El Real Zaragoza ha conseguido sumar su segunda victoria de la temporada tras imponerse al Llagostera por 0-1 con un  gol de Borja Bastón en tierras catalanas. Estos tres puntos situan al conjunto aragonés en la décima posición con nueve puntos, mientras que el equipo entrenado por Castillejo ocupa la decimocuarta con siete puntos. 

El encuentro estuvo marcado por dos acciones dudosas que pudieron influir en el resultado final, pero que finalmente no lo hicieron. La primera jugada se produjo a la media hora de la segunda parte, cuando Eldin caía dentro del área y el colegiado señalaba penalti. “En directo y desde la posición del árbitro cualquiera señala el penalti, pero visto en la tele y repetido vemos que es un lance del juego y que no hay nada de nada”, explica Bueno Grimal, quitando parte de la responsabilidad a Muñoz Mayordomo.

La segunda, por su parte, se produjo tras un centro del Real Zaragoza dentro del área catalana y el balón golpeaba en el brazo de un defensor del Llagostera. "Lo considero involuntario. El balón le va claramente al brazo, cuando este se caía al suelo intentando despejar el balón con los pies", señala Grimal.

Más allá de esas dos jugadas polémicas, Grimal considera que el colegiado estuvo muy atento en el seguimiento del partido y castigó correctamente todas las infracciones de los jugadores: “Sanciono el juego sucio como son los emplear los brazos de forma temeraria, así como los derribos y también por sujetar. Sacó las tarjetas justas, todas muy claras”. “Le falto un poco más de genio para imponerse en alguna jugada a los jugadores para no dejar lugar a dudas”, señalaba el ex árbitro aragonés, por buscarle un pero a su actuación del sábado.

De esta forma, se puede decir que Muñoz Mayordomo tuvo una actuación bastante buena, a pesar de fallar en la primera jugada del penalti. “Llevo bien el encuentro, estuvo bien asistido en las bandas y físicamente, perfecto”, señalaba el ex colegiado. Valorando todo esto, Bueno Grimal ha puntuado la labor del trencilla del comité castellano-manchego con un ocho.