El Real Zaragoza pone fin a su 2014 futbolístico tras sumar un empate frente al Mirandés en Anduva, que rompe su racha de cuatro partidos seguidos consiguiendo la victoria. Los visitantes salieron mejor al terreno de juego y dispusieron de numerosas ocasiones para estrenar el marcador, pero fue al poco de empezar la segunda mitad cuando Pedro conseguía poner el 0-1. Cuando se cumplía el 90', Urko Vera fastidiaba la fiesta maña estableciendo la igualada definitiva.  

Dominio zaragocista sin recompensa

El Real Zaragoza no salió con rodeos y dejó desde el primer instante cuales eran sus intenciones para este partido. Cuando apenas se habían cumplido los primeros veinte segundos desde que los de Popovic habían sacado de centro, el balón le llegaba a Jaime Romero, que centraba desde la derecha al punto de penalti y el remate de Eldin de tacón lo atrapaba Razak, con la mala suerte de que se le escapó de las manos y Borja Bastón a punto estuvo de aprovecharlo en esa lucha, pero finalmente la jugada acabó en córner. En ese saque de esquina, erraba en su salida de puños y Eldin, sin oposición, lo estrellaba en la defensa.

Este inicio tan arrollador maño fue rápidamente frenado por el Mirandés, que aumentó la presión y frenó los intentos de las ofensivas visitantes. Urko Vera era la principal amenaza con la que tenían que lidiar los centrales aragoneses. El atacante era buscado constantemente por los defensores burgaleses para que intentara bajar el balón y comenzar las jugadas, aunque sin excesivo peligro local.

A pesar de esta reacción local, era el Real Zaragoza el que llevaba el dominio del partido. El centro del campo se hizo dueño de la posesión y, cada vez que conseguían combinar con los hombres de ataque maños, el miedo llegaba a la grada local. Pero fue Diego Rico, un lateral, el que pudo marcar en su ciudad natal con un centro bajo que en un principio parecía inofensivo, pero el portero dejó pasar el esférico y tuvo que ser un defensor el que sacó el cuero bajo palos. En los últimos compases de la primera mitad, el Mirandés logró igualar el partido aumentando la intensidad y no concedió ocasiones.

Pedro hace justicia

Tras la conclusión del descanso, el Mirandés salió al terreno de juego con las ideas más claras y puso muy pronto en riesgo la porteria de Óscar Whalley tras una recuperación en el centro del campo que permitió que el esférico llegara a Urko Vera en la banda para que su centro fuera rematado por Jordi Pablo, muy centrado que atrapaba sin dificultades el meta aragonés. El Real Zaragoza no se amilanó y respondió con firmeza con una carrera de Borja Bastón tras una triangulación en la que no pudo rematar comodamente.

Eso tan solo sería un aviso de lo que no tardaría en llegar: Fernández ponía un centro bombeado que Pedro Sánchez, con el interior, la enganchaba de primeras para ponerla en el palo contrario, haciendo imposible la estirada del portero. El marcador se rompía a favor de los aragoneses, haciendo justicia tras las ocasiones de la primera parte. Peor pudieron ser las cosas para los visitantes ya que, al minuto, una recuperación de Galarrera en el centro del campo permitía a Eldin avanzar al área y asisitir a Borja Bastón, pero su disparo salía cerca del palo contrario.

Este gol fue un cubo de agua fría para el conjunto local, que estaba obligado a tomar la iniciativa del juego si quería sumar algo positivo del encuentro. Carlos Terrazas movió el banquillo e introdujo sobre el césped toda la pólvora ofensiva para rematar los contínuos bombardeos al área zaragocista desde las bandas, principalmente la izquierda. Urko Vera tuvo el empate tras un centro bombeado de Igor Martínez, pero Whalley disipó el peligro. El conjuno aragonés, que no sufría demasiado para defender el resultado, estaba obligado a anotar el segundo para evitar cualquier sufrimiento. Eldin, después de que Borja Bastón peinara un balón largo, tenía la oportunidad, pero su disparo salía cerca del palo.

Polemica arbitral y gol del Mirandés  

Durante los últimos minutos el partido se había endurecido, especialmente por parte de los jugadores del Mirandés. Ésto se pudo ver reflejado con una dura entrada de Aitor con la plancha sobre el tobillo de Pedro, acción que supuso la amarilla ante la incredulidad de los seguidores zaragocistas desplazados a Miranda. Si esta decisión supuso las quejas de los jugadores del Real Zaragoza, más las habría cuando, en el 80', el colegiado mostraba a Jaime Romero la segunda cartulina amarilla al considerar que había simulado una caída dentro del área.

Los de Popovic estaban obligados a mantener la victoria momentanea jugando con uno menos, aunque conseguían mantener alejados a los burgaleses que abusaban de los balones colgados. Pero, en una de estas y cuando se cumplía el minuto 90, Urko Vera conseguía sacar un esplendido remate con el pie en el segundo palo a un centro por la izquierda de Igor Martínez, que terminaba en las redes de la portería. La afición local se vino arriba con el empate de su equipo, y más cuando en el 93' el mismo Vera marcaba el segundo, rápidamente anulado por el linier por fuera de juego, poniendo fin a la conclusión del partido.