El Real Zaragoza ha ganado por primera vez al Barcelona B por un contundente 4-0 en un partido dominado desde el primer momento por el conjunto aragonés. Borja Bastón, en dos ocasiones, y Pedro Sánchez, anotaron los primeros tres goles del equipo aragonés en una buena primera mitad, y en la que los visitantes dispusieron de un penalti para recortar distancias. En la segunda parte, el ritmo descendió debido a esa diferencia, pero aun así Álamo consiguió aumentar la distancia.

Eldin, Borja y Pedro ponen el juego

El Real Zaragoza empezó el choque ejerciendo una buena presión ante un conjunto catalán que se dedicaba a sacar la pelota jugada desde atrás, lo que le pudo haber costado alguna pérdida importante cerca de su portería. Borja Bastón, como suele ser habitual esta temporada, era uno de los jugadores que más peligro creaba para los blanquillos. De sus botas nació la primera ocasión del encuentro, tras una buena internada por la derecha, pero su pase atrás no pudo rematarlo Basha y finalmente fue Dorca quien disparó desde la frontal, pero salió muy alto. El conjunto de Eusebio respondió inmediatamente con un pase picado de Grimaldo para Cámara, pero su disparo impactaba en el lateral de la red.

Ranko Popovic tendría que hacer frente a un importante problema muy pronto: Jaime Romero se lesionaba, por lo que tuvo que sustituirlo por Javi Álamo. A pesar de ese gran contratiempo, el equipo aragonés no notó la ausencia, ya que continuaba llevando el dominio del juego, pero sin ser capaz de crear verdaderas ocasiones de gol. Tan solo una contra iniciada por Borja Bastón que terminaba con un disparo de Pedro asustó a Suárez.

Conforme pasaban los minutos, lo cierto es que el conjunto aragonés empezaba a despertar y a dar verdaderas muestras de que quería sumar la tercera victoria. Borja Bastón avisó de sus intenciones con un disparo que despejó Suárez con las piernas tras un pase raso de Álamo, pero a la próxima no perdonaría. Una magnifica contra entre Eldin, Pedro y Bastón la culminaba el delantero, alojando el esférico en las redes de la portería. Este gol fue un mazazo para los visitantes, que veían como a los dos minutos, el atacante madrileño hacía el segundo de su cuenta con un remate cruzado después de un pase picado de Pedro.

El conjunto catalán falló un penalti con 2-0 en el marcador

A pesar de que quedaban muchos minutos por disputarse, parecía que el partido estaba más que acabado, y como mucho se aumentaría la renta. Pero los catalanes no se dieron por vencido y contaron con una gran oportunidad para reducir distancias tras un penalti de Bono sobre Dongou cuando éste iba a recortar al guardameta. Sandro fue el encargado del lanzamiento, pero lo enviaba fuera. Los de Popovic estaban obligados a marcar un gol más para evitar sufrimientos, algo que ocurrió rápidamente con un potente disparo de Pedro Sánchez tras una buena dejada de Eldin, que se colaba por la cepa del poste. con esto, se llegaba a la conclusión de la primera mitad.

Baja la intensidad, pero sigue el dominio aragonés

Tras una primera mitad en la que el partido había quedado prácticamente sentenciado para los intereses aragoneses, comenzó la segunda parte con un ritmo mucho más bajo respecto a los primeros 45 minutos, aunque eran los aragoneses los que creaban un mayor peligro cuando intentaban buscar la espalda a la defensa catalana, que intentaba despejar el peligro como podía. Eldin gozó de una buena ocasión para poner el cuarto, pero el portero estaba atento en la salida y lograba despejar.

El equipo de Esusebio necesitaba poner toda la pólvora disponible en el terreno de juego si quería intentar remontar el encuentro, por lo que introdujo a Adama, la pesadilla aragonesa en los últimos tres encuentros, y a Samper. A pesar de estos cambios, el técnico visitante no consigió frenar el ansia aragones por hacer gol, sino que se vio en aumento. El filial azulgrana utilizaba el balón en largo para contactar con los atacantes, pero la línea defensiva se mostraba segura y tan apenas hicieron intervenir a Bono.

La falta de ocasiones de los visitantes hizo que los jugadores bajaran los brazos, algo que aprovechó el Zaragoza para intentar aumentar la diferencia y mandar un mensaje de cara al partido del martes frente a Osasuna. Las bandas eran las principales protagonistas de las acciones ofensivas, aunque los centros eran despejados por la defensa como podían. Sería Álamo el encargado de hacer el cuarto tras una buena jugada individual de Galarreta y poner la guinda final a un partido en el que la afición zaragocista pudo disfrutar del juego de su equipo.