Hasta aquí ha llegado la aventura del Real Valladolid, se acabó lo que se daba, si es que quedaba algo. La puerta del ascenso se cerró a cal y canto sobre el césped del Sadar, en donde el Pucela acrecentó su mala racha, sumando cinco partidos sin ganar en el momento decisivo de la temporada que deja a los pucelanos a ocho puntos del ascenso y a siete del pozo de las Segunda División B. Mientras se espera conocer el nuevo dueño del banquillo castellano, tercero en lo que va de temporada, quizá sea el momento de replantearse el objetivo y amarrar la permanencia cuanto antes, antes de que esta temporada termine por ser inolvidable.

La última función de Portugal

Osasuna dictó sentencia para un cuestionado Miguel Ángel Portugal, hombre perseguido por la duda desde su primer partido comandando la nave vallisoletana. La racha de cinco partidos seguidos sin ganar, un empate y cuatro derrotas, dejan al equipo muy lejos de su objetivo de ascenso, con la vista puesta en el retrovisor para certificar la permanencia cuanto antes. Sería ponerse demasiado extremista, pero a tenor de lo visto durante el último mes, más vale dejar el tema de la salvación zanjado cuanto antes.

Se plantó el Pucela en Pamplona, asolado por las dudas y la presión añadida que lleva consigo la urgencia de la victoria. Demasiado para el Real Valladolid. Demasiado para un equipo que volvió a salir a verlas venir y que solamente mostró una tímida reacción cuando se vio por detrás en el marcador. Con los primeros minutos, que Kepa tuviera que recoger la pelota del fondo de la red era solamente cuestión de tiempo. Y así fue, un error defensivo dio a Nino la oportunidad de poner a los suyos por delante en el electrónico.

La defensa hizo aguas ante las acometidas pamplonicas, que de no ser por el poco acierto de cara a portería habrían llegado al descanso con una ventaja mucho mayor. El perdón navarro sirvió para que Portugal pidiera a sus hombres que adelantaran las líneas, decisión que regaló a Juan Villar la opción de empatar la contienda, pero el extremo desperdició ambas ocasiones. La valentía de Portugal duró poco, la lesión de Juanpe abría la posibilidad de introducir variantes en el esquema, pero la decisión del técnico fue el cambio hombre por hombre, dando entrada a Samuel y desaprovechando la ocasión de poner toda la carne en el asador.

El centro del campo también brilló por su ausencia a lo largo de los noventa minutos

El centro del campo también brilló por su ausencia a lo largo de los noventa minutos, la entrada de Borja estuvo lejos de ser decisiva para los intereses vallisoletanos, que veían como el tiempo pasaba y Osasuna estaba bastante lejos de sentir la presión albivioleta. Rodri estuvo lejos de suplir con garantías a Roger, Mojica estuvo desacertado… y así se podría continuar con los catorce protagonistas que se vistieron de corto en El Sadar.

Culminación de una mala temporada

Todo este último mes no es más que la crónica de un final que se lleva anunciando desde casi el principio de la temporada, un año para olvidar que ha estado lleno de altibajos y que se cerrará con tres entrenadores diferentes. El partido ante Osasuna es la confirmación del adiós definitivo al ascenso, a pesar de que habrá algún optimista que todavía crea que el ascenso el posible, lo cierto es que se antoja un imposible. Más difícil si cabe viendo los registros del Pucela cuando juega en el Zorrilla, que lejos de haberse convertido en un fortín, ha sido una barra libre en la que cualquier equipo que llegase a Valladolid, podría emprender el camino de vuelta con todos sus problemas solucionados a costa del cuadro vallisoletano.