Las temporadas en la era de Agapito siempre se han caracterizado por el precario nivel de sus plantillas. Jugadores a coste cero y cesiones que formaban equipos con escasos futbolistas. El mercado veraniego transcurría indiferente en las oficinas del club aragonés y en el último día antes del cierre del mismo, siempre llegaban jugadores desde fondos de inversión de influencia del gerente soriano. La necesidad de renovar el equipo y fichar futbolistas en el mercado invernal, provocaba incertidumbre y desesperación en una afición que todos los años se ha visto obligada a confiar en el milagro.

"Año tras año, el invierno salva al maño"

Poco a poco, fue convirtiéndose en ritual los incompetentes números cosechados en la primera mitad de año; falta de gol, poco fútbol, lagunas en defensa y las culpas para el entrenador. El mercado invernal se convertía en el centro de las esperanzas para que el Zaragoza no descendiera. Se producían numerosos movimientos en la plantilla, entrenador y los jugadores nuevos estaban encomendados a salvar milagrosamente al conjunto aragonés.

En el primer año de Agapito, el Real Zaragoza descendió y los blanquillos disputarían la temporada 2008/2009 en Segunda División. El soriano había mantenido a muchos jugadores con el objetivo de regresar a primera ese mismo año. Tan sólo un viejo conocido, Leo Ponzio, llegaría en invierno para completar la medular y ayudar al equipo a subir de categoría. Por su parte, Ander Herrera firmaría contrato con el primer equipo, convirtiéndose en la ilusión del zaragocismo.

El "circo de los inviernos" comenzaría en la temporada 2009/2010, prolongándose hasta el año pasado.

Temporada 2009/2010

En la jornada decimonovena, el Zaragoza se encontraba en la penúltima posición con tan sólo 14 puntos. Los números no invitaban al optimismo, ya que en el ecuador de la Liga los zaragocistas tan sólo habían ganado tres partidos, empatado cinco y perdido 11. El baremo de goles encajados y anotados no era muy esperanzador, 20 goles a favor por 41 en contra.

Penúltimos con 14 puntos; tres victorias, 11 derrotas, 20 goles a favor y 41 goles en contra.

El Zaragoza caería en puestos de descenso en la duodécima jornada de liga tras perder en casa contra el Athletic, esto desencadenaría en la destitución de Marcelino. El técnico asturiano abandonaría Zaragoza y su puesto lo ocuparía José Aurelio Gay durante el resto de la temporada junto a Nayim como segundo.

Bandrés había dimitido y Agapito tomó las riendas de la presidencia. La revolución había llegado a La Romareda y el nuevo presidente reventó el mercado invernal europeo fichando a siete nuevos jugadores que obrarían la salvación: Roberto en sustitución de Carrizo o López Vallejo, ambos incapaces de defender la portería blanquilla; Jarosik y Contini en la defensa; Edmilson y Eliseu en el mediocampo y Suazo junto a Colunga, completarían una necesitada línea ofensiva donde Arizmendi no era la referencia. En la segunda vuelta se mejoraron los resultados. Se sumaron 26 puntos, consiguiendo la victoria en siete encuentros y empatando en otros seis. Los fichajes de invierno fueron fundamentales para permanecer en Primera División.

Las paradas de Roberto se contaban como puntos, siempre vital y oportuno. Contini y Jiri dieron a la defensa la seguridad y contundencia que tanto se echaba en falta. Edmilson reforzó el centro del campo y Eliseu dio profundidad al equipo. Arriba, "Chupete" Suazo no destacó por sus cinco goles anotados, sino por su trabajo y asistencias, un tipo diferente. Por último, Colunga fue el máximo goleador con siete dianas, adaptándose a su papel revulsivo.

Temporada 2010/2011

Al inicio de temporada, José Aurelio Gay y Nayim continuaban al frente del equipo, pero debido a los nefastos resultados, siete puntos en 11 jornadas, el equipo técnico fue destituido ocupando su lugar el mexicano Javier Aguirre, que realizó una meritoria segunda vuelta consiguiendo 28 puntos.

