Volvía la competición doméstica a la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza en un partido entre dos equipos llamados a hacer cosas importantes esta campaña, el filial zaragocista y la SD Tarazona. Sin embargo, ninguno de los dos conjuntos fue capaz de mandar el balón al fondo de las redes, lo que impidió que el marcador inicial se moviera tras 90 minutos de juego.

Y es que ambos conjuntos saltaron al césped sin mostrar credenciales de su poder ofensivo. En los primeros 20 minutos, los guardametas no vieron acercarse al rival por sus inmediaciones, y el juego de las dos escuadras carecía de pegada.

Sin embargo, fue el Deportivo Aragón el que avisó primero mediante un cabezazo de Jamelli, que tuvo la mejor ocasión hasta el momento, pero fue incapaz de colar el esférico en el fondo de las mallas.

Tras esa jugada, el equipo dirigido por César Lainez mejoró y dispuso de una doble ocasión para adelantarse en el marcador poco antes del descanso. Sergio Gil y Rubén Peña tuvieron el tanto en sus botas, pero ninguno consiguió anotar casi en línea de gol.

Bajón de intensidad

Ya en la segunda mitad, la historia volvía a repetirse. Como consecuencia del calor y de la falta de ritmo de competición, la intensidad del partido fue cada vez a menos, hecho que aprovecharon los entrenadores para realizar algunos cambios.

Mientras tanto, en el césped cobraba fuerza la idea de que el marcador difícilmente iba a moverse, aunque apareció Xiscu Martínez para generar la duda. El joven delantero blanquillo tuvo en sus botas el gol, pero el balón se marchó rozando el palo.

Cuando quedaban poco más de diez minutos para que se llegara al final, sucedió lo esperado: el partido se convirtió en un duelo de idas y venidas con dos equipos completamente rotos, lo que podía significar que alguno de los dos consiguiera decantarlo a su favor.

Finalmente, los minutos finales no beneficiaron a zaragozanos ni turiasonenses, y el partido murió tal y como empezó, con el 0-0 en el marcador como consecuencia de la falta de acciones ofensivas.