La visita del Lealtad a los Anexos al Nuevo José Zorrilla iba a suponer una prueba importante para el filial albivioleta, que quería volver a sumar algo positivo después de la derrota por la mínima (2-1) de la pasada jornada en el fortín del Tudelano. Por su parte, los asturianos deseaban prolongar su buena racha a domicilio, debido a que llevaban dos partidos consecutivos sin conocer la derrota lejos de su estadio tras los empates en Merkatondoa y Pasarón frente a Izarra y Pontevedra, respectivamente.

El viento fue el principal protagonista del encuentro, un factor del que pucelanos y maliayos no fueron capaces de sacarle partido cuando lo tuvieron de cara, si bien es cierto que, aunque parezca contradictorio, hicieron gala de un fútbol más atractivo y brillante cuando tenían el temporal en su contra. Los primeros 45 minutos fueron de dominio visitante, al menos en lo que a la manija del duelo se refiere a través de la posesión del cuero. Esto propició que el Promesas no pudiera demostrar el potencial que atesora en su plantilla, principalmente por no tener el esférico bajo su control.

Los pupilos de Borja Jiménez no daban con la tecla adecuada para aproximarse a los dominios de la meta negrilla, además de tener que vigilar los continuos intentos de los de Villaviciosa por salir rápidamente al contragolpe. Eso fue lo que sucedió llegado prácticamente el ecuador del primer acto, momento en el que el plantel de Javi Rozada cogió desprevenido al cuadro blanquivioleta. Espina fue el responsable de poner por delante a los suyos en el electrónico, todo ello merced a un certero lanzamiento desde larga distancia ante el que nada pudo hacer Julio para evitar que acabara en el fondo de las mallas.

Caye Quintana fue el revulsivo perfecto para los últimos 30 minutos del envite

El míster de los castellanos se dio cuenta inmediatamente de que había que dar un giro radical al encuentro si el Promesas deseaba darle la vuelta al luminoso, al menos para no encajar la segunda derrota de forma seguida tras el traspiés en Tudela. Caye Quintana fue el revulsivo perfecto para los últimos 30 minutos del envite, lo que propició que acompañara en punta a Higinio Marín y se asociara perfectamente con el ariete llegado en el periodo invernal de traspasos. Renzo Zambrano fue el sacrificado, aunque la apuesta por el ex del Recreativo de Huelva acabaría dando sus frutos con el transcurso de la contienda.

Una merecida recompensa

Los jóvenes jugadores uniformados a rayas blancas y violetas empezaron a llevar a cabo una serie de triangulaciones que pusieron en jaque a la zaga del Lealtad, lo que permitió que Caye devolviera la equidad al encuentro después de haber completado una magnífica acción personal. Quedaban 20 minutos por disputarse y el Real Valladolid B se convirtió en el dueño y señor del partido, una cuestión que provocó gran nerviosismo en las filas de los de Les Caleyes. La parroquia local confiaba en materializar la remontada, aunque era consciente de la dificultad de la misión que el filial del Pucela tenía por delante.

José, uno de los jugadores más destacados de la escuadra albivioleta en el presente curso, se zafó merced a su rapidez por el flanco diestro del ataque vallisoletano para labrarse una excelente tesitura con la que poder buscar la portería contraria. No obstante, quiso ser generoso y servirle en bandeja el tanto a Caye Quintana, quien anotó su doblete particular, pero el colegiado invalidó la jugada del Promesas por posición antirreglamentaria del delantero proveniente del decano del balompié en España.

Por tanto, ambos clubes acabarían firmando tablas en el marcador tras el pitido definitivo del trencilla. La próxima parada para los pucelanos será la visita al Compostela, rival al que se medirán en San Lázaro el sábado 20 de febrero, desde las 17:00 horas. En cuanto al Lealtad, recibirá delante de su propia afición a la Cultural y Deportiva Leonesa en un compromiso correspondiente a la vigesimosexta jornada del Grupo 1 de Segunda B.