Tenerife y Real Zaragoza han empatado a uno en un partido dominado por el conjunto local, dejando pasar una buena oportunidad de acercarse a los puestos de promoción. Mientras, los hombres de Paco Herrera continuan con sus malos resultados en el mes de febrero, aunque han conseguido parar la sangría de dos derrotas consecutivas.

Suso vuelve loco a la defensa

El Tenerife salió con la premisa de dominar el partido, y desde el inicio se pudieron ver esas intenciones. Los chicharreros se hicieron rapidamente con el centro del campo y llevaron la iniciativa en muchos momentos de la primera parte. Además, aprovecharon la rapidez del césped para meter velocidad a los pases. Con la lección bien aprendida, el conjunto local buscaba constantemente la espalda de Diego Rico, apoyándose en un Suso que volvió loco al canterano zaragocista, aunque sus centros al área no encontraban un rematador, anticipándose muy bien Laguardia y Arzo.

Por su parte, el Real Zaragoza solo era capaz de crear peligro con recuperaciones, saliendo rápidamente a la contra. Así llegaron las ocasiones más claras de los aragoneses, primero con un tiro de Cidoncha que llegó mansamente a las manos de Roberto, y posteriormente con dos tiros de Roger y Víctor, que salieron desviados de la portería local. En el momento en el que parecía que mejor estaban los hombres de Paco Herrera, otra vez Suso volvió loco a Rico, al que dejó sentado, y puso un magnífico centro al punto de penalti que Juanjo, anticipándose a su marcador, remataba de cabeza a la portería de un Leo Franco que apenas pudo hacer nada para salvar la ventaja local.

A partir de ahí, los visitantes intentaron reaccionar lo más rápidamente posible, y casi consiguieron volver a establecer el empate con un disparo de Luis García, que mandó por encima de la portería tras haber podido bajar en el área un buen centro de Montañés. Aún así, fueron los locales los que pudieron sentenciar el partido. Leo Franco sacaba una salvadora mano a un disparo de Cristo tras una estupenda jugada de Suso.

La mala situación climatológica, con una intensa lluvia y un fuerte viento, supuso que en los últimos 10 minutos apenas hubiera oportunidades por parte de ambos equipos a crear ocasiones de gol, llegando así al descanso del partido.

La suerte se alía con el Real Zaragoza

Se iniciaba la segunda parte con un resultado adverso para el conjunto aragonés sin cambios en ninguno de los dos equipos, y el panorama del partido cambió: el Tenerife dió un paso atrás y cedió el balón al Zaragoza, que solo era capaz de llegar hasta las inmediaciones del área rival, sin ser demasiado pronfundos. Por su parte, los locales esperaban hasta tener la más minima oportunidad de salir a la contra, aprovechando la velocidad de Suso y Ayoze.

Las mejores ocasiones para el conjunto de Paco Herrera llegaron de las botas de Víctor Rodríguez, que probó en dos ocasiones batir a Roberto, aunque sus disparos se marcharon desviados por poco. En el otro bando, Ayoze intentó dar una mayor ventaja a los suyos, pero en unas ocasiones Leo Franco y en otras la mala puntería, hizo que el marcador no se moviera.

La entrada al campo de Henríquez y Tarsi en sustitución de Luis García y Paglialunga dió al Real Zaragoza otro aire. Los maños embotellaron a los chicharreros a base de centros y aproximaciones interesantes, pero la imprecisión, sumado a la buena labor de los defensores locales, imposibilitaban que hubiera peligro. Cuando parecía que no había forma de batir la meta del Tenerife, una desafortunada salida de Roberto al saque de una falta de Rico permitió que César Arzo pudiera conectar un remate que terminó dentro de la portería local.

El Real Zaragoza había empatado, y quedaban apenas cinco minutos. El Tenerife, herido en su orgullo, no permitió que el gol recibido les afectara y empezó a acosar la portería de Leo Franco. A base de enviar pases profundos sobre una adelnatada defensa y de córners, los hombres de Álvaro Cervera probaron las habilidades del arquero argentino, que volvió a salvar a su equipo.