Nueva derrota de un Real Zaragoza que camina sin rumbo, deambulando sin ideas. Un hecho que se palpa en el campo, en cada movimiento y pase de los jugadores, y que se hace evidente en el banquillo. El Numancia se impuso a partir de saber controlar su ventaja, aprovecharse de la inoperancia del Real Zaragoza y dormir el partido a su antojo.

Planteamiento inicial

Planteamiento inicial del Real Zaragoza.

Cambios en el once respecto al partido pasado. Ante la lesión de Rubén, Víctor Muñoz prefirió contar con Mario y trasladar a Cabrera desde el lateral para volver a dar entrada a Rico en la banda. Un problema muscular hizo que Mario fuera sustituido por Vallejo, que tampoco acabaría el partido por una lesión. Completaba la defensa un Diogo que repetía titularidad.

El otro gran cambio era Lolo por de Galarreta. Un cambio que suponía muchas cosas para la forma de jugar del Real Zaragoza, que perdía a su timón en el centro del campo. El buen partido de Lolo ante el Betis fue un espejismo, al menos visto lo que se vio ante el Numancia. Lolo desapareció con las ideas del Real Zaragoza después del gol del Numancia.

El partido antes del gol: El Zaragoza y los espacios

Pudimos ver a lo largo del encuentro dos partidos completamente diferentes: uno antes del gol inicial del Numancia y otro después del tanto de Sergi Enrich. Ese gol, cambió absolutamente el partido. El Real Zaragoza salió con la idea a la que nos ha acostumbrado Víctor Muñoz a lo largo de la temporada, sin cambiar ni un ápice su forma de jugar, el entrenador aragonés planteó un bloque bajo, con dos líneas de cuatro y Willian José por delante a la hora de defender, dejando a Borja Bastón con los centrales.

El Real Zaragoza se vio beneficiado por el planteamiento del Numancia, que inició el partido con una presión muy adelantada de todos sus hombres, buscando que el Real Zaragoza no jugara por medio, pero dejando un espacio muy grande para que Willian José campara a sus anchas entre las líneas de la defensa y el centro del campo local.

Al estar la defensa del Numancia bastante adelantada acompañando al equipo, a su espalda quedaban muchos espacios, justo lo que necesita el Real Zaragoza. Sin presión, Willian José conseguía recibir tranquilamente entre líneas, con el tiempo y la calidad suficiente para poner balones a la espalda de la defensa local, pero ni Borja Bastón ni Pedro fueron capaces de aprovechar las asistencias del brasileño, dando vida al Numancia que no la desaprovecharía para anotar el primer gol y cambiar por completo el partido.

El partido tras el gol: Sin espacios no hay ideas (sin plan B)

Con el gol el Numancia supo muy bien como apagar al Zaragoza. Jugándoselo todo a un plan A,Víctor Muñoz no supo como reaccionar ante lo que planteó el Numancia tras el gol. El equipo local retrasó su línea defensiva, al igual que la de los dos pivotes, formando un bloque infranqueable para un Real Zaragoza que necesita los espacios para jugar cómodo.

El resto de hombres del Numancia presionaba la salida de balón, especialmente a los centrocampistas zaragocistas. Dorca intentó llevar la transición defensa-ataque lo más cómoda posible, pero Lolo estuvo desaparecido por completo, dejando un vacío en el centro del campo y obligando a salir al Real Zaragoza en largo en la mayoría de ocasiones.

El Numancia buscaba seguir cerrando la salida hacia dentro del Real Zaragoza, evitando que el Real Zaragoza saliera en corto y obligando a los centrales y laterales a lanzar balonazos hacia delante una y otra vez, sabiendo que sus defensas, bien posicionados atrás para no tener que correr hacia su portería, tenían todo para cabecear los balones fuera de la zona de peligro.

Por si fuera poco, ninguno de los defensas buscaba arriesgar un poco más para salir con el balón, a excepción de Vallejo. Diogo y Rico, pese a tener los apoyos en las bandas de Pedro y Eldin, preferían buscar el balón en largo a Borja Bastón y Willian José, que dejó de aparecer tanto entre líneas para moverse más adelante ante los continuos pelotazos que salían desde la defensa blanquilla.

Preocupante falta de intensidad

Uno de los aspectos más preocupantes del juego zaragocista fue la falta de intensidad mostrada por los jugadores. Por detrás en el marcador y con la necesidad de irse para adelante, Víctor Muñoz no subió las líneas, continuando replegado cuando el Numancia tenía el balón. Si a eso le sumamos cierta apatía de los jugadores sobre el césped nos encontramos a un Numancia muy cómodo para recojer balones sueltos en el centro del campo y jugarlos sin presión y con soltura, organizando buenas acciones ofensivas ante un inoperante Real Zaragoza.

La mayoría de jugadores locales buscaba constantemente a Julio Álvarez. El mediapunta se convirtió en el faro del equipo local una vez más. Abandonaba su posición inicial para moverse con libertad por el campo, sin recibir la presión de un Zaragoza replegado y pausando el partido, marcando los tiempos según la necesidad de su equipo.

Con el segundo gol y Real Zaragoza más desorganizado y anárquico, este hecho se acentuó y Julio Álvarez se convirtió en el dueño del partido. Tocando y buscando un apoyo, desapareciendo para recibir entre las líneas blanquillas, que en ningún momento evitaron que el mediapunta pudiera moverse a su antojo.

FUENTE DE LAS IMÁGENES : LA SEXTA