Empate agridulce del conjunto aragonés ante el Lugo, pese a que el postrero gol de Willian José deja buen sabor de boca. Los cambios que sacó de inicio Víctor Muñoz fueron los previstos. Diego Rico volvió a la titularidad por Cabrera, en lo que sería un auténtico examen para el lateral zurdo después de las buenas actuaciones de su compañero uruguayo.

Planteamiento inicial

Precisamente Diego Rico, condicionado por el terreno de juego claramente, no se prodigó en ataque, de la misma forma que tampoco lo hizo en la otra banda José Fernández. Entre los movimientos más interesantes que se produjeron en el planteamiento inicial de Víctor estuvieron las ayudas de Galarreta atrás, recogiendo gran cantidad de balones peligrosos en la frontal del área y alrededores. El Real Zaragoza pudo salir bien al ataque principalmente por las anticipaciones a mucha altura de Mario, una cuestión que merece la pena tratar a fondo. Por último, Eldin volvió a ser todo un peligro por dentro, mientras Álamo perdió profundidad respecto a otros partidos.

Víctor se vio obligado a cambiar el tipo de presión

Empezó el Zaragoza de Víctor buscando robar al Lugo en su propio campo. Sabiendo que los de Quique Setién intentan siempre sacar la pelota jugada, los blanquillos buscaron presionarles para incomodarles, con Willian José y Borja Bastón a la misma altura.

Sin embargo, al poco de empezar el encuentro Víctor Muñoz se dio cuenta de que el Lugo sacaba la pelota con excesiva comodidad, gracias a que los mediocentros del Real Zaragoza tenían muchos problemas cuando el Lugo superaba la primera línea de presión formada por los dos delanteros zaragocistas.

Por tanto, el equipo aragonés cambió a la presión habitual que hemos visto en los últimos partidos, con Willian José y Borja presionando cuando el balón va hacia atrás (hacia centrales), pero con Willian José por detrás de su compañero de ataque cuando el Lugo intenta salir de inicio.

Esto incomodó la salida de balón del Lugo, que dejó de poder entrar por la zona central y se vio obligado a lanzarse a la banda de Rico, algo que sin duda el conjunto gallego tenía preparado. Sin embargo, una vez más la posición de Willian José, sin necesidad de presionar arriba, sólo gracias a un buen posicionamiento, volvió a ser la pieza clave en la presión zaragocista.

Más allá de dos buenas faltas

El trabajo de Willian José fue mucho más allá de sacar las dos faltas con gran maestría y con diferentes registros de su golpeo, que a la postre fueron claves para sumar el punto. Al margen de todo el trabajo que realiza en ataque, cabe destacar que una vez más fue clave en la defensa.

No solo en el posicionamiento como hemos explicado antes, sino que cuando el equipo se rompió por la falta de físico de Eldin y Álamo, Willian bajaba incluso a la línea de medios, para ayudarles y evitar así la superioridad numérica del Lugo.

Además, el delantero brasileño realiza coberturas a Dorca y Galarreta cuando estos adelantan su presión, haciendo que el equipo no se descompense.

Salvar la debilidad de Rico

Es conocida la debilidad que tiene el Real Zaragoza cuando Rico juega como lateral izquierdo titular, y el Lugo no dudó en aprovecharla y lanzarse a esa banda una y otra vez, con un Iriome que encontró un filón a través del cual lanzarse para hacer daño al equipo maño.

Sin embargo, el Real Zaragoza se recompuso de forma de salvar al máximo posible esa debilidad en la banda izquierda:

Con Rico tapando a Iriome, Eldin se posicionaba más hacia dentro, buscando tapar cualquier salida interior y ayudar a Rico por si se producía la subida del lateral. Por tanto, el extremo del Lugo se veía obligado a buscar la salida hacia fuera, para después poner el centro.

Lo consiguió una y otra vez, llevándose a Rico en velocidad, sin embargo allí esperaban bien colocados Mario y Rubén, que cada vez que el balón iba a la banda de Rico se lanzaban para cubrir bien la zona de área.

Mientras tanto, Galarreta se hizo dueño y señor de todos los balones muertos en las inmediaciones del área, colocándose en la frontal y destrozando cualquier posibilidad de rechace.

