El Real Valladolid B perdió una oportunidad para certificar su salvación matemática en su partido ante el Sporting de Gijón B. Un encuentro en que las necesidades fueron superiores al juego. Los pucelanos tan solo necesitaban un punto asegurar su presencia la próxima temporada en Segunda División B, pero el cuadro de Borja Jiménez perdió ante el filial gijonés y tendrá que esperar una semana más.

El filial del Real Valladolid y el Sporting de Gijón B disputaban un partido de alta tensión en los Anexos, sobre todo para los visitantes, que necesitaban sacar los tres puntos de tierras pucelanas si querían salir de los puestos de descenso directo a Tercera División y tener opciones de luchar por la permanencia en las tres jornadas que restan.

Se notó que el Sporting B se jugaba mucho porque salió a morder desde el principio. El Promesas acusó las ausencias de Anuar y Juliá en el centro del campo. Los dos jugadores se cayeron de la convocatoria a última hora, puesto que estarán con el primer equipo toda la semana, incluido en el encuentro ante el Lugo, dado que Leão y Borja no estarán disponibles por acumulación de tarjetas.

Era un partido bonito, de mucha intensidad por parte ambos equipos, pero fue el Real Valladolid B el que se adelantó en el marcador, aunque el colegiado lo anuló cuando todos lo celebraban. Una falta lateral botada magistralmente por los locales, terminó en un remate de cabeza impecable de Mario, que acabó en el fondo de las mallas de la portería defendida por Dennis. Sin razón aparente, el colegiado decidió no dar el tanto por válido y pitar falta del defensa del Real Valladolid B en el salto con el jugador del Sporting.

El gol pudo haber supuesto un mazazo moral al conjunto sportinguista, pero no fue así y se lanzó a hacer su gol. Lo intento, pero se encontró con Julio. El meta evitó que cuadro asturiano se adelantara en el marcador con un paradón a bocajarro al remate de un jugador visitante.

La recompensa a su esfuerzo llegó a los 30 minutos de juego en forma de gol. Jaime Santos cazó un balón en la frontal del área. El ariete no se lo pensó dos veces y disparó con tal fortuna que el esférico impactó en la espalda de un defensa vallisoletano, que desvió su trayectoria lo justo para dejar sin opciones de intervenir a Julio, que no pudo más que hacer la estatua y ver como el balón traspasaba la línea de gol.

Sin un juego brillante, el Sporting B se había adelantado en los Anexos y todos sus jugadores celebraron el gol con la importancia que él suponía: dar un paso a su permanencia. Los asturianos habían logrado su objetivo, ahora tan solo tenían que mantener su ventaja lo que restaba de encuentro.

Remontada frustada

A pesar de marcharse al descanso por debajo en el marcador, Borja Jiménez no iba a permitir que el encuentro se le fuera de las manos y ello quedó demostrado nada más comenzar la segunda parte. Antes de que el colegiado pitara el inició el técnico del Promesas dio salida al campo a Toni y Dani Vega.

Los cambios surtieron efecto y el filial del Real Valladolid dio un paso al frente en los segundos 45 minutos y buscó con fe más que con fútbol el empate que le diera la permanencia matemática a los pucelanos.

La ocasión más clara para los locales llegó en una jugada embarullada que no terminó en gol de milagro. La defensa del Sporting impidió con uñas y dientes que el balón acabara dentro de la portería a pesar de los múltiples remates de los pucelanos.

La expulsión de Iván Casado a cinco minutos del final dejó a los hombres de Borja Jiménez sin la posibilidad de encerrar al conjunto asturiano en los últimos minutos, que supo aguantar el resultado y aguar la permanencia a los pucelanos, que deberán esperar al menos una jornada más para certificarla.

Frustación

"No hemos sido capaces de cumplir el objetivo. En la primera parte no hemos estado al nivel que veníamos estando estos días y hemos regalado 45 minutos y un gol. A raíz de ahí ha sido un querer y un no poder. No estuvimos a la altura del partido". Con estas palabras resume lo que fue el encuentro de su equipo Borja Jiménez.

El técnico abulenés no cree que este tropiezo se haya debido a una excesiva relajación de sus jugadores, puesto que a lo largo de la anterior semana "se hicieron los mejores entrenamientos de la semana", según cuenta Jiménez.

Otro aspecto preocupante fue el arbitraje, pero el entrenador del filial prefirió no meterse en camisa de once balas y valorar la actuación arbitral, tan solo pidió respeto hacia sus jugadores. "No tengo 1.500 euros para hablar del arbitraje, tan solo creo que se equivoca en que debe tener más respeto con los jugadores, luego podrá estar más o menos acertado en sus decisiones, pero el respeto es fundamental", puntualizó.

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Sobre el autor
César Rodríguez Cabrillo
periodismo, gran aficionado al mundo del futbol y del balonmano.