El 10 de mayo de 1995, el Real Zaragoza hacía historia al ganar la Recopa al Arsenal en París con un gol mágico de Nayim en el último suspiro de la prórroga. Toda Europa veía la proeza del conjunto aragonés, y la afición zaragocista soñaba con que eso fuera el comienzo de un ciclo aun más glorioso, cargado de éxitos.

Pero estos veinte años no se han caracterizado por la tranquilidad y la estabilidad, todo lo contrario. Tres descensos, cambios de propietarios, una nómina incalculable de jugadores vistiendo la elástica blanquilla o una casi desaparición. Son solo algunas de las situaciones por las que ha tenido que atravesar el seguidor zaragocista desde ese 10 de mayo de 1995. Tan solo tres trofeos (dos Copas del Rey y una Supercopa de España) y una cuarta posición (1999/2000) llevaron algo de alegría a la afición.

Finales de los 90

Después de haber alcanzado la gloria en París , el conjunto aragonés inició un proceso de renovación de su plantilla con la contratación de jugadores jóvenes e ilusionados, pero sin renunciar a la veteranía de los futbolistas que se habían campeones de la Recopa en París, que fueron abandonando el equipo paulatinamente en las siguientes temporadas para dejar paso a nuevos proyectos deportivos.

Morientes, Dani, Gustavo López, Kily González, Garitano, Yordi González, Acuña, Paco Jémez, Milosevic o Juanele son solo algunos de los jugadores que ficharon por la disciplina zaragocista durante finales de la década de los 90, pero no lograron dar todo el rendimiento que se esperaba de ellos en un primer momento. De hecho, en estas temporadas el conjunto aragonés se acomodó en la mitad de la clasificación, despidiéndose de ese modo de la posibilidad de entrar en competiciones europeas por medio de la Liga. La única posibilidad que quedaba era la Copa del Rey, pero a lo más lejos que se llegó fue a unas semifinales en la temporada 1997/98.

Para ese momento, Víctor Fernández ya no era el encargado de dirigir al Real Zaragoza. El técnico aragonés era destituido el 7 de noviembre de 1996, poniendo fin a un mágico ciclo de algo más de cinco años. Su sustituto fue Víctor Espárrago, que tan apenas estaría dos meses y medio como entrenador, siendo reemplazado por un Luis Costa que lograría salvar al equipo del descenso.

Tras algo más de cinco años, Víctor Fernández era destituido en noviembre de 1996, siendo el final de un cicloEsa misma temporada se producía una gran pérdida para el conjunto aragonés: el 29 de noviembre de 1996 Alfonso Solans Serrano, presidente y máximo accionista del Real Zaragoza, fallecía a los 73 años en la capital aragonesa. Fue su hijo Alfonso Solans Solans el que se haría cargo del club a partir de ese momento.

La mejor temporada del conjunto blanquillo en estos años se produciría en la campaña 1999/2000. Con Chechu Rojo en el banquillo (había llegado la temporada anterior) y liderados por un gran Milosevic, los maños tuvieron opciones hasta la última jornada de proclamarse campeones de la Liga, aunque finalmente terminaron en una muy meritoria cuarta posición y dejando marcadores históricos que todavía permanecen en la memoria del seguidor aragonés, como el 1-5 en el Santiago Bernabéu.

Cambio de siglo marcado por el sufrimiento

La última temporada del Real Zaragoza había brillante, pero se trató de un simple espejismo. En la siguiente, el conjunto aragonés se abonó al sufrimiento y no logró la salvación hasta la última jornada. Su regreso a competiciones europeas también dejó bastante que desear tras caer eliminados ante el Wisla después de haber ganado en La Romareda por 4-1, lo que supuso la destitución de Juanma Lillo y la vuelta de Luis Costa. Pero no todo fueron malas noticias, ya que el cuadro zaragocista lograba su quinta Copa del Rey después de vencer al Celta por 3-1 en el estadio de La Cartuja.

El Real Zaragoza descendía a Segunda después de militar 25 años seguidos en Primera División

Si sufriendo hasta el último partido se habia salvado el conjunto maño la pasada temporada, en la 2001/2002 no hubo la misma suerte. Tres entrenadores (Chechu Rojo, Costa y Marcos Alonso) y cinco puntos en las doce jornadas finales sentenciaban a un Zaragoza que finalizaría colista de la categoría, suponiendo el fin de una trayectoria de 25 años seguidos militando en Primera División.

