio del rendimiento de la escuadra albivioleta a lo largo de lo que todavía queda de curso.

El Pucela debe reforzar la distancia existente entre la defensa y el centro del campo

Otro de los puntos a valorar (y reforzar) es la distancia existente entre los integrantes de la zaga y los miembros encargados de poner el criterio al estilo de juego pucelano. La separación entre las líneas de la defensa y la medular de los de Portugal es muy grande en determinados momentos de los duelos, lo que impide que haya mayor fluidez y una conexión más precisa para combinar con más posibilidades de llegar a la portería contraria con la idea de generar oportunidades claras y manifiestas de peligro. Calidad no falta en el equipo del centro del campo en adelante, aunque la escasez de recursos reduce en demasía el porcentaje de éxito de los ataques del conjunto blanquivioleta.

Los seguidores vallisoletanos se lamentan y desesperan en multitud de comparecencias al darse cuenta de que ninguno de sus jugadores de la parcela defensiva es capaz de sacar el cuero desde atrás con criterio, algo que Marc Valiente dominaba como si de un Doctor honoris causa se tratara. Aun así, la presencia en el medio de Álvaro Rubio, el eterno capitán, representa una bocanada de aire fresco y un alivio para todos los integrantes de la tripulación castellana. Por ponerle una pega, se le puede achacar la edad, debido a que ya no es un chaval que pueda permitirse hacer esfuerzos demasiado exigentes, aunque, al mismo tiempo, esto significa una mayor experiencia y veteranía llegado el momento de lidiar con ciertas situaciones en las que es realmente un maestro.

Además del '18' del Real Valladolid, que es el timón del navío albivioleta, existen otros tres componentes del esquema pucelano que deben dar un paso al frente para demostrar su valía y su capacidad para aspirar a llevar al equipo a Primera. André Leão, Timor y Pedro Tiba se disputan la otra plaza en la medular para acompañar al riojano, una demarcación en la que parece que el primero de los portugueses le ha ganado la partida al valenciano y a su compatriota luso. Sin embargo, el ex de Osasuna ya ha dado claras muestras de poder asumir el rol de titular en tierras castellanas, mientras que el jugador cedido por el Braga deberá seguir trabajando a diario para disfrutar de más minutos de los que ha gozado en la Liga Adelante.

Profundidad y dinamismo por sendos costados

No es oro todo lo que reluce, pero tampoco hay que ser pesimista con la actual situación de la entidad pucelana. El Real Valladolid está evidenciando que cuenta con un arma para desarbolar el engranaje de sus oponentes, sobre todo si los pupilos de Portugal son capaces de avanzarse en el electrónico y emplear la táctica de salir rápidamente al contragolpe. El juego por las bandas de los de blanco y violeta es, casi con total seguridad, el aspecto más destacado de su sistema, donde cuenta con una serie de jugadores que intentan hacer las delicias del respetable cada vez que se ponen el mono de trabajo para saltar al tapete verde.

Juan Villar se lleva la palma, ya que, junto con Kepa, está siendo el jugador albivioleta más determinante de largo de lo que se ha disputado hasta la fecha en la categoría de plata del balompié español. El onubense, criado en la cantera del Recre y madurado en el Cádiz, se ha acoplado a la perfección al extremo diestro, aunque también ha rendido estupendamente actuando como falso '9'. Esto se ha debido a la falta de confianza o a la lacra de las lesiones (y de las sanciones) que han minado la productividad de los arietes del cuadro castellano, donde Erick Moreno, Rodri y Diego Rubio no están siendo capaces de mostrarse certeros de cara a portería.

Alfaro, Mojica y Guzmán son los otros hombres de banda puros que tiene el Pucela en su plantilla, donde el ex de Sevilla y Mallorca, entre otros, parece que empieza a coger el rodaje que tanta falta le hacía a orillas del Pisuerga. Por su parte, el colombiano volverá a reincorporarse al grupo tras la desmesurada sanción sufrida por su expulsión en Lugo, a la vez que Casaseca seguirá siendo un revulsivo desde el banquillo, aportando goles como el materializado en el Anxo Carro o en el último envite liguero en el Nuevo José Zorrilla contra el Tenerife. Velocidad es lo que caracteriza al cafetero, además de una innegable entrega, mientras que los dos jugadores nacionales ponen ese toque de destreza con el esférico en sus botas que consigue enamorar a cualquier aficionado de este deporte.

Manu ya ha dado claras muestras de lo que es capaz en la capital de Castilla

Y si hablamos de esa magia o calidad en el Real Valladolid, no se puede pasar por alto la participación y la presencia de dos futbolistas con tablas y realmente talentosos: Óscar y Manu del Moral. El primero no está al nivel exhibido durante el pasado curso, donde fue el máximo realizador y asistente de los suyos, pero seguro que afrontará el año 2016 con la ilusión de un juvenil para devolver a su Pucela al Olimpo del fútbol en España. En cuanto al jienense, ya ha dado claras muestras de lo que es capaz en la capital de Castilla, teniendo una gran importancia hasta que sufrió la lesión que le apartó del resto de sus compañeros.

Foto: Real Valladolid

El colectivo blanquivioleta se aferra a sus virtudes para lograr la clave del éxito, junto con la minimización de sus flaquezas para obtener la armonía necesaria con la que poder volver a la siempre codiciada Primera División, lo que le permitiría competir y pelear nuevamente codo con codo con algunas de las escuadras más poderosas del panorama tanto nacional como internacional. ¿Será capaz de conseguirlo?