El sueño sigue vivo, muy vivo. El Real Zaragoza se repuso al gol inicial y al dominio de Las Palmas con otra actuación de pundonor. Popovic intentó sorprender de inicio sin éxito, pero reaccionó con rapidez y le ganó la partida táctica a Herrera. Cada cambio mejoró el equipo. Aún no hay nada hecho, pero el paso es importante.

Planteamiento inicial

Aunque muchos ni se percataron, Popovic intentó sorprender de inició a Paco Herrera con su planteamiento. La alineación y lo vivido en los partidos frente al Girona hicieron pensar que el Zaragoza salía con tres centrales de nuevo, pero no fue así. El técnico serbio colocó un “doble lateral” en la banda izquierda, con Rico situado por delante de Cabrera. Un 4-2-3-1 donde Rico tenía muchas funciones, como la de equilibrar la movilidad de Eldin y Pedro, que intercambiaban sus posiciones de mediapunta y banda derecha.

Fernández volvió al lateral, lo que le hizo ser menos activo arriba, pero donde cumplió con creces, gracias a un estado físico que parece inmejorable. Vallejo y Mario conformaron la pareja de centrales y Galarreta y Dorca repitieron como centrocampistas, mientras Willian José, enrachado, volvió a golear como delantero centro.

4-2-3-1 para sorprender

Con ese sistema, que era el que había usado el Zaragoza antes de pasar a jugar con tres centrales, Popovic buscó sorprender a Las Palmas, que probablemente había preparado el encuentro para enfrentarse al 5-2-3 o 3-4-3 que había usado el Zaragoza frente al Girona. El resultado de la innovación no fue el esperado, y Las Palmas empezó dominando el encuentro a partir de la posesión.

El equipo visitante encontró el premio en un error individual de Cabrera y parecía que al Zaragoza le costaba. Las Palmas mostró armas ya conocidas e hizo del intento de sorprender de Popovic una debilidad para los locales.

Los peligros de Las Palmas

Con un 4-3-3 como sistema, parecía que Las Palmas tendría superioridad en el centro del campo frente a Dorca-Galarreta. El cambio de sistema de Popovic pudo venir por ese hecho. Eldin, que actuó como mediapunta (intercambiándose con Pedro) ayudaba a Willian José en la presión de los centrales y al pivote de Las Palmas. Para ayudar a los centrocampistas, Rico centraba más su posición, cubriendo muchas veces a Hernán.

Esto provocaba que Simón pudiera avanzar por la banda derecha para provocar el 2x1 a Cabrera con Roque Mesa. El uruguayo, sobreexcitado, se vio superado por los jugadores de Las Palmas, que desbordaron y centraron con cierta facilidad. El intentó de reforzar esa banda fracasó, pero los peligros no solo llegaron por esa zona.

El interior contrario era Jonathan Viera, que actuó con una libertad total de movimientos y que fue un quebradero de cabeza por su técnica y su habilidad para conducir. Siempre encarando portería y buscando filtrar pases definitivos a la espalda de la defensa, sus compañeros leyeron a la perfección su juego y tanto Araujo como Roque Mesa (los más rápidos) se escoraban a las bandas para entrar en diagonal con ventaja en busca de ese pase.

El cambio de Jaime, el cambio del partido

Pese a que Las Palmas continuó teniendo más posesión y sus jugadas de peligro no cesaron, el cambio de Jaime por Cabrera (gran acierto de Popovic) cambió el partido por completo. El uruguayo se retiró sin rechistar, para apoyar al equipo desde el banquillo en un día especial para él (su cumpleaños), ejemplar como siempre. Rico se colocó como lateral y Jaime ocupó la banda izquierda, aunque al poco rato de entrar se colocaría en la derecha para que Pedro centrara su posición y Eldin se fuera a la izquierda.

Jaime cambió el partido por sus cualidades. El extremo supo dar una salida siempre a Fernández y a los mediocentros, buscando el balón al pie y anticipándose a Ángel en todo momento. Su velocidad también permitió buscarlo en largo, para que desahogara al equipo cuanto Las Palmas apretará, y para que Willian José estuviera siempre acompañado cuando conseguía girarse, ese momento en el que siempre “pasan cosas”.

Una vez tenía el balón en el pie, su desborde hizo que Las Palmas multiplicara ayudas a esa banda. Jaime atrae rivales con una facilidad pasmosa, y aún rodeado es capaz de sacar petróleo de todas las jugadas. Su a priori previsibilidad por ser zurdo cerrado y buscar siempre esa salida no evitó que fuera imparable para los jugadores visitantes, y cuando estuvo cerrado demostró la suficiente técnica como para usar el exterior y poner balones peligrosos.

Pero lo fundamental de atraer rivales es que dejas a compañeros libres. Eso consiguió Jaime, que Pedro tuviera más libertad por dentro, que Fernández subiera más suelto y que los centrocampistas pudieran tocar el cuero sin tanta presión, ya que los rivales llegaban a menudo tarde.

La evolución defensiva del Zaragoza

Pero la salida de Jaime también cambió al equipo a nivel defensivo. A la hora de presionar, con Pedro por dentro en lugar de Eldin, el equipo ganó un trabajador más en esa zona interior, por lo que la superioridad de Las Palmas ya no fue tanta. A esto se le debe unir que los goles zaragocistas hicieron que el equipo no tuviera tanta necesidad de salir a recuperar. Eldin y Jaime fijaron a sus laterales atrás y, en el caso del primero, consiguió secar bastante las subidas de Simón, aunque el lateral le ganara la partida cuando Eldin tuvo el balón.

Con el paso de los minutos y los goles el Zaragoza cerró filas, consciente de que el resultado le valía pero, sobre todo, consciente de que cualquier contra podía ser vital. Y ahí emergió de nuevo un Popovic que supo leer muy bien el partido. Basha entró para dar empaque al equipo, juntar las líneas y perseguir como si no hubiera un mañana el balón, incomodando a todos los jugadores de Las Palmas que pasaban cerca (y no tan cerca). Con un Mario que se hizo enorme con el equipo defendiendo en el área, el equipo ganó solidez atrás pero no pudo evitar que el talento de los jugadores visitantes provocara alguna ocasión. Álamo fue el último en entrar, buscando aprovechar un contraataque que terminó llegando para poner el 3-1 definitivo.

Un paso más, pero Las Palmas sigue teniendo muchas opciones. Mario le dijo a Popovic que no tenían porque dar una vuelta al estadio cuando aún no han ganado nada. Los jugadores están concienciados, Las Palmas fue superior en un gran tramo del encuentro y tuvo muchas oportunidades que desaprovechó. Los 90 minutos (o más) que esperan al equipo van a ser una batalla, la última batalla.

Fuente de las imágenes: Canal+