El Real Zaragoza ha perdido una valiosa oportunidad de ampliar distancias con sus perseguidores después de haber caído derrotado en La Romareda por 0-1 contra el Mirandés. Pese al dominio de los aragoneses durante la mayor parte del encuentro, una ocasión aislada ha privado a los maños de sumar un resultado menos negativo.

Ante las numerosas bajas con las que contaba Ranko Popovic (Vallejo, Pedro Sánchez, Cabrera y Jaime Romero), el técnico serbio se vio obligado a variar su once con respecto al último encuentro. Rubén sería el acompañante de Mario en el centro de la defensa, mientras que Javi Álamo y Natxo Insa actuarían por las bandas.

Demasiado premio para el Mirandés

El encuentro comenzó muy eléctrico entre ambos equipos. El balón tan apenas pasaba por el centro del campo, buscando rápidamente la portería rival. Esto provocó que las imprecisiones fueran constantes. Las derrotas de la Ponferradina y Leganés daban una oportunidad de oro a los aragoneses de poner tierra de por medio con ellos, por lo que la victoria se hacía fundamental. Con esa consigna, los locales poco tardaron en mandar el primer aviso tras una buena jugada de Natxo Insa, que terminaba con un potente disparo de Basha desde fuera del área repelido por la defensa. Poco a poco, ese inicio trepidante dejó paso a un dominio constante del equipo blanquillo, aunque todos los intentos por acercarse a la meta de Razak se desvanecían en los metros finales. Pese a eso, un fallo en el despeje del guardameta visitante ante la presión de Álamo a punto estuvo de costarle caro, pero Basha terminó rematando a las manos del portero.

Mientras los locales controlaban el encuentro sin mayor problema, el Mirandés era incapaz de atravesar el centro del campo para generar peligro en el área zaragocista. Ante esta situación, la única opción que les quedaba era aprovechar las jugadas a balón parado, y es lo que hicieron. Carnicer botaba una falta y Urko Vera se anticipaba a la defensa cabeceando sin oposición para superar a Bono y subir el 0-1 al luminoso. En su primera ocasión, los visitantes lograban una ventaja que no se ajustaba a lo que se había visto hasta el momento sobre el terreno de juego. Este tanto no varió lo que se había visto hasta el momento y, si bien es cierto que el número de imprecisiones en los jugadores blanquillos aumentaron, se repetía la misma tónica. Borja Bastón tuvo la opción de volver a igualar el choque, pero su disparo al primer palo no sorprendía al guardameta.

Los hombres de Carlos Terrazas, sabedores de la importancia de estos tres puntos, aumentaron su presión sobre los maños, algo que causó bastante tensión tanto en la grada como sobre el césped de La Romareda. Los aragoneses no podían entrar en el juego de los visitantes si querían empatar, por lo que siguieron intentando crear peligro. Primero Natxo Insa no llegaba a rematar de cabeza un buen servicio por la derecha y pocos minutos después Rico lo intentaba con un lanzamiento lejano después de que Dorca tocara en corto una falta, pero su disparo salía rozando el poste. En defensa, los maños tan apenas sufrieron más allá del gol. Tan solo un par de centros en el tramo final que cerraría la primera parte lograba ponerles en alerta.  

Dominio, pero sin claridad

El colegiado daba inicio a una segunda mitad en la que los locales estaban obligados a reaccionar si querían sumar un resultado positivo en la noche zaragozana. Ranko Popovic, pese a esto, siguió confiando en los mismos jugadores que terminaron la primera parte, y lo cierto es que durante los primeros compases ninguno de los conjuntos conseguía sentirse cómodo sobre el césped. Los fallos en el pase eran una constante, lo que ponía nervioso a la afición congregada en el estadio aragonés. Un disparo de Dorca desde algo más alejado del pico del área fue lo más peligroso de los locales, pero salía muy cerca del palo. Ante este panorama, el técnico serbio se veía obligado a mover el banquillo, dando entrada a un Eldin ovacionado en lugar de Galarreta, y a Willian José por Rubén González. 

Con este último cambio, Basha retrasaba su posición a la defensa y Natxo Insa pasaba al centro del campo, mientras que Willian José ocuparía la mediapunta y Eldin la banda izquierda. A pesar de estas alteraciones, el Mirandés continuaba sintiéndose cómodo sobre el terreno de juego, sin tan apenas sufrimiento en zona defensiva. Los maños no lograban encontrar el pase que generara una acción clara de gol, y cuando lo conseguían la suerte no les acompañaba. Tras una apertura a Férnández, el lateral ponía un centro raso que se paseaba por el área, pero la defensa salvaba bajo palos el disparo de Willian José.

El partido entraba en el tramo final. El equipo maño se volcó sobre la portería buscando, al menos, un punto que les permitiera aumentar la diferencia con el Leganés y la Ponferradina. Los de Popovic intentaban bombardear el área de los viistantes con balones colgados, y en una de estas Javi Álamo controlaba solo y disparaba, pero no con la suficiente fuerza para poner en apuros a Razak, y el mismo guardameta sacaba una mano providencial cuando ya se cantaba el gol de Eldin. Fue las únicas ocasiones claras de una segunda parte que llegaba a la conclusión con el triunfo del Mirandés por 0-1.