Galletti fue el héroe de la séptima | Foto: REUTERS

Paco Flores sería el encargado de devolver a un Zaragoza renovado (incorporó a diez jugadores nuevos con respecto al equipo que descendió) a la máxima categoría del fútbol español tras una temporada en la que la brillantez destacó por su ausencia, pero se había conseguido el objetivo del ascenso. El técnico catalán siguió al frente de los maños en su regreso a Primera, pero los malos resultados hicieron que fuera destituido. Su sustituto fue Víctor Muñoz que, en parte gracias a la llegada de Movilla y Dani en el mercado invernal (a los que hay que sumar los fichajes de Gabi Milito, Villa, Savio, Ponzio y Álvaro en verano) llevaron al equipo a la salvación y a ganar un título más: la sexta Copa del Rey. Los aragoneses se medían al Real Madrid, más conocido como 'Los Galacticos' en Montjuic y aunque eran muy favoritos los madrileños, los maños dieron la sorpresa y se impusieron por 3-2 gracias a un tanto de Galletti en la prórroga. Este nuevo título otorgaba al Real Zaragoza la oportunidad de enfrentarse al Valencia por la Supercopa de España, que también lograron ganar tras remontar un 0-1 en la vuelta (en Mestalla los de Muñoz ganaron por 1-3).

En las dos siguientes temporadas (2004/2005 y 2005/2006), los aragoneses se mantuvieron en zona media de la clasificación sin mucho sufrimiento y combinando buenos momentos con otros de irregularidad, lo que impedía a los aragoneses luchar por objetivos más altos. En la segunda campaña llegaron a la disciplina jugadores como Ewerthon, Diego Milito, Sergio García o Celades para suplir las salidas de Luis García, Villa o Galletti. Los maños tuvieron la opción de sumar la séptima Copa del Rey tras llegar a la final (después de eliminar al Atlético de Madrid, Barcelona y Madrid), pero cayeron derrotados ante el Espanyol por un contundente 4-1.

Era Agapito

Tras casi diez años con Alfonso Solans al frente del Real Zaragoza, el empresario aragonés decidía poner punto y final a esa trayectoria y vendía la mayor parte de sus acciones a Agapito Iglesias. El soriano quería devolver al equipo blanquillo a la élite del fútbol español, algo que se notó en las inversiones que realizó desde el primer momento. Aimar, D' Alessandro, Diogo o Pique son solo algunos de los jugadores que recalaban en el Zaragoza su primera temporada y, al frente de ellos, Víctor Fernández. Este esfuerzo económico se vería recompensado con la clasificación para la UEFA esa misma temporada.

Pero Agapito no se conformaba con eso e hizo una mayor inversión con las contartaciones de Oliveira, Ayala, Matuzalem o Luccin, aunque Gabi Milito decidía abandonar el club para fichar por el Barcelona. Lo que en un primer momento parecía bonito, muy pronto se convirtió en pesadilla con la rápida eliminación de la UEFA. Además, pasaban las jornadas y los resultados no llegaban. El objetivo de Europa estaba cada vez más lejos, por lo que la directiva decidía destituir a Víctor Fernández y dar la oportunidad a un Garitano que tan solo dirigió al equipo en dos encuentros (uno de Copa y otro de Liga) antes de que dimitiera por su voluntad. Llegaría entonces Javier Irureta, que empezó bien su andadura con un empate y un triunfo, pero cuatro derrotas seguidas hicieron que fuera despedido. Para esas alturas de la competición, la salvación era el único objetivo posible y para ello confiaron en Manolo Villanova, pero no pudo reconducir la situación y en la última jornada se materializaba el descenso a Segunda División.

Nuevamente en la categoría de plata, el club contrató a Marcelino García Toral para que ocupara el blanquillo aragonés. Era obligatorio reducir gastos, por lo que Diego Milito, Matuzalem, Sergio García o Aimar abandonaban Zaragoza. En lo deportivo, no fue hasta la segunda vuelta cuando el equipo dejó claras cuáles eran sus intenciones para la temporada, con 17 encuentros seguidos sin perder y logrando el ascenso.

