Los últimos números del Real Valladolid van invitando al optimismo. Seis jornadas consecutivas sin conocer la derrota, cinco sin encajar goles y, lo más importante, la sensación de que se puede ir a más. La irregular primera vuelta del campeonato no pone difícil la mejora, a la que colaborarán unas incorporaciones invernales que ya empiezan a carburar.

Los tres puntos obtenidos con el triunfo en San Mamés ante un ciertamente bisoño Bilbao Athletic ayudan a que los de Portugal puedan ir sumando en la tabla y les hagan ver a sus rivales que van al alza. Tras haber incrementado sus prestaciones a domicilio, los castellanos tienen el debe, curiosamente, de los encuentros que se disputan en Zorrilla. Ante su público los pucelanos no terminan de funcionar y conceden demasiados empates e incluso derrotas que lastran el intento de asalto a la zona noble de la tabla.

Los fichajes ya funcionan

Tras pregonar desde el estío que el equipo necesitaba refuerzos, la parcela técnica ha hecho un buen trabajo para incorporar fichas clave para lo que precisaba el equipo. Los principales movimientos han sido para buscar el gol, esquivo demasiado a menudo durante las primeras jornadas. Rennella y Roger, ambos llegados de Primera, fueron de la partida en el campo vizcaíno. Sus acciones ofensivas mejoraron a las de un Rodri que apenas pudo disputar los últimos diez minutos de la contienda y se puede imaginar lo que le espera.

Lo peor del gol de Roger fue su celebración

La solitaria diana que concedió el triunfo a los de Portugal  la firmó un Roger Martí que, más allá de su esperpéntica celebración enmascarada con Mojica, definió con maestría sobre la salida de Remiro. A pesar de que en la tarde del sábado hubo no pocas llegadas en ataque, estas no se tradujeron en tiros a puerta, puesto que a mayores del tanto el joven meta rojiblanco no tuvo que esmerarse demasiado. De ahí, pues, la importancia de convertir las ocasiones claras. Esta vez, el valenciano no perdonó y posibilitó que la desesperación no llegara al ataque.

No solo la pareja de arietes de incorporación invernal salieron en el once de su nuevo técnico. Borja Fernández, tras quince días de adaptación y dos jornadas de rendimiento gris de Tiba, formó junto a un Leao que sigue acumulando galones en la medular. El gallego comenzó algo perdido y superado por el oponente, pero con el paso de los minutos consiguió ponerse a tono y darle equilibrio al centro del campo, algo esencial si se sigue apostando por el 4-4-2.

En retaguardia, tras demasiados partidos muy flojos de Mario Hermoso, hubo un nuevo rostro en el lateral zurdo. Nikos Karampelas, el griego llegado del Levante, no hizo recordar ni a Roberto Carlos ni a nadie que se le pareciera, pero con su sobriedad en zaga ya mostró más solidez que la que aporta Hermoso. La llegada de la competencia al costado izquierdo de la defensa vallisoletana no hará sino mejorar a sus dos inquilinos.

Nuevamente imbatidos

Una de las  mejores noticias de las últimas semanas es en la faceta defensiva. Por fin se ha conseguido que la retaguardia no sea un circo, pues Marcelo Silva y Juanpe aportan contundencia y pocos miramientos atrás, al mismo tiempo que han ido dando pasos en su capacidad para sacar el balón jugado desde su posición. Moyano también está rindiendo mejor que Chica y, cómo no, Kepa sigue siendo el cerrojo para que las llegadas del rival se queden en ocasión fallida y no acertada.

Los jóvenes cachorros vascos apenas llegaron con peligro sobre el marco de su excompañero, que sacó dos buenas manos en los primeros veinte minutos. Tras estas embestidas locales repelidas por Arrizabalaga llegó el gol visitante, un ejemplo inequívoco de lo importante que es estar acertado en ambas áreas para conseguir sumar de tres en tres.

Cabe reseñar que con un 4-4-2 como esquema, a priori mucho más ofensivo y con menos equilibrio que el sempiterno 4-2-3-1, el Real Valladolid no acusó demasiado el espacio entre líneas. El esfuerzo de los extremos para echar una mano en el repliegue, así como la presión al rival efectuada por los atacantes y el derroche físico de Leao y Borja fueron demasiado para los de Ziganda. Aunque en ocasiones hubo demasiado hueco entre los jugadores, el paso de los partidos y añadir minutos de juego con este dibujo ayudarán a que esta formación no tenga por qué ser más arriesgada.

Capítulo aparte merece el centro del campo, elemento sine qua non para el juego del equipo. Son los responsables de llevar el balón desde atrás hacia las zonas de peligro, así como de cortar las intentonas del rival. André Leao se ha erigido como el líder del Real Valladolid y ya aporta lo que se le pidió cuando el curso pasado llegó a Zorrilla con altos credenciales desde el campeonato luso.

La importancia de los recursos

Hace un par de meses, si Miguel Ángel Portugal no hubiera podido contar ni con Álvaro Rubio, Óscar, Alfaro y Manu del Moral, el drama hubiera tenido proporciones monumentales. El escaso fondo de armario pucelano y el bajo rendimiento de los suplentes sería una losa para el entrenador burgalés, que se hubiera visto obligado a tirar de imaginación para elegir una alineación en condiciones, al menos en el frente goleador.

Las altas del mercado invernal permiten que el cuerpo técnico pueda incluso jugar con el esquema y los inquilinos de esas posiciones. El clásico 4-4-2 ha ocupado en los últimos partidos la pizarra del Pucela, si bien el buen rendimiento de Del Moral en el enganche puede contribuir a que la figura del mediapunta pueda aparecer ocasionalmente en los planes del preparador burgalés.

Cómo no, los buenos momentos de Óscar y Alfaro pueden servir para, en función de su momento de forma, poder apostar por ellos en busca de nuevas posibilidades de cara al gol. Lo mismo sucede con Rodri, menos dotado de pólvora con respecto a Rennella y Roger, pero siempre pendiente de incordiar a la defensa del oponente y de tirar desmarques constantes.

Con los tres puntos cosechados en Bilbao, el siguiente adversario es el Numancia ante el público vallisoletano. Los sorianos, que están cuajando una campaña muy irregular, pueden ser un equipo idóneo al cual derrotar para prorrogar la racha positiva que atraviesan los albivioletas y, por qué no, aprovechar para seguir imbatidos una semana más.

El playoff no está demasiado lejos, ya que la igualdad de la Liga Adelante impide grandes distancias entre los conjuntos. De este modo, el Real Valladolid depende de sí mismo para mostrar su autoridad en la división de plata y acercarse de una vez a los lugares que le corresponden en la tabla. 

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Sobre el autor
Juan  Navarro García
Periodista y persona por encima de todo. Cofundador de @sexomandamiento. Caer, levantarse, insistir y aprender.