Girona y Real Zaragoza han empatado (1-1) en un partido que no se ha decidido hasta el final. Los maños, que para este encuentro cambiaron de sistema con cinco defensores, se adelantaron muy pronto en el marcador por mediación de Rico. A partir de ese momento, fueron los catalanes los que se hicieron con el control del partido y llevaron la iniciativa para lograr un empate que no llegaría hasta el tramo final, gracias a un cabezazo de Mas.

Rico adelanta a los maños nada más comenzar

Ranko Popovic cambiaba el esquema habitual e introducía una línea de cinco atrás, imitando lo que suele realizar Machín. Con este nuevo planteamiento comenzaba un encuentro en el que muy pronto se adelantarían los maños en el marcador tras un desajuste de la defensa del Girona en un contraataque, lo que aprovechaba Dorca para abrir a la izquierda para que Rico, desde fuera del área, se sacara un potente disparo que entraba pegado al poste, imposible para el portero. Las cosas se ponían muy favorables para los aragoneses, que veían como en menos de dos minutos ya iban por delante en el marcador. El Girona estaba obligado a dar un paso adelante, pero reaccionó rápidamente y casi logrando el empate a los pocos minutos tras un balón colgado al área que Sandaza remataba de volea desde el punto de penalti tras una imprecisión de los centrales, pero se iba rozando el larguero. El delantero local sería protagonista en la siguiente acción de su equipo tras una buena jugada individual por la derecha, zafándose de los defensores, internándose en el área y poniendo un buen pase para Granell que, solo en el punto de penalti, remataba pero Bono lograba atrapar.

Rico, con un potente lanzamiento desde fuera del área, lograba adelantar al Real Zaragoza en los primeros instantes de juego

Para estas alturas, el Girona era único que generaba peligro, obligando a los defensores maños a frenar las ofensivas catalanes como podían. Dorca y Basha no lograban poner la pausa necesaria para que el conjunto aragonés pudiera mantener la posesión, lo que aprovechaban los locales para realizar sus contras. Esto supuso que Rubén y Vallejo vieran cartulinas amarillas en los primeros minutos, aunque los jugadores locales pidieron la segunda para Rubén en el minuto 6 tras una falta sobre Juncá.

Conforme avanzaban los minutos, el inicio trepidante con el que había comenzado el encuentro se fue pausando. El Real Zaragoza dio un paso atrás y se encerraba atrás cuando el Girona atravesaba el centro del campo, por lo que los catalanes se vieron obligados a combinar para intentar hacer daño a la poblada defensa, aunque no lograban finalizar las jugadas con éxito para establecer la igualada en el luminoso.

Los de Popovic no habían tenido mucha presencia en la faceta ofensiva hasta el momento, intimidados por el gran empuje local, pero casi lograban aumentar las diferencias en el marcador en su segunda llegada con peligro. Dorca, en tres cuartos de campo, picaba un balón para que Borja Bastón controlara y, tras zafarse de su defensor, rematara pero Becerra lograba desviar. Mucho más clara fue la oportunidad de Jaime Romero minutos después, que aprovechó un despiste de Richy para superarle y, mano a mano con el guardameta, éste sacaba la pierna para desviar cuando los aficionados maños ya cantaban el gol. Esa jugada podría haber sido la sentencia, pero lo que casi llega en el tiempo añadido es el empate. Mata recogía un pase filtrado entre la defensa y, tras regatearse a Bono, su disparo se iba rozando el palo, llegando a la conclusión de la primera mitad.

Mas iguala en el último suspiro

El esfuerzo realizado por los dos equipos durante la primera parte se dejó notar en el inicio de la segunda mitad, si bien es cierto que eran los locales los que continuaban llevando la iniciativa para lograr el empate, aunque se mostraban sus jugadores se mostraban más imprecisos en los últimos metros, circunstancia que intentaban aprovechar los aragoneses para generar peligro a la contra. Machín decidió gastar balas para lograr la remontada y sacó al delantero Sanchón.

Popovic también se vio obligado a mover el banquillo, aunque por diferentes lesiones. Primero Fernández y posteriormente Jaime Romero tenían que abandonar el terreno de juego, dando entrada a Insa y Galarreta, lo que supuso que el esquema inicial de cinco defensores se viera alterado, reforzando más el centro del campo. Lo cierto es que los locales perdieron la fluided que habían mostrado hasta el momento y las imprecisiones se empezaron a hacer presentes con una mayor continuidad.

Jandro fallaba un penalti a falta de ocho minutos, pero cuando ya se daba por hecha la victoria maña Mas ponía el empate final

El corazón se imponía más que la cabeza en los ataques locales, que se quedaban a medio camino y no lograban finalizar. Esa circunstancia pudo haber variado cuando a algo menos de diez minutos del final Pedro cometía penalti a favor del Girona, pero Jandro estrellaba su lanzamiento contra la cepa del poste. Los catalanes perdían de ese modo una magnífica oportunidad de igualar la contienda, pero no bajarían los brazos tan facilmente. En el 88, Mas cabeceaba a la red un balón que había impactado en el palo tras un testarazo en el lanzamiento de una falta lateral. Este tanto espoleó definitivamente a los de Machín en los últimos instantes, aunque finalmente el marcador no se movería hasta el final.

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