Nueva derrota del Real Zaragoza en casa. Preocupación por los malos resultados del equipo en este inicio liguero pero, sobre todo, por las sensaciones y lo visto sobre el césped. La mayoría de problemas que tuvo el equipo de Popovic frente al Córdoba se repitieron una semana después en el mismo escenario. No se vio la revolución que se esperaba y ni jugadores ni entrenador parecen concienciados con la responsabilidad que llevan sobre sus hombros.

Planteamiento inicial

El mal resultado en casa ante el Córdoba en la pasada jornada parecía ser el causante de una posible revolución en el once, pero nada más lejos de la realidad. Popovic apenas introdujo tres cambios en el equipo titular, y uno de ellos obligado por la baja de un jugador importantísimo como Pedro. El mediocampo que fracasó hace solo una semana repitió titularidad, mientras que por delante entraban Aria e Hinestroza en la línea de mediapuntas.

La gran noticia llegaba con la vuelta de Vallejo al once inicial. El central se mostró más débil en la primera mitad, pero con el paso de los minutos ganó confianza y se fue asentando sobre el césped. El Zaragoza necesitará su mejor versión para tapar los problemas defensivos que tiene el equipo a día de hoy.

Reiteración de errores

La primera parte del Real Zaragoza se podría explicar en parte con el análisis del partido de la semana pasada frente al Córdoba. El equipo repitió los mismos errores que la anterior jornada y evidenció aun más la necesidad de corregirlos cuanto antes.

En la creación, parecía que la entrada de Vallejo podía dotar al equipo de más sentido desde atrás, pero el canterano tuvo una primera mitad algo espesa, e incluso Cabrera llevó bastante responsabilidad en esta faceta del juego, lo cual se tradujo en muchas ocasiones en balones largos y la consecuente pérdida de balón. Cabe decir que en ese sector de Cabrera se juntaban el uruguayo, Dorca, Rico y Jaime, con características muy diferentes a Wilk, Bertrán e Hinestroza. A nivel defensivo, los centrales jamás entendieron como marcar a Nino, que se escapaba una y otra vez para tocar por dentro.

La pareja de mediocentros, por su parte, volvió a naufragar, con un Dorca perdido que acabó siendo sustituido al descanso. Wilk, por su parte, se mostró bastante mejor a nivel defensivo, abarcando mucho terreno y, sobre todo, con ayudas constantes a los dos laterales. El tener que abarcar tanto terreno le hizo llegar tarde en muchas acciones y terminó expulsado. Aria volvió a demostrar mucha irregularidad, con intervenciones escasas que, no obstante, dejaron detalles de calidad. Pero en la regularidad del mediapunta (juegue quien juegue) en sus intervenciones reside una de las claves para que el Real Zaragoza tenga algo de continuidad durante los encuentros.

La salida por bandas y la aportación de Jaime

Si en algo mejoró el equipo respecto al partido del Córdoba fue en la aportación ofensiva de los extremos. Con el centro del campo una vez más desaparecido del partido y el equipo demasiado estirado, las bandas se convirtieron en la mejor arma del Zaragoza a la hora de atacar. Jaime en la primera mitad e Hinestroza en la segunda fueron los jugadores más incisivos del Zaragoza, pero pecaron de individualidad en muchas ocasiones.

Con ese estilo en el que parecía que solo un destello de uno de los extremos podía cambiar el partido, Ángel fue uno de los futbolistas que más sufrió. Sus recepciones se limitaron a balones en largo que lanzaban desde atrás Cabrera y, sobre todo, Marc Bertrán. El lateral derecho realizó un partido gris ante su exequipo. Sin encontrar salida fácil, Bertrán se limitó a lanzar balones en largo, hasta que Hinestroza bajó a recibir hasta campo propio, demasiado retrasado y con muchos contrarios por delante para intentar algo.

En la otra banda las cosas fueron diferentes, el partido de Jaime dejó cosas positivas pero también algunas negativas. A nivel ofensivo no se puede negar que es un futbolista que aporta. Su capacidad para ir por dentro o por fuera le ofreció a Rico siempre la opción de la profundidad. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones Jaime tuvo más facilidad para salir hacia fuera, por su lado bueno, y poner centros muy peligrosos al área. Además demostró un gran golpeo a balón parado.

Pero lo que Jaime sumó en ataque, lo restó en defensa. El extremo perdió la marca de su lateral muchas veces, dejando a Rico con el dos para uno y obligando a Wilk a ofrecer la ayuda al lateral. Con el polaco fuera de sitio, los jugadores de Osasuna encontraron los espacios que necesitaban, juntando a Roberto Torres y Nino en esa banda para que entre ambos llevaran la manija del juego visitante.

El papel de Erik Morán

No era nada sencilla la papeleta de Erik Morán cuando entró al campo en la segunda mitad. El mediocentro es el futbolista de la plantilla que tiene mejores características para el rol de organizador, y desde que entró al campo se le vio mucha idea de intentar serlo, aunque no tanta precisión.

Con Wilk dedicándose únicamente a defender, Morán tuvo que encargarse de toda la creación del equipo. Apoyos a un lado y al otro y buscar siempre superar líneas con sus pases. Su problema y el del equipo era que el Zaragoza ya estaba completamente partido, con 4 jugadores que buscaban la profundidad y estiraban pero no ofrecían ningún tipo de apoyo al mediocentro. Esto provocó que en muchas ocasiones Morán retuviera demasiado el balón, sin querer volver hacia atrás por las necesidades del equipo pero sin poder ir hacia adelante por no encontrar la opción correcta.

Los detalles que dejó a nivel de ideas, superando líneas en muchos de sus pases y con buena lectura del momento en el que realizar desplazamientos en largo deberían hacerle entrar en el equipo titular para la próxima jornada, donde de no ganar el Zaragoza se metería en un problema pese a que la liga acaba de empezar. Con la baja de Wilk y el estado de forma de Dorca parece que la posibilidad de ver a Morán y Diamanka en el centro del campo aumenta, pero hará falta algo más para que el Real Zaragoza mejore hasta el punto que se espera de un candidato al ascenso.

Fuente de las imágenes: Canal+

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