El filial albivioleta saltó al césped de Pasarón con el firme propósito de sellar su permanencia en la categoría de bronce del deporte rey a nivel nacional, todo ello después de que esa posibilidad se escapara la jornada anterior al caer en los Anexos al Nuevo José Zorrilla frente al Sporting de Gijón B. No obstante, el Promesas mantenía la confianza intacta para afrontar el envite en el feudo del Pontevedra, un rival que también estaba cuajando un curso sensacional y que anduvo coqueteando varias semanas con las posiciones de playoff de ascenso a la Liga Adelante.

La nota clave del compromiso entre los gallegos y los pucelanos fue la roja directa que sufrió el local Campillo, ya que realizó una entrada bastante agresiva sobre Dani Vega, lo que provocó que Borja Jiménez se viera obligado a reemplazar a su ariete por Ángel, una sustitución que acabaría siendo decisiva para el devenir del choque. Corría la media hora de juego cuando el plantel local se quedó en inferioridad numérica, por lo que debería permanecer dos tercios del encuentro con un futbolista menos, algo que iba a jugar en su contra con el transcurso de los minutos.

No obstante, el Pontevedra no se vino abajo pese a la expulsión de Campillo, una decisión que pareció impulsar y motivar todavía más al resto de sus compañeros para tratar de dar la cara delante de su propia afición. Está claro que no iba a ser una tarea precisamente sencilla, pero no se podía pasar por alto el hecho de que los granates son uno de los equipos más difíciles de batir en su feudo en el Grupo 1 de Segunda B. El Real Valladolid B empezó a ganar presencia en el terreno de juego, pero sin disponer de ocasiones manifiestas para perforar el fondo de las mallas de la meta de Company.

El Promesas demostraría su entereza al devolver la equidad al electrónico prácticamente en la siguiente acción

Los pupilos de Luisito tomarían ventaja en el luminoso a los 10 minutos de arrancar el segundo acto, momento en el que Capi se benefició de un despiste pucelano para la alegría de los seguidores gallegos. Aun así, el Promesas demostraría su entereza al devolver la equidad al electrónico prácticamente en la siguiente acción, ya que Juliá realizaría un magnífico y preciso envío que aprovechó Ángel para poner las tablas en el marcador y acercar a los suyos hacia el objetivo de la salvación. Todavía quedaba por delante más de media hora del envite para buscar otro tanto, puesto que los de blanco y violeta contaban con la ventaja de ser un hombre más sobre el campo de Pasarón.

El desgaste físico empezó a hacer mella en los integrantes del Pontevedra, quienes estaban haciendo lo indecible por contener las acometidas de los jóvenes futbolistas del filial del club presidido por Carlos Suárez. A falta de un cuarto de hora para que acabara la batalla, una triangulación excelente llevada a cabo entre Toni y Ángel permitió que el madrileño lograra el doblete en su cuenta particular, dos dianas que servirían para sumar los tres puntos en el norte de España y certificar la continuidad de la expedición vallisoletana en la división de bronce del fútbol nacional.