Victoria importantísima del Real Zaragoza ante uno de los equipos revelación de la categoría y uno de los rivales de los blanquillos en su lucha por el ascenso. Una remontada que deja buenas sensaciones pero, de nuevo, también minutos de confusión y falta de regularidad en el juego zaragocista por momentos.

Planteamiento inicial

Popovic volvió a alinear de inicio el mismo once que goleó a la Ponferradina dos semanas atrás. Buscando un resultado similar y tener el balón, el técnico volvió a apostar por el 4-2-3-1 como esquema, con la vuelta de Cabrera al centro de la zaga y el desplazamiento, consecuente, de Rico al lateral zurdo.

El otro jugador que volvía era Dorca, que entraba en detrimento de Willian José. Formando doble pivote con Galarreta, el equipo volvía a su pareja de medios habitual, con una línea de tres mediapuntas formada por Álamo en la derecha, Pedro en la izquierda y Eldin por el centro, secundando a Borja Bastón.

Ausente Eldin

Los primeros minutos se convirtieron en un arranque espectacular del conjunto de Popovic, que, como hiciera contra la Ponferradina, salió dispuesto a dominar y comerse al rival a base de insistencia y de combinaciones. Las primeras ocasiones llegaron para un Real Zaragoza que presionaba muy arriba al Girona, impidiéndole salir y combinando con criterio.

Sin embargo sería el Girona el que se adelantaría en el marcador, tras una jugada en la que Rico, y no es la primera vez, tiró mal el fuera de juego. A partir de ahí el Real Zaragoza de los primeros minutos se difuminó, condicionado, principalmente, por un Eldin demasiado desaparecido o, mejor dicho, demasiado adelantado.

El jugador bosnio se encontraba más cerca de Borja Bastón que de la pareja de mediocentros Galarreta – Dorca. El espacio entre las líneas de los mediocentros del Girona y de sus centrales no era ocupado por nadie, haciendo que la distancia entre los pivotes zaragocistas y Eldin fuera excesivamente larga.

El espacio y la falta de aparición de Eldin limitaba la creatividad de los centrocampistas, que se veían obligados a jugar de cara o a buscar un pase largo.

Con Eldin actuando más de segundo delantero que de enganche, el Real Zaragoza perdió su fórmula más eficaz de llegar al área contraria, convirtiéndose en un equipo más vulgar, aunque el Girona tampoco conseguía llegar al área y ni mantener el balón con asiduidad.

Pedro se vio obligado a apoyar a los mediocentros una y otra vez, colocándose como interior para buscar formar un triangulo junto a Dorca (pivote) y Galarreta. Sin embargo el alicantino no era el jugador adecuado para superar la barrera de jugadores que había plantado el Girona por el carril central.

Pese a las ayudas de Pedro la superioridad del Girona por el centro era más que evidente. Al Real Zaragoza, pese a tener el balón en zonas intranscendentes, se le hizo imposible entrar en el entramado formado por los de Machín.

La opción por la que acabó optando el conjunto de Popovic fue la salida en largo, con Álamo, Eldin , Borja y Pedro como receptores, saltándose así la salida escalonada de balón que tan buen resultado le había dado ante la Ponferradina o en los primeros minutos de este encuentro.

El papel de Fernández

José Fernández se ha convertido en uno de los hombres más importantes del equipo zaragocista desde la llegada de Popovic. La libertad ofensiva que le ofrece el serbio y la confianza que ha conseguido el cordobés ha provocado que estemos viendo la mejor versión del lateral desde su llegada al club maño.

En ataque sus subidas constantes fueron el gran activo del Real Zaragoza a lo largo de la primera mitad. Tanto en los primeros minutos como cuando el equipo fue por detrás en el marcador, la proyección ofensiva de José Fernández era una de las salidas principales.

El lateral llegaba a mucha altura, consiguiendo juntarse con Álamo y con un Galarreta que basculaba al costado diestro, provocando la superioridad. Al tener que salir a por ellos, el Girona dejaba dentro del área muy pocos efectivos para cubrir a los atacantes zaragocistas, que se veían en duelos igualados ante la defensa catalana.

Pero el lateral diestro también se encuentra impecable en defensa. Le faltan unos centímetros de altura pero siempre corrige su posición con la rapidez que su velocidad le permite. Además se ha convertido en un buen guardaespaldas de los centrales, teniendo que acudir a menudo a cerrar el paso de los jugadores que se cuelan a la espalda de la zaga, llegando a colocarse a la altura del punto de penalti para evitar el peligro en la meta de Whalley.

El Galarreta más trabajador

Recital de pases en la segunda mitad y abandonado a su suerte en la primera con la falta de apoyos. El partido de Galarreta no pasó desapercibido en ningún momento. El jugador vasco llevó la manija de la remontada desde el centro del campo, además de mostrarse muy activo en el inicio.

La noticia es la mejoría física y de conceptos defensivos que mostró el centrocampista creador. Se mostró muy luchador en una parcela en la que no acostumbra a destacar. Entre los detalles que dejó destaca una mejora en el posicionamiento táctico, que acostumbra a hacer Dorca pero que no tuvo problema en hacer Galarreta cuando su compañero salía del sitio. Además realizó coberturas a los laterales, abarcando mucho campo sin que si físico lo pasará tan mal como en otros partidos.

Sus ayudas atrás se agradecieron y fue providencial cortando varias contras con robos o faltas tácticas que ayudaban a recolocar al equipo blanquillo. Salvó al equipo en una acción defensiva de nivel tras un 'regalo' de Whalley a un jugador del Girona.

El Real Zaragoza en superioridad

Tras una primera parte con ocasiones para ambos y con más balón para el Real Zaragoza pese a estar por detrás en el marcador, Popovic se vio obligado a cambiar cosas para solventar los problemas que estaba teniendo el equipo en la creación. La expulsión, provocada por otra subida de Fernández, allanó el camino al conjunto zaragocista, que pudo mostrarse más atrevido.

Eldin consiguió conectar más con los jugadores del centro del campo, juntándose con Pedro, Galarreta e incluso Álamo por dentro, con Dorca por detrás y Borja por delante. Así el Real Zaragoza se hizo dueño del encuentro ante un indolente Girona, que solo conseguía crear peligro en jugadas aisladas.

Con tantos jugadores por dentro, las bandas se convirtieron en un festín para dos laterales ya de por sí ofensivos. El peligro que consiguió Fernández por la izquierda fue crucial en la remontada. De sus subidas nacieron las jugadas de más peligro del Real Zaragoza a lo largo del partido, incluyendo la jugada del penalti.

Pegamento Basha

Sorprendió Popovic haciendo los cambios muy tarde de nuevo, aunque el equipo estaba funcionando mejor. El primero en entrar fue Basha, criticado en ocasiones pero que demostró que puede ser un jugador muy útil. Su actuación en apenas 15 minutos permite ser optimistas con su futura aportación al equipo. Robó tres balones y solo erró en un pase, jugando de forma sencilla pero efectiva. Lo más importante fue que consiguió conjuntar las líneas, asegurando la victoria zaragocista, que solo peligro con el empuje del Girona en los últimos minutos del partido.

Fuente de las imágenes: Esport 3