Las tres temporadas siguientes al ascenso (2009/2010, 2010/2011, 2011/2012) siguieron un mismo patrón: tras una primera vuelta pésima, en la segunda el equipo reacionaba con un técnico diferente y después de realizar alguna incorporación en el mercado invernal, logrando finalmente la salvación en las últimas jornadas Marcelino y José Aurelio Gay (2009/2010), Gay y Javier Aguirre (2010/2011) y Aguirre y Manolo Jiménez (2011/12) fueron los técnicos durante estas tres temporadas. LaS situaciones institucionales y económicas del club era cada vez más preocupante. Ante la deudad de más de 100 millones de euros, el club aragonés tuvo que acogerse a la Ley Concursal para reducirla y la afición cada vez estaba más cansada de Agapito Iglesisas, al que le exijian que vendiera sus acciones y abandonara el club.

Al contrario que en las temporadas anteriores, la segunda vuelta del equipo fue nefasta

Pero a la cuarta no se pudo culminar con otro milagro y se descendió nuevamente a Segunda División. Manolo Jiménez había renovado por tres temporadas, en un gesto de Agapito por dar estabilidad a un nuevo proyecto, y lo cierto es que la primera vuelta fue bastante positiva, pero en la segunda las cosas se torcieron y, a la inversa de los años anteriores, se sumaron 15 encuentros seguidos sin ganar, una cifra que terminó condenando al equipo al perder la categoría.

Nuevamente en Segunda, el máximo accionista decidió dar un paso atrás con la contratación de Jesús García Pitarch, que tendría una labor difícil al tener que recortar los gastos del club. Esto supuso que tuviera que negociar con los jugadores para reducir fichas e incluso despedir a algunos, lo que no gustó entre la afición. En lo deportivo, Paco Herrera fue el hombre elegido para liderar este nuevo proyecto y lograr el ascenso a Primera, pero las cosas se torcieron desde los primeros compases. Los resultados no llegaban y el juego dejaba bastante que desear. Para más inri, Paredes, Movilla y José Mari eran apartados del equipo por decisión de Pitarch tras denunciar al club, lo que ponía las cosas aun más complicadas. Tras siete partidos sin ganar, el técnico catalán era cesado y regresaba Víctor Muñoz con la única meta de salvar al equipo del descenso, algo que finalmente se logró.

Verano movido y nuevos propietarios

Tranquilo no es la palabra que mejor definiría el último verano del Real Zaragoza, más bien todo lo contrario. Agapito Iglesias (ya imputado en el 'caso PlaZa') decidía vender definitivamente el club, algo que no resultaría fácil. El soriano delegó en unos comisionistas para que se encargaran de esa labor. Se especularon muchas cosas, pero los primeros interesados fueron un grupo mexicano que se terminó retirando. También entraría en escena Qadeer Sheikh, un empresario alemán que, acompañado de la figura de Nayim, se consideraba el salvador del Real Zaragoza, pero terminó retirando su oferta. A todo esto, el conjunto aragonés estaba obligado antes de que terminara el mes de julio a pagar a la LFP algo más de seis millones de euros para afrontar los impagos que tenía el club. Finalmente y en el último momento, la Fundación Zaragoza 1932 (un grupo de empresarios aragoneses encabezados por César Alierta) compraban el club por un euro y se convertían en los nuevos propietarios.

Una vez solucionado este problema, tenían otra difícil tarea: configurar una plantilla nueva en tan apenas un mes. La dirección deportiva se puso a ello e incorporó a trece nuevos jugadores, la mayoría de ellos cedidos. Se siguió confiando en Víctor Muñoz para que continuara al frente del equipo, aunque en la decimocuarta jornada era destituido tras cuatro encuentros sin ganar. Se barajaron muchos sustitutos, pero la directiva optó por fichar a un desconocido para la afición maña: Ranko Popovic. El serbio empezó bien su periplo en Zaragoza, pero las lesiones y el mal juego en varios momentos hicieron que los resultados no llegaran, por lo que la opción del ascenso directo se fue alejando. Ahora, la meta es terminar la Liga Adelante en la sexta posición, la última plaza que da acceso a jugar el play-off. Por el momento, los aragoneses ocupan ese lugar, pero están empatados con la Ponferradina (séptimo), por lo que se espera una dura batalla hasta final de temporada.