El Real Zaragoza vuelve a doblar la rodilla, de nuevo ante un equipo que fue mucho mejor en casi todos los compases del encuentro. Tanto en el partido ante el Lugo como en el anterior, ante el Barcelona B, el conjunto zaragocista no se encontró nada cómodo ni supo mostrar su mejor cara. Llegó el Real Zaragoza a Lugo con la mente puesta en olvidar rápidamente el tropiezo inesperado de la jornada anterior. Y no lo tuvo fácil Paco Herrera para configurar su alineación titular. Descartados Acevedo, Cortés y Arzo por lesión, el técnico se llevó a tierras gallegas a Suárez y a Paredes, si bien este último no se vistió y no entró en el banquillo. Cidoncha se erigió en titular y Barkero, ante sus últimas actuaciones, se sentó y su puesto lo ocupó Abraham. En el Lugo, Sergio Rodríguez entró como titular tras debutar en Jaén y Víctor Marco volvía a la zaga.

Comenzó avisando el Lugo, con un balón recibido en línea de fondo por De Coz en fuera de juego y un disparo raso de Rennella. El equipo lucense presume de realizar uno de los juegos más vistosos de la segunda división española, y sus triangulaciones y pases hacia Pablo Pérez daban la iniciativa a los locales. Paco Herrera corregía la posición de sus hombres, a los que les costaba perseguir las embestidas del equipo de Setién. Si bien Paglialunga achicaba bien espacios por delante de la defensa, el Real Zaragoza no llegaba a tenerla lo suficiente para buscar a sus hombres de arriba. Los maños se intentaban sacudir un partido controlado por el juego de toque lucense pero a los 15 minutos Sergio Rodríguez, el jugador que viene del Betis, la mandaba arriba casi sin oposición. Los aragoneses intentaron presionar más arriba, buscar su hueco en el campo y fueron equilibrando la posesión, pero sin llegar con excesivo peligro. El desequilibrio inicial se hacía menos patente conforme pasaban los minutos; el Lugo llegaba con más dificultades a la frontal zaragocista, si bien Pablo Sánchez era un puñal en banda derecha. El Zaragoza, en tímidas arremetidas, no proporcionaba el último pase ni el disparo desde la frontal. Avisó un acertadísimo Sergio Rodríguez pero su pase atrás no encontró a nadie y sacó Laguardia. Poco después, el italiano Rennella abrió un espacio y chutó sin pensarlo; su rosca no encontró portería. En la última de la primera parte, el mismo Rennella pudo irse solo pero se la quitaron en el último momento. El Zaragoza acabó pidiendo la hora en los 45 primeros minutos, y la reacción maña parecía quedar anulada.

Sin cambios tras el descanso, nada cambió tampoco en lo que se veía sobre el verde del Ángel Carro. Volvió a golpear el Lugo, con un disparo invalidado pero que atrapó Leo Franco. El Real Zaragoza intentó salir a morder para llevarse el partido, pero acabó concediendo atrás y las ocasiones se sucedieron. Sin embargo, el gol llegó en un balón parado. Una gran falta botada por Manu la cabeceó el central Víctor Marco a la malla blanquiazul. El planteamiento se les venía abajo a los visitantes y Herrera introdujo a Javi Álamo y Víctor Rodríguez rápidamente. La lluvia intensa, el juego más vertical del Lugo y las imprecisiones en los controles impedían al Zaragoza desplegar una ofensiva bien asentada. Pronto, la falta de tiempo impacientó a los zaragocistas, que se precipitaban colgando todos los balones al área ante un Roger casi anulado por los centrales del Lugo. Entró Barkero por Rico, pero no hubo manera. De hecho, si bien en los últimos minutos el control fue visitante, la sensación de peligro no era ni parecida a la que había creado el Lugo con anterioridad.

Así, se consumó la segunda derrota consecutiva del Real Zaragoza, esta vez a domicilio. No fue el día del equipo aragonés, que no supo a qué quería jugar excepto en algún tramo de la primera parte. El Lugo supo madurar el partido adecuadamente, jugó a lo que sabía jugar y pudo haber marcado algún gol más si Rennella hubiera estado acertado. Los gallegos pegan un salto y se meten de lleno en el meollo del ascenso. El Real Zaragoza se vuelve a complicar la vida y deja pasar otro tren para terminar de engancharse a los puestos de privilegio.