Tan solo un hombre tiene el honor de ser el futbolista que más veces ha vestido la elástica del Real Zaragoza. Los records tienen eso. Que, salvo justo antes de superarse, no se comparten. Y Xavier Aguado tiene ese privilegio. Nada más y nada menos que 473 encuentros a las espaldas con el conjunto blanquillo. Trece temporadas en las que el jugador catalán ha grabado su nombre en letras de oro en la historia del Real Zaragoza. Más de una década en la que se ha ganado un pequeño hueco en el corazón de todos los zaragocistas. Motivos hay de sobra para ello. El de Badalona (5 de junio de 1968) ha derramado sangre, sudor y lágrimas por el Real Zaragoza. Toda una carrera deportiva dedicada al club maño.

Inicios baloncestísticos

La ciudad catalana nunca ha destacado por su pasión por el denominado `deporte rey´. Badalona siempre ha sido sinónimo de baloncesto. El Joventut es el club de la localidad barcelonesa y sus niños sueñan con emular a Jofresa, Villacampa o Corny Thompson sobre el parqué. Xavi Aguado no era una excepción y, desde muy pequeño, entró en la cantera del club verdinegro. Al trasladarse a Tiana, una localidad cercana a Badalona (pero suficiente para que tres desplazamientos semanales en autobús parecieran excesivos para un niño que apenas superaba la decena), su interés por el deporte le hizo cambiar la madera del pabellón por el césped de estadio. En él, Aguado destacó como un efectivo goleador desde el carril diestro.

Un fichaje inesperado

Permaneció en el club hasta su etapa de juveniles, período en el que su entrenador le colocó en la posición donde destacaría en su carrera profesional; la de defensa central. Su labor como zaguero llamaría la atención del FC Badalona, conjunto de Tercera División, que no dudó en contar con Aguado entre sus filas. Xavi Aguado tan solo permanecería una campaña en el club, ya que una llamada del entonces entrenador del Sabadell, Antonio de la Cruz, le llevaría al club arlequinado. Un CE Sabadell que acababa de descender de Primera División, y que se hizo con el jugador catalán de una forma anecdótica que prefiero transcribir literalmente en palabras del futbolista (en su página web oficial), para no perder ni un ápice de su magia:

“Estaba mi padre que en paz descanse leyendo el diario Sport en la barra de la cafetería del club de tenis “EL CASINO” de Tiana y en la sección del CE Sabadell que había descendido aquella temporada de la primera división aparecía una entrevista al entrenador del mismo, Antonio De la Cruz. El titular de la misma era “necesito un central para completar la plantilla” y cuando lo leyó mi padre espetó en voz alta “pues podría llamar a mi hijo” en un tono jocoso delante de los amigos.

El camarero, que escucho la frase de mi padre, le comentó si quería decírselo directamente a De la Cruz ya que él era de León como el entrenador del CE Sabadell y eran amigos de la infancia.

Mi padre, aturdido por la coincidencia, le comentó que lo había dicho en tono de guasa con los amigos, ya que yo estaba jugando en tercera y estábamos hablando de un recién descendido equipo de primera división. El camarero llamó desde el teléfono de la cafetería y le puso al habla con mi padre, este le comentó lo sucedido y De la Cruz se quedó con mis datos. Mi padre, como hubiese pensado cualquier persona, entendió que De la Cruz había cumplido con el expediente en el que lo había metido su amigo de la infancia, pero la sorpresa fue cuando 20 días después llamó a nuestro domicilio el propio De la Cruz para informarnos que había recabado informes míos y estos aconsejaban hacerme una prueba en la pretemporada arlequinada".

Dos temporadas estaría Aguado en el CE Sabadell (1988-1990). En un encuentro en Las Palmas durante la segunda de ellas, el jugador catalán asistiría nervioso al sorteo del servicio militar que se televisaba en directo, y que condicionaría su futuro futbolístico. El azar de aquel sorteo quiso que los caminos de Xavi Aguado y la ciudad de Zaragoza se juntaran para siempre. Su destino en la capital maña implicó una cesión (con opción de compra) al Real Zaragoza que el conjunto blanquillo, visto el excelente rendimiento del futbolista en el primer tramo de temporada, no dudó en ejecutar.

Mito del zaragocismo

Desde aquel entonces, 473 encuentros oficiales con el Real Zaragoza avalan la trayectoria del jugador badalonés. Casi medio millar de partidos en los que Xavi Aguado se ha convertido en el eterno capitán zaragocista, y que le han llevado a conquistar dos Copas de SM El Rey, en las que el catalán tuvo un papel protagonista. La primera de ellas fue en 1994 ante el Celta de Vigo, en un encuentro en el que Aguado sería titular y el Real Zaragoza acabaría venciendo en la fatídica tanda de penaltis. La segunda, siete años más tarde, en 2001, y de nuevo ante el equipo gallego, en la que el jugador catalán anotaría el primer tanto blanquillo, que igualaba el inicial del ruso Mostovoi, y ponía inicio a una remontada que acabaría con el definitivo 3-1 favorable al Real Zaragoza.

Aunque históricos, no es de ambos títulos coperos de lo que más puede presumir el catalán en su etapa en el club maño. Lo es, como todos sus coetáneos zaragocistas, la Recopa levantada por el Real Zaragoza en París aquel ya imborrable 10 de mayo de 1995 ante el Arsenal. Una final, que como no podía ser de otra manera, Xavi Aguado vivió en primera persona desde el césped del Parque de los Príncipes, y que fue el último partido de un torneo en el que el catalán fue uno de los pilares para la consecución del trofeo. El trofeo más importante de la historia del Real Zaragoza.

Una anécdota para la historia

Su carrera en el club se remontó hasta la campaña 2001/02. Trece años en los que en la memoria de los aficionados zaragocistas quedará, al margen de sus sobresalientes virtudes como central, que no son pocas y le hicieron estar a punto de llegar a ser internacional en varias ocasiones, la famosa anécdota que todos conocemos coloquialmente como “ha sido el 6, penalti y expulsión” o "Rafa, no me jodas". Palabras pronunciadas en una conversación entre el árbitro Mejuto González y su auxiliar, el mítico Rafa Guerrero, tras una acción entre Aguado y el defensa portugués del FC Barcelona Fernando Couto. El resultado; una tarjeta roja y una pena máxima que todavía resuena en La Romareda, incapaz de explicar hoy en día tal decisión.

Un 20 de febrero de 2001 sería la fecha en la que el exfutbolista del Real Zaragoza jugaría su último encuentro con la elástica blanquilla. El día en el que Aguado sufrió una lesión que le hizo colgar definitivamente las botas. Al menos profesionalmente, ya que el de Badalona no ha dejado de estar practicando el fútbol como veterano de la Federación Aragonesa y el Stadium Casablanca. Un Xavi Aguado que se ha establecido en Zaragoza, y que ha visto crecer a su familia en la capital maña, donde alzará la voz siempre que el Real Zaragoza le necesite. Quien sabe, si algún día, desde el banquillo de La Romareda.

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