Cambio de entrenador y cambio de dinámica. El Real Zaragoza logró una contundente victoria ante la Ponferradina para acabar con su racha de tres derrotas consecutivas. Más allá del cambio de dinámica, destacó una mentalidad del equipo renovada, con una idea de juego y unos movimientos que durante los primeros 60 minutos mostraron lo que puede ser el Real Zaragoza de Popovic, pese a que posteriormente el equipo experimentó un bajón que el nuevo entrenador zaragocista no fue capaz de subsanar.

Planteamiento inicial

Ya desde el principio se pudieron observar los primeros cambios. Popovic eligió el 4-2-3-1 como esquema a la hora de atacar. Los laterales, Fernández y Rico, se mostraron más ofensivos que en lo que llevamos de temporada. Dorca se colocaba entre centrales a la hora de sacar la pelota y la clave estuvo en las posiciones de Eldin y Pedro, que se iban intercambiando y que se movían entre líneas con naturalidad y efectividad.

Presión alta y ayudas

Uno de los principales cambios respecto al Real Zaragoza de Víctor Muñoz se produjo en la presión. Ranko Popovic apostó por adelantar líneas, pese al riesgo que suponía detrás. Sin embargo al entrenador serbio le salió bien la jugada. Cuando la Ponferradina intentaba salir desde atrás, el Real Zaragoza apretaba a los jugadores visitantes, formando un 4-4-2 en el que Eldin (en ocasiones Pedro) se colocaba a la misma altura que Borja Bastón, impidiendo así una salida limpia por parte de la Ponfe.

Si la Ponferradina conseguía traspasar esta primera línea de presión, el Real Zaragoza se recomponía y se replegaba moderadamente, manteniendo el bloque compacto y cerrando filas en campo propio.

Otro factor importante fueron las ayudas que se produjeron desde los extremos. Al estar los laterales más adelantados y las líneas más juntas, los hombres de banda podían ayudar a los laterales blanquillos, evitando que los 2 contra 1 se produjeran con facilidad y robando balones con asiduidad, para lanzar contras posteriormente. La ayuda no solo llegaba de la banda sino también del centro, con Dorca y de Galarreta.

Pedro realizó una labor brillante tanto en defensa como en ataque. A la hora de robar, las ayudas a Rico fueron determinantes, pero más aún sus anticipaciones en zonas adelantadas, que provocaron acciones de peligro para el Real Zaragoza, llegando con muchos hombres al ataque. Uno de los robos de Pedro terminó en el gol de Eldin.

El Real Zaragoza más dinámico

Una constante del partido y, al parecer, de la idea de Popovic es el dinamismo de sus jugadores, movimientos constantes y creaciones de espacios y apoyos para los compañeros con balón. El Real Zaragoza firmó 60 minutos para enmarcar, especialmente con balón. En el siguiente vídeo se puede apreciar los aspectos que se destacan posteriormente:

Salida de balón.

Ya desde la salida de balón se pudo apreciar un cambio importante. Lo que antes era un balonazo arriba sin destino, se convirtió durante el encuentro ante la Ponferradina en un pase en corto, en una pared y, en definitiva, en una forma de superar líneas de presión escalonadamente. En cuanto a la disposición de los jugadores, la gran variante es que Dorca se colocó entre centrales para ser el encargado en salir con el balón jugado, con buen criterio. Este movimiento provocaba que los centrales se abrieran, y que a su vez los laterales ganaran amplitud y profundidad.

Los movimientos de Pedro y Eldin

La zona central y la banda izquierda se convirtieron en el hábitat de Pedro y Eldin. Ambos se intercambiaron la posición constantemente a lo largo del partido. Su movilidad entre líneas se convirtió en un factor sorpresa que la Ponferradina no pudo controlar. Para ayudar en la salida de balón uno de los dos retrasaba su posición para buscar línea de pase con Dorca.

Se formaba un triangulo entre Pedro/Eldin, de Galarreta y Dorca, mientras que uno de los dos primeros se movía con libertad por delante de este triangulo, sin recibir ningún tipo de marcaje. Cuando el balón llegaba a uno de los vértices más adelantados del triángulo, se juntaban los jugadores con más toque (de Galarreta, Eldin, Pedro) e iniciaban combinaciones a base de paredes y toques rápidos, captando la atención de los contrarios y soltando el balón en el momento preciso.

