Para conseguir cualquier objetivo en una competición futbolísitica, se hace imprescindible ser fuerte en campo propio y dejar escapar los menos puntos posibles. Si además se habla de conseguir algo como la permanencia, más aún. Sin embargo, cuando en casa te muestras irregular y lejos de tu propio feudo las victorias tampoco llegan, la tarea se vuelve demasiado complicada.

En esa situación se encuentra el Real Zaragoza B. En estos momentos, el filial blanquillo es penúltimo en el grupo 3 de Segunda B, con 25 puntos. Lucha por seguir en la categoría de bronce el próximo año, y todavía hay tiempo, pero sin regularidad, las opciones de levantar el vuelo empiezan a consumirse jornada tras jornada.

En 13 partidos como visitante, el Real Zaragoza B tan solo ha conseguido cosechar siete puntos

Hasta la fecha, se han disputado 26 jornadas del campeonato doméstico. De ellas, la mitad (13) las ha disputado como local y la otra mitad (13) como visitante. En su campo, el conjunto aragonés ha sumado un total de cinco victorias, tres empates y cinco derrotas, o lo que es lo mismo, ha cosechado 18 puntos.

Sin embargo, los números zaragocistas como visitante son un auténtico despropósito. De los 13 encuentros disputados lejos de su feudo, el filial maño solo ha conseguido sumar siete puntos. En ocho de esos partidos salió derrotado, sumó tres empates (ante Nàstic, L'Hospitalet y Alcoyano) y tan solo una victoria, ante el Villarreal B, filial que visitó la Ciudad Deportiva la semana pasada y le devolvió la jugada llevándose la victoria (0-2).

Ficticio despegue 

Dicha victoria se produjo a principios del mes de octubre, exactamente en la primera jornada que se disputó aquel mes, correspondiente a la séptima fecha del campeonato. Pese a la destitución de Emilio Larraz y la incertidumbre reinante en el banquillo aragonés, César Láinez se hizo cargo del equipo de manera provisional para el choque ante el Villarreal B, y los maños parecieron despegar.

Aunque el filial castellonense se adelantó pronto en el marcador gracias a un tanto de penalti de Jason, en la segunda mitad los maños despertaron y le dieron la vuelta al luminoso. Un gol de Rami primero, un doblete de Diego Suárez después, y un golazo de Pablo Moreno a falta de dos minutos para el final, dieron la victoria con goleada (1-4) al conjunto blanquillo.

Tras ese choque, César Láinez se quedó en el banquillo zaragocista como primer entrenador, ya que hasta entonces había sido el segundo del cesado Emilio Larraz. Sin embargo, el despegue de su equipo se quedó en una quimera cuando no volvió a ganar en todo el mes de octubre y terminó éste como el equipo más goleado de Segunda División B (junto al Leioa).

La trampa del descenso se vuelve una realidad

En la jornada 9, cuando perdieron ante el Eldense, los maños entraron en unos puestos de descenso de los que no han conseguido salir

En las tres semanas restantes de aquel mes, el filial zaragocista solo sumó un punto de nueve, gracias al empate ante el Huracán Valencia (0-0) y las derrotas contra Mallorca B (2-4) y Eldense (3-0). Estos números, le hicieron caer por primera vez a puestos de descenso, de los cuales no ha conseguido salir desde entonces

Y el problema como visitante del segundo equipo del Real Zaragoza no viene solo precedido por la falta de victorias, sino también por la escasez de puntos cosechados en forma de empate.

En noviembre fue cuando los maños sumaron dos de esos tres empates. En la décimotercera jornada liguera, visitaron el feudo del Nàstic, uno de los rivales más duros de la categoría, y se llevaron un meritorio punto (2-2) que supo a poco, ya que, tras haber conseguido darle la vuelta al marcador al empezar perdiendo, encajaron un gol a falta de dos minutos para el final, que les situó como colistas del grupo 3 de Segunda División B.

Tan solo dos semanas después viajaron de nuevo hasta tierras catalanas, esta vez para medirse al Hospitalet. Los aragoneses terminaron por empatar a dos en un partido en el que merecieron más. Con el tiempo ya cumplido y el 1-2 en el marcador, el árbitro señaló un dudoso penalti a favor del equipo catalán, que le sirvió para colocar el empate (2-2) con el pitido final.

Foto: gallardophoto.com.

Cinco jornadas más tarde, en la 20ª, se vió el tercer y último empate del Real Zaragoza B esta temporada. Fue en el campo del Alcoyano, uno de los equipos más fuertes de la categoría. Los maños, necesitados de puntos, aguantaron el 0-0 inicial hasta escasos minutos antes del descanso, cuando Alfaro adelantó a los locales. Ya en la segunda mitad, el Alcoyano intentó ampliar la ventaja, pero el Real Zaragoza B no se vino abajo y buscó el empate con ahínco. A once minutos del final, Kilian Grant puso la igualada (1-1) en el luminoso, e incluso pudieron los maños llevarse la victoria, si Ortí hubiera anotado en una clara ocasión cuando se llegaba a la conclusión del choque.

Necesidad de encontrar la mejoría y la estabilidad

Esta situación ha llevado, además, al filial maño a ser uno de los peores filiales de la categoría de bronce del fútbol español. Tan solo el Elche Ilicitano, colista del grupo 3 en el que milita el Real Zaragoza B, con 21 puntos, y el Sporting B, con 24, se sitúan por debajo del equipo maño, que suma 25.

Este domingo, los pupilos de César Láinez viajan hasta Mallorca con la imperiosa necesidad de resurgir y volver a la senda positiva, que cortó la semana pasada la derrota ante el Villarreal B.

No conseguir sumar podría suponer abrir una brecha casi insalvable con los puestos de promoción de descenso y la permanencia, que actualmente se encuentran a tres y ocho puntos, respectivamente. Precisamente el puesto que marca la salvación lo ocupa el Mallorca B, rival esta jornada, por lo que ganar sería dar un golpe encima de la mesa y empezar a, esta vez sí, despegar de manera contundente.

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Sobre el autor
Natalia Hungría
Zaragoza. Redactora del Real Zaragoza, Real Zaragoza B y del Real Jaén. Contacto: [email protected]