Casi dos años han pasado desde que el Elche CF visitó el estadio José Zorrilla en competición de liga. Corría la temporada 2013/2014 y ambos equipos se encontraban en la máxima categoría del fútbol español, la Liga BBVA. Al mando de los vallisoletanos Juan Ignacio Martínez y al frente de los alicantinos Fran Escribá, y entre medias, un encuentro clave entre dos rivales directos en la lucha por la permanencia que en ese día se jugaban, por un lado no alejarse de los equipos que merodeaban los puestos de descenso –en el caso blanquivioleta-, y por el lado franjiverde, tratar de alejarse lo máximo posible de estas posiciones peligrosas.

La fiesta, más 'aguada' que nunca

Llovía de la misma manera que lo hizo en el diluvio universal, y con un terreno de juego no  muy apropiado para el juego de toque dio comienzo la enmienda. El Real Valladolid llegaba al encuentro con la baja de su máxima referencia ofensiva, Javi Guerra –hoy jugador del Rayo Vallecano- , por lo que se antojaban caros los goles albivioletas a pesar de que Juan Ignacio Martínez optase por colocar en la punta a Manucho. El equipo castellano tomó la iniciativa en los minutos iniciales del choque, consciente de lo mucho que se jugaba, y empezó a dominar de manera notable el mismo, con numerosas llegadas a la meta blanquiverde, custodiada ese día por Toño. El Real Valladolid controlaba, pero no culminaba y todos los esfuerzos que hacía eran en vano. Los chicos de JIM parecían estar mejor adaptados a las difíciles condiciones del lluvioso día vallisoletano, pero fueron los  ilicitanos los primeros en golpear por medio de Coro.

Cuando mejor estaba el Real Valladolid, Coro adelantó al Elche

En el minuto 36, el ariete catalán recibió el esférico tras un saque de banda que pilló distraída a la zaga blanquivioleta, y definió sin complicaciones colocando de esta forma el 0-1 en el marcador. El Real Valladolid se derrumbaba tras este duro varapalo, al que además le acompañó una tromba de agua mucho mayor. El partido se ponía cuesta arriba para el conjunto de la ciudad del Pisuerga que veía como el terreno de juego iba a peor. El patadón era la única solución ante estas condiciones tan adversas, y Escribá optó por adelantar las líneas para dificultar los golpeos.

Llegó el momento de marchar a los vestuarios para cobijarse de una lluvia, que cada vez iba a más, y para tratar de solucionar los problemas que se estaban dando. Con la reanudación, Juan Ignacio Martínez introdujo en el campo al flamante fichaje invernal, el ex del FC Barcelona Jeffrén Suárez, con el cual el equipo conseguiría tener mayor velocidad por banda y generar más peligro. Los locales salieron a remontar el choque, y las ocasiones fueron aumentando, incluso el colegiado anuló un gol a Manucho por fuera de juego. El Pucela cada vez llegaba con más ambición y el gol merodeaba, pero al igual que en la primera mitad, cuando los blanquivioletas estabanManu del Moral puso el 0-2 en el marcador jugando mejor, llegó el mazazo. En un saque de esquina ilicitano en el minuto 62 de partido, Pelegrín prolongó el esférico con un cabezazo para este llegara a los pies de Manu del Moral, que libre de marca en el área pequeño envió el balón al fondo de las mallas.

El esfuerzo tuvo recompensa

El Real Valladolid era mejor, y Juan Ignacio Martínez introdujo nuevos cambios para tratar de remontar el encuentro. Osorio fue el elegido por el técnico para tratar de dar la vuelta al marcador, y se incorporó al campo en sustitución del sueco Daniel Larsson. Humberto Osorio había sido fichado ese verano procedente del Club Atlético San Martin de San Juan argentino, equipo con el cual había hecho un buen papel, llegándole a anotar un hattrick a Boca Juniors en el Trofeo Final.

El colombiano a pesar de estos buenos registros en América, no terminaba de adaptarse ni al juego europeo ni en la disciplina blanquivioleta, Osorio solo necesito dos minutos para anotar su primer tantoy era uno de los jugadores menos utilizados. JIM decidió darle entrada al ser el único delantero centro que tenía en el banquillo, y Osorio supo responder con creces. Apenas dos minutos le hicieron falta para poner el 1-2 en el marcador. En el minuto 70, Manucho le cedió el balón con el pecho para que el colombiano acortara distancias enviándolo al fondo de las mallas con un auténtico golazo por la escuadra. 

El ambiente de Zorrilla se empezaba a caldear a pesar de la constante lluvia, y con 20 minutos aún por delante, los aficionados confiaban todavía en la remontada. La lucha continuaba, el partido cada vez se asemejaba a uno de épocas antiguas: barro, faltas, resbalones. El Real Valladolid dio un arreón final, y cerca estuvo de costarle el 1-3 si no es porque Mariño paró el 1 contra 1 contra Manu del Moral sacando un pie de la nada. Y al final el esfuerzo tuvo recompensa. En el minuto 77, Humberto Osorio volvió a aparecer. Esta vez fue en un saque de esquina, en el que el colombiano surgió de la nada para cabecear el esférico e igualar el choque y de esta manera evitar la derrota de su equipo contra un rival directo. En los últimos minutos del encuentro, los dos conjuntos conformes con lo que habían conseguido se limitaron a dejar correr el tiempo. 

Fotografías: Real Valladolid