Con numerosos cambios en ambos equipos a causa de las bajas de futbolistas titulares, el partido comenzó sin un claro dominador del juego. Los primeros minutos no eran de ninguno de los dos conjuntos, que se mostraban fallones y sin muchas ideas en la creación de ocasiones de peligro.

En el minuto 10, se generó la primera llegada peligrosa de los visitantes. En un falta botada desde la derecha del área, Whalley salió, pero su despeje lo cogió un jugador rival, que a punto estuvo de hacer el primero, aunque finalmente mandó el balón al lateral del la red. Ante eso, el Real Zaragoza respondió, y en un contragolpe rápido, Víctor disparó con efecto sobre la meta defendida por Cuéllar, pero el esférico no encontró portería.

Los zaragocistas, en busca de la victoria desde el comienzo

El Real Zaragoza despertó y empezó a generar más ocasiones. Los maños controlaban la posesión y llegaban al área rival hilando buenas jugadas. En una de ellas, de nuevo Víctor a punto estuvo de hacer el primero para los locales. El joven catalán se internó en el área y, ante la salida de Cuéllar, le batió con una vaselina, pero el balón no iba con suficiente potencia ni puntería, y la defensa lo recogió sin problemas. Instantes después, fue Roger el que intentó sorprender con un disparo lejano, pero el guardameta atrapó el cuero.

El Zaragoza buscaba el gol con más insistencia, pero los sportinguistas sabían que esperar podría darles resultado.

Los minutos pasaban, y los maños seguían buscando el gol. Una falta botada de manera magistral por Tierno, a punto estuvo Roger de cabecearla al fondo de las redes, pero el valenciano no llegó por centímetros y el balón se perdió por línea de fondo. Las ocasiones se sucedían, el Sporting sufría y la afición zaragocista disfrutada con el juego de su equipo.

Pese a que el juego era blanquiazul, los sportinguistas sabían que esperar les daría oportunidad de conseguir su objetivo. A base de jugadas a balón parado y alguna jugada rápida en la zona de ataque, buscaban adelantarse. En una de las faltas cercanas al área, Whalley falló en la salida y el balón se coló en la portería, pero la acción estaba invalidada por fuera de juego.

El partido era de idas y venidas. Ambos conjuntos tenían sus ocasiones para marcar, pero ninguno las aprovechaba. En el minuto 24, Carmona disparaba con potencia, pero Laguardia se interponía en el recorrido del balón y éste se marchaba a córner. Poco después, Henríquez tendría la más clara del partido hasta el momento. El delantero chileno, tras una gran carrera, se plantaba solo ante Cuéllar, pero disparaba a cuerpo del guardameta, desaprovechando, así, una ocasión inmejorable para adelantar a los blanquillos.

Cuando parecía que la primera parte moriría con el empate a nada en el luminoso, apareció Roger. El delantero zaragocista aprovechaba una mala salida de Cuéllar para robarle el esférico y disparar a placer con la portería vacía. La afición, cansada de la situación que atraviesa el club, celebraba el gol, pero, tras ello, los gritos de mofa inundaban La Romareda.

El Sporting no da con la tecla, los maños pelean por ampliar la ventaja

La segunda mitad comenzó con el equipo de Víctor Muñoz buscando amplicar la ventaja en el luminoso. Aunque no disponían de ocasiones muy claras, Roger volvió a buscarle las cosquillas a Cuéllar cuando éste jugaba el balón con los pies, y muy cerca estuvo el valenciano de volver a robarle el esférico para anotar el segundo de la tarde.

Mientras, el Sporting no encontraba la manera de llegar al área defendida por Whalley, y solo intentaba la igualada con disparos lejanos que llevaban potencia, pero nada de colocación. Los rojiblancos sabían que el playoff de ascenso podía peligrar si se perdía en tierras mañas, pero no conseguían dar con la tecla que les acercara al objetivo de, al menos, no perder.

En el minuto 56, los maños volvieron a meterle el miedo en el cuerpo a los visitantes. Montañés disparaba colocado y con potencia, pero Cuéllar intervenía de manera magistral para detener el esférico. Sin embargo, el peligro no terminó ahí, ya que el balón quedaba muerto en el área entre rechaces y botes, aunque la defensa terminaba por despejar.

El Sporting saca petróleo de los minutos finales

De ahí a los minutos finales, la historia no varió. El Real Zaragoza buscaba el segundo, pero no conseguía ampliar la ventaja. De esta manera, el Sporting empezó a hacerse con el esférico y a llegar con más peligro a la meta defendida de Whalley y, así, a tres minutos para el final, llegó el empate. El balón se le metía por debajo de las piernas a Whalley, tras un remate de cabeza de Bernardo.

Ya no hubo tiempo para más. Un punto para cada equipo que sirve a los maños para sellar la permanencia y a los sportinguistas para seguir peleando por acabar la temporada en playoff de ascenso.