Los laterales al fin entran en el juego

Prácticamente ni se les había visto el pelo en ataque en lo que llevábamos de temporada, pero ante la Ponferradina al fin el Real Zaragoza tuvo más variantes por banda, ganó las posiciones ofensivas en parte gracias a la altura a la que se colocaban los laterales. Con el balón en la posesión zaragocista, tanto Fernández como Rico se atrevieron a subir, con bastante acierto.

Uno de los movimientos que se produjo era el desplazamiento en largo de Cabrera o Dorca, que se realizaba cuando los hombres interiores se encontraban cubiertos. Los movimientos hacia dentro de Eldin y Pedro permitieron crear pasillos en los laterales, algo que no se había aprovechado en plenitud hasta este partido.

Cuando el balón llegaba a un lateral, el Real Zaragoza optaba por acumular hombres en ese costado, atrayendo al rival. Las combinaciones que se vieron en banda despertaron la ilusión del público, que sin duda agradeció el atrevimiento de los jugadores con el balón, algo que, a priori, tendrá continuidad con Popovic.

Cuando el Real Zaragoza atraía la atención de los rivales en un costado, el lado contario quedaba totalmente libre, era en ese momento cuando el equipo maño buscaba al mediocentro que estaba actuando como eje, un poco por detrás, para que éste lanzará el balón al lado contrario, donde se encontraba el lateral con un pasillo sin oponente.

Un nuevo rol para Borja

Borja Bastón anotó un gol de delantero centro, de rematador de área, pero sin duda el partido ante la Ponferradina fue el encuentro en el que menos se movió en el área el delantero. Popovic pide juego combinativo, movimiento constante, por lo que un delantero estático no encaja en el esquema. Borja no solo se movió contantemente sino que lo hizo con acierto, aportando muchas cosas al juego zaragocista. En primer lugar los movimientos hacia los costados de Borja le permitían a él librarse de los marcajes y además ofrecerle el espacio a Eldin o a Pedro.

Cuando recibía balón en la banda, a Borja se le abrieron posibilidades nuevas. Lejos del área busco combinar con sus compañeros, pero cuando recibía en posición adelantada se permitió el recurso de encarar hacia dentro para disparar. Así llegó el gol de Pedro.

Pero Borja no solo se movió hacia las bandas. El delantero también optó en ocasiones por bajar a recibir balón. Los rivales no lo siguieron, por lo que Borja pudo recibir con tranquilidad, a la vez que conseguía descolocar al contrario.

Acumulación en zona de remate

En este fútbol atrevido que propone Popovic es evidente que los hombres de ataque tienen mucha importancia. Al margen de sus movimientos, lo que se le pide es el gol. Popovic busca llegar con los cuatro atacantes al área contraria, objetivo que consiguió en varias ocasiones. Las alternativas y las opciones de ganar una segunda jugada eran mayores.

Problemas en la segunda mitad

En la segunda mitad, a partir del cuarto gol aproximadamente, se vio un Zaragoza totalmente distinto al de la primera mitad. Uno de los factores fundamentales fue que el Real Zaragoza dejó de presionar arriba, fruto del cansancio de sus jugadores, de la relajación que permitía el marcador y del ímpetu de un rival que no se rindió pese a la adversidad del marcador.

El cansancio se hizo evidente especialmente en dos jugadores: Eldin y de Galarreta. A la hora de defender el primero dejó de presionar tan arriba, facilitando la salida de balón del rival, mientras de Galarreta se vio superado por el centro del campo contrario. Sin embargo su bajón físico se notó más cuando el Zaragoza tenía el balón, momento en el que ambos no ofrecieron apoyos a los compañeros, desapareciendo del encuentro.

Popovic no acertó en la gestión de los cambios. Buscó mandar un mensaje al equipo de que no debía encerrarse atrás, dando entrada a hombres ofensivos, no obstante los cambios llegaron tarde para el estado físico en el que se encontraban los jugadores blanquillos. Por otra parte la aportación defensiva de Jaime dejó mucho que desear, dejando subir a su lateral en varias ocasiones, sin presionarlo pese a estar fresco.

Ahora solo queda esperar que Popovic sea capaz de hacer evolucionar todo lo que vimos en los primeros 60 minutos, y que corrija lo visto en la segunda mitad. Por si fuera poco complicado, las bajas añadiran dificultad al reto del entrenador serbio que, de momento, ha empezado con buen pie.

Fuente de las imágenes: La Sexta