El Real Zaragoza ha ganado en la última jornada de la primera vuelta al Leganés en La Romareda en un partido que ha tenido un nombre propio: Borja Bastón. El delantero madrileño ha anotado los dos goles de su equipo, que vuelve a ganar después de tres encuentros sin hacerlo.

Ranko Popovic no introdujo ningún cambio con respecto a lo que había ensayado durante los entrenamientos de la semana y tan solo la entrada de Vallejo por el lesionado Lolo en el centro de la zaga no permitía que se volviera a repetir el equipo que perdió contra Las Palmas. Basha volvía a ser de la confianza del serbio y acompañaba a Dorca en el centro del campo, por lo que Galarreta adelantaba su posición a la mediapunta.

Borja Bastón se reencuentra con el gol 

Comenzaba el partido en un gélido ambiente y, durante los primeros compases, ninguno de los dos equipos era capaz de llevar la manija del balón, que se repartía entre los dos equipos. Ambos llegaban con cierta facilidad hasta tres cuartos del campo rival, pero no se mostraban acertados con el último pase. Fueron los locales los primeros que dieron un aviso, pero el centro raso de Jaime tras pase de Basha era correctamente despejado por la zaga del Leganés. Los visitantes, por su parte, lo intentaron con un remate de cabeza de Mantavani tras un saque de esquina, pero Bono atrapaba bien abajo.

Poco a poco, los de Ranko Popovic empezaron a hacerse dueños de la posesión y, aunque faltaba cierta profundidad, comenzaron a llegar las primeras oportunidades de peligro para los aragoneses. Borja Bastón y Jaime Romero lo intentaron con dos disparos tras buenas jugadas por las bandas, pero no conseguían inquietar al guardameta. A la siguiente ocasión, no perdonarían. Una buena jugada combinativa en tres cuartos de campo permitía a Galarreta dar un pase al hueco a Borja Bastón para que el delantero batiera por raso a Semantes a los 25 minutos.

Una buena combinativa permitía a Borja Bastón superar a Serantes

Con la llegada del primer gol, los locales dieron un paso atrás y se refugiaron en la velocidad de los hombres de arriba, especialmente por la banda de un gran Jaime Romero, para crear peligro y sentenciar el partido, pero la defensa repelía esos intentos como podía. Los de Asier Garitano no se quedaron de brazos cruzados y desaprovecharon los fallos de la zaga aragonesa, que permitieron primero a Borja y posteriormente a Velasco, plantarse solos ante la portería de Bono, pero lo desaprovecharon en sendas ocasiones. Conforme se llegaba a la conclusión de la primera mitad, los blanquillos reaccionaron y volvieron a aumentar la presión, lo que provocó que los madrileños no se sintieran cómodos en el césped. Aun así, a punto estuvieron de hacer el empate al filo del descanso tras una carrera de Borja que se plantaba solo ante Bono, pero el arquero salía muy bien y despejaba el peligro.

El Leganés aprieta, el Zaragoza no perdona

Los locales salieron sin titubeos a la segunda mitad y avisaron muy pronto de cuáles eran sus intenciones tras un pase en profundidad a Borja Bastón, que se internaba tras zafarse de un defensor en el área pero finalmente se hacía un lío y no conseguía disparar. Pero únicamente se trató de un espejismo, porque el partido volvió a los derroteros con los que había terminado la primera parte, aunque sin demasiada mordiente por la parte visitante. Por ello, el técnico introdujo a Chuli en el terreno de juego.

Ni Leganés ni Zaragoza eran capaces de poner pausa al partido. El centro del campo desapareció, lo que permitió que hubiera continuos acercamientos a las dos porterías, pero sin demasiado peligro. A pesar de eso, eran los visitantes los que intentaban llevar un mayor criterio a la hora de atacar, encerrando en su área a los locales. El juego cada vez era menos fluido, ya que las continuas interrupciones impedían dar continuidad. Para intentar revertir esto, el técnico serbio retiraba a Basha del centro del campo e introducía a Javi Álamo.

Cuando peor lo estaba pasando el Zaragoza, Borja Bastón anotaba el segundo de la tarde

La preocupación cada vez era mayor entre los seguidores que se daban presencia en La Romareda, que veían como el partido se les podía escapar de las manos. Esa sensación se acrecentó con un intento de Borja que,  ante la salida de Bono, el atacante enviaba el esférico por encima de la portería. Los pitidos empezaban a hacer presencia, pero desaparecieron de un plumazo. Un pase en profundidad desde el sector izquierdo del ataque aragonés le llegaba  a Borja Bastón que, mano a mano con Serantes, picaba por encima del portero y subía el segundo al marcador. Estre gol fue un mazazo, que no consiguieron reaccionar en lo poco que quedaba de encuentro, concluyendo así el partido.

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