Rubén Castro tiene ya 33 años, su explosión como futbolista llegó tarde pero parece que su ocaso también lo hará. Por el momento es uno de los futbolista con más talento (sino el que más) de la Segunda División, uno de los futbolistas capaz de marcar la diferencia en cada encuentro. Para muestra solo hay que ver sus partidos este año, en los que el Betis ha necesitado a menudo de sus actuaciones individuales para salvar puntos que se escapaban. 

Trayectoria

Su explosión como jugador le llegó tarde, en parte porque no le dieron la oportunidad en muchos equipos. Rubén Castro salió de la cantera de Las Palmas, con el filial del cual consiguió ganar la tercera división. Siendo muy joven debutó con el primer equipo en primera división, y en la siguiente temporada de su debut marcó sus primeros goles en la primera división.

Ese mismo año la U. D. Las Palmas descendería a la segunda división, en la cual Rubén Castro se consoloidaría en el primer equipo jugando 80 partidos en dos años y anotando un total de 31 goles, 22 de los cuales los marcó en la segunda temporada. Sus buenos registros le llevaron a fichar por el Deportivo, en el cual iniciaría una etapa llena de cesiones, que influyeron en la carrera del jugador.

Albacete, Racing, Nástic de Tarragona, Huesca y Rayo Vallecano fueron los destinos a los que llegó Ruben Castro en forma de cesión. Solo jugó dos temporadas en el Deportivo entre medio de tanto préstamo, y nunca tuvo suficientes oportunidades. Sin embargo en 2008 explotaría sus registros goleadores como ya hiciera en su club de origen. El afortunado que viviría su explosión sería el Huesca, en el que Rubén Castro anotó 14 goles en 41 partidos.

El canario repitió la misma cifra en su cesión al año siguiente al Rayo Vallecano y tras estos buenos registros, Rubén se dio cuente que necesitaba un cambio y encontrar acomódo en un equipo de una vez por todas. Ese verano el Betis había descendido y no dudó en hacerse con los servicios del delantero, que ya había demostrado que podía rendir en segunda división. Pero Rubén Castro superó todas las expectativas y llevó al Betis al ascenso con sus 32 goles, una cifra espectacular.

Desde entonces, en tres temporadas en la primera división con el conjunto andaluz, Rubén Castro no dejó de perforar redes rivales. El delantero anotó 16 goles en la primera temporada, 18 en la segunda y diez en la tercera, en la que el Betis volvió a descender a la Segunda División. Pese a tener ofertas en varios equipos, el canario decidió quedarse en el equipo que le había dado la oportunidad de encontrar la regularidad, para convertirse en el abanderado del club en su busca por el ascenso.

El pichichi como objetivo

Esta temporada Rubén Castro va camino de volver a romper todas las expectativas. Sus actuaciones individuales están sobresaliendo como era de esperar debido a su nivel. diez goles en 12 partidos y la determinación suficiente para liderar al equipo en momentos difíciles. Prácticamente solo ha llevado a su equipo a la victoria en varios encuentros.

Con solo un gol menos se encuentra el goleador zaragocista, Borja Bastón, al que se enfrentará este fin de semana en un encuentro con mucho sabor a primera, por la calidad de los jugadores, la historia de los conjuntos e incluso la hora a la que se jugará. Todo predispuesto para un partidazo en el que los dos goleadores deben marcar la diferencia.

Un goleador certero

Poco se puede decir de Rubén Castro. El canario ha demostrado ya muchísimas cualidades. Ha perdido algo de velocidad respecto a sus primeros años en el Betis, pero ha mejorado aspectos como su capacidad para moverse mejor desde la punta de ataque, cayendo a bandas o rompiendo el fuera de juego con desmarques que desconciertan al rival y que se convierten en una de sus mejores armas para buscar el gol.

Sigue teniendo una buena aceleración y cuando se planta enfrente de la portería rival es certero como pocos, gracias a su disparo, su técnica y la cantidad de recursos que tiene para definir a cualquier punto de la portería. Además es un seguro desde los once metros. 

A nivel técnico es un jugador con mucho talento, con un buen regate en estático y especialmente en carrera, gracias a sus cambios de ritmo. Tiene un buen control del esférico, que le ayuda en las recepciones de espaldas a portería pese a no ser jugador especialmente fuerte y que prefiere jugar encarándo al contrario. Si algo se le puede achacar al delantero es la falta de sacrificio en algunos momentos del partido, pero de eso se encargan otros en este Betis, Rubén Castro es el encargado del gol, y de momento cumple de forma espléndida.