El Real Zaragoza cayó derrotado por un contundente 0-3 que le deja prácticamente sin opciones para el partido de vuelta. Pese a ser bastante superiores sobre el césped, tres errores supusieron tres goles visitantes. El equipo tuvo actitud y jugó uno de los mejores partidos de la temporada, frente a una afición que le acompañó en todo momento. La diferencia estuvo en las áreas.

Planteamiento inicial

Pese al mal resultado que dio en los últimos partidos, Popovic volvió a apostar por la defensa con tres centrales. Cabrera no entró de titular y fueron Vallejo, Rubén y Mario los que se colocarían como base del equipo, con Rico y el regreso de Fernández para recorrer las bandas. En el centro del campo, el técnico serbio volvía a confiar en la pareja formada por Dorca y Ruíz de Galarreta, pese a que terminaron sucumbiendo en el apartado físico en el último partido, especialmente el segundo.

Arriba, tal y como se esperaba el Zaragoza formó con Pedro en la derecha, Eldin en la izquierda y Willian José como referencia, con los dos primeros jugando cerrados para buscar las combinaciones entre ellos y que ambos encontraran a Willian José con facilidad.

Un Zaragoza superior

El arranque del Real Zaragoza fue demoledor. Los 20 primeros minutos sirvieron para soñar. Muy superiores fuera del área, el Zaragoza encontró la superioridad a partir de la actividad constante de Dorca y Ruiz de Galarreta en el centro del campo, pero sobre todo al juego interior de Pedro y Eldin, que hicieron que el Girona pareciera débil verticalizando muchísimo en sus acciones. Los visitantes, con dificultades para pararlos, se vieron obligados a meterse muy cerca de su propia área, regulando y dejando terreno al Zaragoza.

Las oportunidades llegaron. En primer lugar por la superioridad (inédita hasta el día de hoy) que mostró el equipo a balón parado, y en segundo por la verticalización de la que hablamos. Cada vez que Eldin y Pedro recibían, intentaban conducir hacia portería contraria o buscar un pase a la espalda de la defensa del Girona, siempre hacia delante. Esos pases interiores que intentaban solían tener como destinatarios a Fernández y a Rico. Willian José, bastante lento y mejor ofreciendo el pase que el desmarque, atraía centrales y ofrecía espacio para la posible internada de los laterales. Esto hizo que el Zaragoza perdiera amplitud en la última zona del campo, con los carrileros jugando por dentro una vez llegaban al área rival.

Cómodos en defensa

Sufrió mucho el Zaragoza ante delanteros rápidos y hábiles en el desmarque como Sergio Araujo o Chuli. Ambos destrozaron la defensa de cinco del Zaragoza buscando la espalda de los tres centrales. El Girona, sin embargo, partió con dos delanteros muy diferentes, bastante más lentos que los antes mencionados. Ni Mata ni Sandaza pudieron ofrecer una opción en largo. Con el Zaragoza encimando al Girona, las recuperaciones de los visitantes se producían en zonas bastantes retrasadas y bajo la presión zaragocista. En el momento de recuperar el Girona no podía lanzar al equipo buscando el balón en largo a una banda o a la espalda. En primer lugar porque los tres centrales zaragocistas abarcaban mucho campo a lo ancho, lo que solo permitía las recepciones de los delanteros de espaldas a portería. En segundo lugar, porque ni Mata ni Sandaza aprovecharon en ningún momento la espalda de los centrales. Los peligros llegaron cuando se pudo sumar la segunda línea entrando desde atrás, pero ahí Vallejo estuvo muy atento en el corte, convirtiéndose en una ayuda esencial para Rubén.

La diferencia estuvo en las áreas

En efecto, el partido se definió en las áreas. La superioridad del Zaragoza fuera de ellas no se tradujo en contundencia a la hora de llegar al área. La mayoría de disparos del Zaragoza fueron intentos lejanos, y cuando conseguía rematar a balón parado se topó con un Becerra espectacular bajo palos, que sin duda marcó la diferencia en el partido. El Girona se mostró muy sólido en su área y supo sufrir en los momentos que el Zaragoza más apretó.

En el área contraria, pese a que el Girona no llegó con bastante asiduidad, se mostró mucho más efectivo. Whalley, cuyo error inicial marcó el partido, no dominó el área en el balón parado del Girona.

La defensa zonal y los errores del Zaragoza

El primer gol llegó por un error individual, pero el segundo gol fue un error de estrategia por parte de Popovic, y también llegó en un momento crucial del partido. Ya se habían observado los peligros de la defensa zonal en el balón parado. Con los jugadores defendiendo en estático, no es difícil que los jugadores rivales tengan más posibilidades de ganar en el salto viniendo desde atrás en carrera y ganando potencia. Si además no se cuenta con un portero expeditivo que domine bien el área, los peligros aumentan.

El tercer gol, también doloroso, llegó tras un pase horizontal errado que provocó una contra letal. Duro, muy duro. El partido que hizo el equipo y una afición espléndida merecieron mucho más. Sin embargo no está todo perdido, es difícil pero la obligación del equipo es salir a muerte el domingo, mantener el nivel de la ida, corregir los errores de la ida e intentar ser más certeros de cara a puerta. No importan los puntos que haya sacado el Girona sobre el Zaragoza en liga, y eso se pudo ver en el partido de ida. El 0-3 no refleja lo visto en el campo y la afición debería quedarse con el ambiente que se vivió. Con un equipo a ese nivel y una afición como la del Zaragoza este equipo no tardará en volver. Al tiempo.

Fuente de las imágenes: Esports3

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