Los maños eran equipo de Tercera División desde hace dos semanas, pero todavía restaba el último partido de la Liga en el que terminaron por caer derrotados por un abultado 2-8. El equipo acabó dando una mala imagen.
Ambos equipos realizaron el calentamiento inicial.
Tras el calentamiento previo, saltaron al terreno de juego para el saludo.
Carlos Javier y Álex López, capitanes de ambos equipos junto al trío arbitral.
Mal empezaría el partido para el filial del Real Zaragoza. A los 50 segundos de partido, Álex López inauguraba el marcador para los valencianos ante el desacierto local.
Los maños intentaron reaccionar y, pese a que apenas llegaban a la portería rival, tampoco sufrían en exceso atrás. En un centro de Nacho Lafita, Carlos Esteve conseguía meter la cabeza para poner el empate en el marcador.
El partido estaba siendo malo, con un filial zaragocista que no se mostraba con ganas ni con ánimo y un Valencia Mestalla al que le valía con sacar un punto para sellar la permanencia. Fueron los visitantes los que volvieron a adelantarse pocos minutos antes del descanso. De nuevo Álex López batía a Sergio Sanz, tras un saque de esquina botado por Tropi, y ponía el 1-2 en el marcador.
Cuatro minutos le bastaron al conjunto visitante para sacarle los colores al Real Zaragoza B. En un minuto, Álex López y Zahibo, colocaron el 1-4. Las malas noticias aún iban a seguir, ya que solo tres minutos después, Nacho Gil anotaba el quinto con un disparo cruzado al segundo palo.
Los visitantes parecían solos en el campo y pudieron hacer goles de todas las maneras posibles. Todavía restaban 30 minutos y los zaragocistas ya caían por 1-6.
Con el partido más que sentenciado, Esteve y Nacho Lafita volvieron a ser los protagonistas de la jugada del segundo gol aragonés. El extremo botaba un córner, para que el delantero volviera a rematar de cabeza y pusiera el 2-6 en el marcador.
El Valencia Mestalla todavía tuvo tiempo para hacer más grande el ridículo local en su campo. Fer. Cano y Álex López anotaron dos tantos más, para sellar una goleada sonrojante que manda, más todavía, al filial zaragocista a la Tercera División.