Mario y sus anticipaciones

Probablemente sea lo que más destaca de este central. Líder de la zaga cada vez más consolidado, Mario es uno de los motores de este Real Zaragoza. Su anticipación se ha transformado en la mejor forma de recuperar balones a mucha altura para lanzarse al ataque.

Muchas veces el central quiere anticipar tan adelante que llega a superar la línea de los dos centrocampistas, lo que puede suponer un problema por el espacio que deja a su espalda y por la descompensación que puede sufrir el equipo, la cual no ocurrió el domingo gracias a la velocidad del central, que no erró prácticamente a la hora de salir a robar.

El terreno de juego condicionó el partido desde las bandas

Viendo que al Real Zaragoza le costaba mucho tener la pelota (la posesión fue claramente para el Lugo) debido en parte a las condiciones en las que se encontraba el terreno de juego, las bandas y el juego directo se convirtieron en un buen recurso.

Cuando el balón iba a una banda, el Real Zaragoza buscaba la opción del centro desde atrás y la acumulación de hombres arriba, en el área. Álamo y especialmente Eldin se internaron para buscar zona de remate.

Por otro lado, el terreno de juego también condicionó la manera de desenvolverse de los extremos. Eldin buscó más las diagonales sin balón que con balón, con el balón al espacio para entrar hacia dentro (tal y como sucedió en la jugada del gol mal anulado).

En el lado contario, Álamo jugó una primera parte nefasta, buscando como siempre las conducciones cuando existían mejores opciones de pase y con un terreno de juego que no dejaba correr con balón con normalidad. Por lo tanto, casi cada conducción de Álamo se traducía en falta o balón perdido del Real Zaragoza.

La fe de Borja Bastón

Cinco goles en siete partidos y muchos registros para conseguir anotar, Borja Bastón se ha convertido en una de las grandes noticias de este Real Zaragoza. Un goleador que recuerda mucho a tiempos mejores, en los que el equipo aragonés contaba con algunos de los mejores rematadores del país, salvando las distancias claro.

En los dos goles que marcó dejó clara su fe para luchar cada balón hasta conseguir su objetivo: el gol.

No tenía la ventaja en la jugada del penalti, pero lo fue suficientemente listo y aguerrido para meter la puntera de su bota y conseguir así que el central del Lugo le derribara provocando el penalti y anotando su primer gol

Posteriormente, en la gran falta de Willian José decidió lanzarse hacia el rechace para conseguir introducirlo dentro de la portería cuando nadie había ido a por el balón.

Los errores individuales costaron caro

Dejando de lado los errores arbitrales o los problemas con los cambios de Víctor Muñoz, si algo deja patente el encuentro ante el Lugo es el equipo aragonés tiene muchas cosas que mejorar. La falta de concentración dejó al Real Zaragoza a merced de su rival por momentos, que el equipo de Víctor Muñoz acabó pagando muy caro.

La falta de físico mediado el segundo tiempo provocó que Eldin y Álamo desaparecieran de las ayudas defensivas que habían existido en la primera mitad. El equipo se partió y sufrió más las llegadas del Lugo.

En el segundo gol del Lugo se cometieron varios errores cruciales:

1º El espacio a la espalda de Fernández es excesivo, dejando mucha zona libre para cuando David López rompe al espacio. Dorca comete un error de marcaje al no seguir al jugador del Lugo:

2º En lugar de ir a por él una vez ha perdido la marca, Dorca se va al área a tapar un pase que ya estaba cubierto por Lolo y Rubén. El centrocampista debía haber encimado al jugador del Lugo para evitar que se internará hasta el fondo.

Por último, Whalley se deja llevar por su instinto pero elije mal. Se lanza a tapar el pase en lugar de su palo, cuando el pase ya estaba cubierto por hasta 5 jugadores.

En el tercer gol del Lugo el error es claramente de Lolo, que entró y realizó un mal partido sustituyendo a un Mario que había estado excelente. Cuando parece que tiene la posición ganada, Lolo calcula mal y no consigue llegar al balón, dejando que Luis Fernández se haga con él en una posición franca.

Lo peor es que una vez superado, Lolo se despreocupa de la jugada, y en lugar de intentar tapar o incomodar al delantero del Lugo se preocupa más de que el árbitro vea que no comete penalti.

Fuente de las imágenes: La Sexta.