Inesperado y doloroso encuentro el que vivieron los aficionados zaragocistas. Una buena primera mitad ante el líder de la Liga Adelante no fue suficiente para esconder una nefasta segunda parte, que rozó lo vergonzoso por la dificultad para imponerse sobre el campo pese a la clara superioridad y por los errores defensivos que cometió el equipo y que no son, en ningún caso, propios de un equipo con aspiraciones a estar en la parte alta de la tabla.

Planteamiento inicial

El Real Zaragoza en defensa

El Real Zaragoza inició el encuentro de forma muy diferente a la que Popovic había demostrado en sus primeros partidos. Una idea muy distinta a la suya, con una presión poco alta, dividida en dos alturas, y con un repliegue mayor que en anteriores partidos. Durante la primera mitad el equipo mantuvo las líneas juntas, con un bloque compacto por detrás y una tímida presión por delante.

La idea era mantener al Las Palmas y su poderoso ataque, buscando que los hombres talentosos como Culio y Nauzet Alemán no pudieran disponer ni de espacios ni de libertad suficiente para tocar y poder hilar las jugadas ofensivas del conjunto local.

El Real Zaragoza en ataque

En ataque, lejos de ese fútbol de libertad, posesión y ofensivo que propuso Popovic, nos encontramos al Real Zaragoza más conservador desde su llegada. El equipo se partía en dos a la hora de atacar, con Basha y Dorca muy pegados a la defensa, distribuyendo con facilidad pero sin ofrecer apoyos a los hombres de delante ni descolgarse en ataque.

El Real Zaragoza, por tanto, atacaba únicamente con cuatro hombres, con Galarreta ofreciéndose poco atrás y con Jaime como única opción para desequilibrar con balón. El extremo zurdo fue el jugador más incisivo del equipo a lo largo del partido, pero especialmente en la primera mitad, causando peligro con su desborde hacia dentro y su disparo lejano. Pedro, más desacertado que otros días, solo pudo aprovecharse de los despistes defensivos de David Simón en su banda apenas un par de veces, y no buscó tanto zonas interiores como en otros partidos, en parte por la falta de apoyos que recibía por dentro.

Presión y repliegue

Fue evidente que el Real Zaragoza se mantuvo más conservador que en otros partidos a la hora de ejercer la presión sobre el rival. Sabiéndo del potencial ofensivo del Las Palmas, Popovic buscó cerrar espacios por dentro y le salió bien, especialmente gracias a una presión a doble altura.

En salida de balón el las Palmas se colocaba formando con Javi Castellano entre centrales o muy cerca de ellos, quedando tres hombres atrás. Los laterales buscaban amplitud y profundidad, especialmente por la derecha con David Simón, un lateral muy ofensivo que prácticamente ocupaba todo el carril derecho. El Real Zaragoza dejaba a Borja Bastón y Galarreta presionando al bloque de tres hombres que se quedaba detrás en el las Palmas, mientras, las otras dos líneas de cuatro se encontraban bastante replegadas.

El Las Palmas no tenía ningún jugador que bajara a buscar el balón para apoyar en la salida, y en caso de que apareciera alguno (como sucedía con Culio) aparecía la segunda línea de pesión del Zaragoza, formada por los centrocampistas, que provocaban que tuviera que tocar de cara.

Era obligatorio dejar poca distancia entre la línea de centrocampistas y la de la defensa, algo que sucedió con acierto en la primera mita. Con un Dorca muy posicional y un Basha acertado en el robo, el Real Zaragoza consiguió ahogar al Las Palmas en esa zona, obligándoles a ser más directos.

El Las Palmas optó por hacer llegar el balón a la zona de tres cuartos de forma directa, con balones en largo. Por dentro se juntaban Vicente, Roque Mesa, Nauzet y Culio, demasiados hombres en el poco espacio que ofrecía el Zaragoza, y con solo David Simón como hombre de banda por la derecha, mientras Araujo caía constantemente a la izquierda. Con la distancia que había entre los hombres de la defensa local y su zona de mediapuntas, era imposible que el conjunto de Paco Herrera tuviera continuidad en la creación desde la base.

Galarreta, el mismo problema que Eldin

Lo veíamos con Eldin en las últimas jornadas y se observó con Galarreta en el partido ante el Las Palmas. De aquel mediapunta dinámico que prácticamente actuaba como interior y que se vio ante la Ponferradina, tramos contra el Albacete y la segunda mitad ante el Girona, Popovic ha pasado a un mediapunta que tiende a pegarse al delantero centro, que ofrece pocos apoyos y movimientos y que por tanto cierra demasiado las opciones de pase del Real Zaragoza para superar líneas. Un cambio de intenciones que supone el gran problema del Zaragoza para la continuidad de su juego combinativo, que se desvanece, y una dificultad añadida para superar líneas.

Despropósito defensivo

Pese a lo bien que contuvo el equipo al Las Palmas en la primera mitad, siendo incluso superior a su rival, la segunda parte se convirtió en un despropósito defensivo por parte del Real Zaragoza, que dejó en evidencia que las lesiones de los centrales titulares están pasando mucha factura, pese a lo inexplicable que resulta que Lolo fuera titular por delante de Vallejo.

Los errores no solo se produjeron en el marcaje, en la distancia entre los centrales o en la falta de actitud que se observó por momentos. A la hora de defender los libres directos, la pasividad de los jugadores blanquillos se hizo evidente. En ocasiones, el equipo local disponía de dos o tres jugadores libres de marca que podían sorprender en cualquier centro al área.

Ocurrió también en uno de los goles. El Real Zaragoza tenía clara superioridad respecto a los hombres del Las Palmas, pero una vez el balón se colgaba al área, varios jugadores no solo perdían su marca sino que se quedaban totalmente clavados, sin presionar al jugador que podía rematar o recibir de espaldas y olvidándose prácticamente del balón.

Conforme fueron cayendo los goles, la desorientación y la pasividad defensiva se fue multiplicando en los jugadores blanquillos. El desaguisado en organización y eficacia a la hora de defender alcanzó lo vergonzoso. Los espacios, que en la primera mitad habían sido muy reducidos, aumentaron no solo en tamaño sinó que se produjeron en todas las zonas del campo. Dejando al Las Palmas muchísimas ventajas a la hora de atacar.

El Real Zaragoza en superioridad

Ni con tres jugadores más pudo el Real Zaragoza mostrar su superioridad. Un hecho preocupante. Popovic optó por buscar la acumulación de hombres arriba y el centro desde las bandas. El equipo marcó dos goles, pero lo cierto es que no es una de las mejores formas de aprovechar la superioridad. El Las Palmas pudo defenderse con todos los hombres metidos dentro del área, formando un 5-2 de sistema y repeliendo todos los balones posibles. En lugar de buscar sacar al equipo local para aprovechar la superioridad, buscar movimientos para que se abrieran los huecos (menos complicado gracias a las expulsiones) o combinar a través de paredes para romper la defensa. Lejos de eso, el Real Zaragoza se mostró muy estático, con lo que el Las Palmas pudo mantenerse fresco e incluso salir a la contra en alguna ocasión.

Fuente de las imágenes: Canal + y LFP