El Real Zaragoza ha perdido por 2-3 contra el Tenerife en La Romareda en el partido que cerraba la jornada en Segunda División. Los maños ponen fin así a una gran racha de partidos sin perder frente a un equipo insular que consigue el primer triunfo a domicilio y consigue escapar de los puestos de abajo.

El conjunto aragonés se encontró con un gran contratiempo durante el calentamiento.  En principio Víctor Muñoz iba a repetir el mismo once que se impuso al Alcorcón, pero  Vallejo tuvo que remplazar a Mario Álvarez por unas molestias y formaría pareja en el centro de la zaga con Rubén González, una pareja inédita hasta el momento. Por parte visitante, Cervera salió con la misma alineación que ganó al Barcelona B, con el tridente ofensivo formado por Suso, Cristo e Ifran como principal arma.

Los fallos defensivos condenan a los dos equipos

El Real Zaragoza se hizo con el control del partido desde los primeros minutos gracias a la buena presión maña y buscaron con más intención la portería de Roberto, aunque esas aproximaciones se quedaban muy lejos de generar un verdadero peligro. El Tenerife intentaba quitarse el domino local, pero no conseguía hacerse fuerte en el centro del campo, siendo superados claramente por los jugadores blanquillos.

A pesar de ese inocente dominio, el conjunto local recibió un revés muy duro cuando apenas se cumplían los primeros quince minutos de juego. Un fallo en la defensa y en la salida de Oscar Whalley permitía a Ifran, que se encontraba algo escorado, anotar el primer tanto de su equipo en la primera aproximación de los insulares. Distinto a lo que se podía esperar, el equipo aragonés intentó reaccionar y volver a igualar el choque con dos remates de cabeza de Borja Bastón y Willian José, pero el primero lo despejó el guardameta y el segundo salió algo desviado.

Pero la recompensa llegó diez minutos después. El resultado que campeaba en el marcador no era justo con respecto a lo que se estaba viendo sobre el terreno de juego y fue Rubén González, discutido en varios momentos por la afición, quien pusiera la igualada con un remate de cabeza tras un saque de falta de Eldin y un fallo defensivo en la marca. El Tenerife a punto estuvo de volver a adelantarse en la jugada siguiente con otro fallo en la zaga. Suso se plantaba solo ante Whalley pero su disparo impactaba en la cruceta y salía repelido.

Tras estos minutos tan frenéticos el encuentro se tranquilizó y el dominio se iba alternando, aunque ninguno de los dos conseguía generar mucho peligro. Todos los intentos se quedaban en eso, meras aproximaciones. Sobre el terreno de juego los insulares se iban sintiendo cada vez más cómodos y generaban dudas en los maños, lo que se transmitía a una defensa no muy acertada. El centro del campo aragonés formado por Dorca y Galarreta había ido desapareciendo paulatinamente y el tridente ofensivo compuesto por Willian José, Borja Bastón y Eldin no lograba conectar entre sí. Ifran, antes del descanso, tuvo la posibilidad de marcar su segundo tanto de la noche con un remate con la testa, pero Whalley consiguió solventar el peligro. Con esto se llegaría a la conclusión de los primeros cuarenta y cinco minutos.

El árbitro, protagonista principal

El Real Zaragoza mostró desde el primer momento que su único objetivo era la victoria y fue a por el segundo gol. Primero con un disparo de Jaime Romero tras una buena jugada individual y después con un cabezazo de Eldin tras un centro de Fernández que salía rozando el palo de Roberto animaban a los fieles que acudieron a La Romareda. Pero todo cambió en el minuto 55, cuando el colegiado señalaba el punto de penalti por un supuest agarrón de Borja Bastón sobre Hugo Álvarez tras el lanzamiento de una falta lateral del Tenerife. Vitolo era el encargado de lanzar desde los once metros y no falló, volviendo a adelantar a los suyos.

El conjunto aragonés, espoleado por la afición, se enrabieto por lo que estaba pasando e intentaba poner el 2-2 con disparos lejanos repelidos por la defensa. Aun así, los blanquillos se estaban mostrando nerviosos por la situación que se vivía, algo que los insulares intentaban aprovechar saliendo a la contra. De esta forma llegaría el tercer gol de los de Álvaro Cervera. El trencilla volvía a señalar los once metros tras una pugna entre Rubén y Cristo Martín que esta vez Ifran se encargaba de materializar.

El Real Zaragoza no se iba a rendir tan fácilmente y se fue al ataque aprovechando que el Tenerife se había replegado. Borja Bastón no podía faltar a su cita con el gol y cuando casi se llevaba media hora de la segunda mitad, el delantero madrileño conseguía rematar a las redes un centro raso de Cabrera desde la banda izquierda. La afición se vino arriba y vio con esperanza la posibilidad de que se produjera una remontada local. 

Conforme iban transcurriendo los minutos, el Tenerife se fue quitando poco a poco el dominio local y las ocasiones de los de Víctor Muñoz empezaban a llegar con cuentagotas debido a las imprecisiones a la hora de elegir la mejor opción para el ataque. Los visitantes jugaron con esa necesidad maña y en los últimos compases del choque consiguieron evitar las aproximaciones a través de inteligencia llegando así a la conclusión del partido.

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Sobre el autor
Víctor Tomás
Zaragoza. Redactor y coordinador adjunto de @Zaragoza_VAVEL. Periodismo en la Universidad San Jorge. Contacto: [email protected]