Todos los equipos que se enfrentan al Real Zaragoza saben que tienen delante a un rival frágil atrás, con facilidad para encajar goles y con un gran desequilibrio entre el centro del campo y la zona defensiva. Por ello, Popovic quiere cambiar esto y conformar un equipo desde la defensa, que sea muy intenso atrás y muy incómodo para el contrario.

Por el momento, los números de esta temporada están recordando a los de la pasada campaña, en la que el Real Zaragoza encajó la friolera de 58 goles en 42 partidos, con una media de 1'38 goles recibidos por encuentro. Actualmente, y con sólo cuatro jornadas disputadas, el equipo de la capital del Ebro acumula cinco tantos recibididos, lo que hace una media de 1'25 goles encajados por partido. Tanto Popovic como sus jugadores saben que estos datos deben cambiar para convertirse en un firme candidato al ascenso.

Como se viene demostrando año tras año, en la categoría de plata del fútbol español hay un factor clave y que marca cuales son y cuales no los equipos que optan a ocupar las plazas de privilegio, y ese factor es la solidez defensiva. Todos los equipos que consiguen el billete de retorno a Primera se caracterizan sobre todo por ser un conjunto y un bloque compacto que recibe pocos goles, por ello el Real Zaragoza debe de empezar a ponerse las pilas en defensa y trabajar duro para conseguir ser un muro infranqueable, que reciba muy pocos goles, porque si se logra, el equipo maño tendrá muchas opciones de conseguir el ansiado ascenso a la Primera División.

Una defensa fija

Una de las cosas más destacables después de las cuatro jornadas disputadas y de la mala imagen ofrecida atrás es que Ranko Popovic ha repetido la misma línea defensiva durante los cuatro encuentros, una zaga formada por Marc Bertrán en el lateral derecho, con Rubén y Cabrera en el centro del muro, y con Rico en el carril zurdo. La afición zaragocista está muy sorprendida, ya que su baluarte, su capitán y el mayor representante del zaragocismo de corazón en la actual plantilla todavía no sabe lo que es pisar el césped, este futbolista no es otro que el mariscal Jesús Vallejo, y es que tras ser la mayor sensación y el mejor jugador de la temporada pasada, el canterano no ha disputado ni un solo minuto de Liga.

El motivo por el que se dice que el capitán no ha debutado todavía esta campaña es por sus problemas físicos, algo que sorprende viendo el gran potencial y mejoría que mostró el año pasado en este aspecto. Parece que la quinta jornada de Liga puede ser el momento elegido por el entrenador serbio para dar entrada en el once a un jugador más que fundamental y vital para este Real Zaragoza.

Otro caso sorprendente es el de Abraham, ya que tras muchos meses de negociaciones, el lateral zurdo acabó llegando a un acuerdo con el club para su renovación, una renovación muy costosa, debido a que el futbolista catalán es uno de los jugadores que más dinero percibe de la plantilla. Por este motivo, no se entiende del todo su suplencia, porque siendo uno de los futbolistas que más cobra del plantel zaragocista debería ser uno de los nombres clave del equipo.

Habrá que esperar al próximo domingo para ver si Ranko introduce algún cambio en la parcela defensiva, cambios que parecen necesarios para mejorar la imagen ofrecida en los últimos encuentros e intentar formar un bloque rígido al que sea muy complicado anotar un gol.

Falta de equilibrio

No sólo cabe mencionar a los defensas como responsables de estas carencias, ya que todo el equipo tiene responsabilidades defensivas y ofensivas. Por ello hay que nombrar también a los centrocampistas, que como en la defensa, han sido los mismos los cuatro partidos. Los protagonistas en la medular son Dorca y Wilk, dos futbolistas de un perfil muy parecido, que de momento no están ayudando a la zaga a encontrar un equilibrio que le permita al equipo no sufrir tanto en tareas defensivas.

En la portería, tres partidos han sido para Bono y el restante para Manu Herrera. Las lesiones del veterano portero están permitiendo al joven meta marroquí defender la portería maña, meta que abandonó en el partido frente al CD Leganés por la convocatoria de su selección nacional. Hasta el momento, ambos arqueros están cumpliendo y mostrando un nivel suficiente para ponerse los guantes y ocupar la portería zaragocista.

Lo que está claro es que el equipo necesita compensarse, y encontrar el equilibrio entre la zona del centro del campo y la defensa, hecho que resulta muy importante para formar un equipo sólido y que reciba pocos goles.

Hacer de la Romareda un cerrojo

El Real Zaragoza recibe el próximo domingo en casa al Osasuna, en el que será su segundo partido consecutivo como local. Tanto el club como la afición esperan una victoria, pero sobre todo a poder ser una victoria sin recibir goles, y conseguir así por primera vez esta temporada dejar la portería a cero. El club maño debe de hacer de su campo, el más grande de Segunda y con la mayor asistencia por partido, un fortín inespugnable en el que los rivales no sean capaces de perforar la red.

Es en casa donde el equipo blanquiazul debe comenzar a hacerse sólido, un bloque que reciba muy pocos goles, y principalmente un equipo, un equipo que reme hacia el mismo lado, en el que todos ayuden y defiendan, todo ello con un objetivo: no recibir ni un solo gol, algo que seguro que dará muchos puntos al Real Zaragoza y que ayudará a conseguir el único objetivo que todos en la capital aragonesa tienen en mente: volver a donde nunca debió salir el Real Zaragoza, donde juegan los grandes y donde un grande como el club maño no puede faltar.

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