Criticado por unos, defendido por otros, las opiniones entorno a Víctor Muñoz y su actuación como técnico del Real Zaragoza son muchas y distantes entre sí. Las dos victorias conseguidas por el conjunto maño han conseguido cambiar la dinámica y el ánimo del equipo y la grada.

Uno de las grandes dudas que sobrevuelan sobre Víctor son sus planteamientos con los cambios que realiza el equipo durante el partido. Las sustituciones que realiza el entrenador blanquillo parecen no gustar del todo a los aficionados. Pero, ¿qué errores comete Víctor Muñoz a la hora de realizar sustituciones?

La preocupación de mantener el resultado

Lo cierto es que Víctor Muñoz tiende a ser conservador cuando tiene el marcador a favor. No obstante, no siempre la que parece la opción lógica para mantener el resultado funciona. Meter a un jugador defensivo o más físico no hace al equipo defender mejor. Este hecho se vio claramente en el último partido disputado ante el Llagostera. Víctor Muñoz decidió sustituir a Ruiz de Galarreta por Basha cuando solo llevábamos 64 minutos disputados.

El resultado: El Real Zaragoza se echó atrás, dejo el dominio del balón al conjunto local y vivió sus peores minutos a lo largo del encuentro. El jugador cedido por el Athletic ha sido sustituido en hasta tres ocasiones a lo largo de la temporada. Dos de ellas, Diogo ha entrado en su lugar, mientras que en la última ocasión fue Basha. La jugada está clara, Víctor busca meter físico y a un jugador defensivo para mantener el resultado, pero se trata de una mentalidad contraproducente, ya que es cuando el Real Zaragoza pasó sus peores minutos.

El equipo cambia completamente sin Ruiz de Galarreta en el campo.

Sin Ruiz de Galarreta en el campo, el equipo pierde claramente toque de balón, inteligencia y la pausa necesaria que ofrece Íñigo al Real Zaragoza.  Su asociación con Albert Dorca es una de las grandes noticias que ha dejado el equipo hasta el momento, aunque por momentos se han visto obligados a trabajar demasiado en defensa y a tener que retrasar su posición en exceso.

¿Por qué esperar tanto?                                                                                        

Otro de los aspectos que destaca de Víctor Muñoz a la hora de realizar las sustituciones es el tiempo que espera el entrenador maño para hacer los cambios. Con la excepción del partido ante el Alavés, a Víctor siempre le gusta guardarse un cambio para los últimos minutos del encuentro, o incluso dos como ocurrió ante el Llagostera.

Puede entenderse esta actitud cuando el equipo está bien físicamente, realizando un buen juego sobre el campo y sin aparentes dificultades defensivas, pero no es el caso del Real Zaragoza.

Ante el Llagostera, sin Ruiz de Galarreta ya en el campo, el Real Zaragoza sufría sus peores momentos del encuentro. Desgastados físicamente, Álamo aumentó su número de imprecisiones, mientras que a Eldin se le notaba el cansancio, participando menos en ataque y ofreciendo pocas ayudas en defensa. Pese a todo Víctor Muñoz no reaccionó hasta los últimos instantes.

El último cambio, además, suele ser utilizado por Víctor Muñoz para hacer una declaración de intenciones total. Lolo o Diogo han entrado por jugadores más creativos. Con estos cambios Muñoz le dice claramente al equipo que se eché para atrás al completo, para intentar aguantar el resultado.

El problema de las lesiones

A Víctor Muñoz no se le puede achacar nada cuando se ve obligado a realizar los cambios por las lesiones que sufren los jugadores durante el partido. Pedro tuvo que salir del campo en el partido ante el Barça B cuando aún no había llegado el partido a descanso.

El colmo llegó en el partido ante el Sabadell, en el que primero Rico y posteriormente Nieto tuvieron que salir sustituidos lesionados. El puesto, que era el más discutido del equipo, recayó en Cabrera, que se ha adueñado del lateral zurdo con buen rendimiento.

La solución: Álvaro Tierno

Queda claro que buscar un cambio más físico o un jugador más defensivo no ayuda a este Real Zaragoza, que necesita el balón para poder defenderse mejor. Lo extraño es que Víctor Muñoz, pese a hacer cambios defensivos, intenta siempre dejar a dos delanteros en el campo.

Esta situación hace que el equipo se rompa en dos, obligando a los centrocampistas a defender y dejando a los delanteros solos arriba. El hueco entre unos y otros se engrandece y los espacios para el equipo contrario crecen.

Una posible solución ante esto sería que el cambio, en vez de ser el de Galarreta por un centrocampista defensivo, fuera el de meter a un centrocampista más por un delantero, buscando compactar al equipo y tener la posesión.

Con Tierno sobre el campo y el marcador a favor, el Real Zaragoza tendría a otro pelotero de buen toque y con dotes organizativas para ayudar a Dorca y Galarreta. El esquema cambiaría a un 4-3-3 en el que Dorca actuaría como pivote, anclando el equipo y protegiendo la zona de los centrales. A sus lados, Galarreta en derecha y Tierno en izquierda, como interiores, buscando tener el balón lo máximo posible.

Acertar con los cambios es fundamental en el fútbol, ya que pueden cambiar un partido. Si bien Víctor no ha estado acertado hasta el momento, la temporada solo acaba de empezar, pero queda claro que el Real Zaragoza se defiende y juega mejor teniendo a los jugadores con buen toque como Galarreta o Tierno sobre el césped.