A Paco Herrera se le notó algo quemado por todo lo que acontece alrededor del Real Zaragoza. No le gusta nada la crispación social existente entre la afición: “Sacando temas no futbolísticos, lo que se consigue es que ni los rivales ni el árbitro no te tengan respeto”. “Yo no hablo de la gestión del club años atrás. Yo digo que ahora el Zaragoza se encuentra en una situación muy complicada, se están tomando decisiones contrapelo y sería necesario encontrar un camino hacia la unión”, abundó.

“Es muy fácil jugar en La Romareda para todos los que vienen” Además dejó caer que el mal ambiente que se viene viviendo últimamente en La Romareda favorece a los contrincantes: “Todos nos equipos nos dicen que con llegar un poco a nuestra área, el ambiente se crispa y nos ponemos nerviosos”.

A la hora de analizar el envite en líneas generales, también criticó a los árbitros, algo inhabitual en el técnico catalán: “El partido ha sido muy intenso, por eso ha habido muy poco fútbol. Pero que conste que no nos han pitado un penalti clarísimo”. “Aparte del penalti, el árbitro no ha expulsado a Tete, mientras que le ha hecho falta muy poco para tomar la misma decisión para el lado contrario”, refiriéndose a la expulsión de Luis García. Concluyó comentando que “los árbitros no respetan al Zaragoza” y volvió a excusarse en la figura de los colegiados para afirmar que no han favorecido a los aragoneses en ninguna decisión definitiva: “Hemos perdido ya siete u ocho puntos”.

“El primer responsable del malo juego soy yo” Al ser preguntado por la presencia de Luis García en el once titular en lugar de Álamo, lo justificó con el argumento de que con el asturiano los maños ganaban más juego por dentro: “He metido porque creo que necesitábamos más un extremo falso para tener más la pelota y así tener más posibilidades de recibir por dentro”.

A pesar de sus críticas, Herrera admitió que la única forma de hacer desaparecer la crispación y la tensión es “ganando”. “Jugamos mal porque jugamos mal. Eso es culpa mía”, concluyó.