El tradicional cambio de entrenador, y dos fichajes para completar la plantilla fueron las incorporaciones invernales. Se necesitaba un delantero, pero se fichó un central, Da Silva, y se trajo cedido a un medio, N'Daw. El equipo era completamente nuevo al del año anterior y en total, 25 fueron los movimientos para alcanzar otro milagro, consiguiendo la salvación en el último partido. Con cuatro cedidos y seis jugadores que finalizaban su contrato, como era habitual, el verano iba a ser "prometedor" y el invierno, muy necesario.

Intrascendente la aportación del senegalés, que apenas disputó minutos. Sin embargo, el paraguayo fue esencial para la defensa acompañando a Jarosik en el centro de la zaga.

Temporada 2011/12

Para no perder costumbre, el Zaragoza llegaba a Navidades hundido. Los blanquillos se encontraban a 12 puntos de la permanencia y el descenso era más que evidente. Muchos lo daban ya por muerto, pero otra vez las nuevas caras dieron un nuevo aire al equipo y se consiguió la salvación in extremis.

La permanencia a 12 puntos y un equipo casi nuevo evita el descenso

Javier Aguirre no se comería los turrones en Zaragoza y Manolo Jiménez llegaba a la capital del Ebro para hacer lo imposible. El técnico andaluz consiguió 33 puntos en 22 partidos, salvando al equipo de una muerte anunciada. Por otro lado, jugadores cedidos iban llegando a La Romareda.

Apoño llegó del Málaga tras las malas relaciones con su entrenador, Pellegrini. El malagueño jugó 17 partidos y marcó cinco goles; permaneció una temporada más con el Zaragoza siendo uno de los jugadores más destacados, sumando nueve goles en 32 partidos. Debido a la soledad de Postiga en la línea de ataque, era necesario traer a otro delantero y el elegido fue Carlos Aranda, que llegaba con la carta de libertad procedente del Levante. Su aportación fue indispensable en los partidos que jugó y sin embargo, abandonó Zaragoza por la puerta de atrás para recalar en un Granada en el que apenas se dejo notar. Dujmovic vino para reforzar la medular, aunque no jugó frecuentemente, tuvo grandes intervenciones como el gol que hizo contra el Granada en La Romareda, que daba un respiro en la clasificación. Por último, se incorporó Álvarez para cubrir el lateral derecho. El defensa demostró ser un gran jugador y el Zaragoza intentó hacerse con sus servicios a final de temporada, sin éxito.

Temporada 2012/2013

La primera vuelta de los aragoneses fue bastante buena, pero en la segunda todo se fue al traste. Manolo Jimenez terminaría la temporada descendiendo al Real Zaragoza a Segunda División. Esta vez no se produciría la cesión del entrenador, seguramente por el extraordinario papel del año anterior.

Si hay algo que destacar de los fichajes invernales, es la incorporación de Fernández, ahora capitán de la escuadra blanquilla. Rodri, Bienvenu, Rochina y Carmona también llegaron en el mercado invernal, todos ellos delanteros y centrocampistas ofensivos. Pero esa temporada, la cuerda no dio más de sí y los blanquillos no se pudieron aferrar a la primera categoría, rompiendo con la tradición de los milagros.

Tras realizar una gran temporada con el Córdoba, muchos equipos quisieron hacerse con los servicios de Fernández y el cordobés optó por la opción zaragocista. Llegó para reforzar el lateral diestro blanquillo, pero hasta el año pasado no fue titular indiscutible.

Temporada 2013/2014

La temporada pasada, Paco Herrera fue el elegido para estar al mando del conjunto aragonés. El entrenador fue destituido debido a la negatividad de resultados y Víctor Muñoz volvería a su casa para cambiar la racha del Zaragoza.

Debido a las deudas y los impagos, la Liga de Fútbol Profesional limitó el acceso del Zaragoza al mercado de jugadores y esta vez, el invierno sólo trajo a César Arzo. El defensa convertido a centrocampista adquirió un papel muy importante en el equipo, siendo uno de los principales baluartes del Zaragoza en Segunda División.