Córdoba y Osasuna han hecho saltar las alarmas en la capital aragonesa tras conseguir asaltar el feudo maño y llevarse los tres puntos de vuelta a casa, y es que ésto no se podrucía desde febrero de 2014. En aquel entonces el conjunto dirigido por Paco Herrera cayó frente a dos filiales, el del FC Barcelona y el del Real Madrid por ese orden, y por el idéntico resultado de cero goles a dos.

En esta ocasión, el equipo comandado por Ranko Popovic ha perdido también por el mismo resultado en ambos partidos, con un marcador de cero goles a uno. Además, tanto el Córdoba como Osasuna no han tenido que hacer un gran partido para lograr la victoria, algo que hace que aumente la magnitud e importancia de las dos derrotas.

Ranko Popovic sabe que está en el punto de mira de la afición, no sólo por las derrotas sufridas sino por el juego que viene mostrando el equipo, y es que al entrenador serbio poco a poco se le está acabando toda credibilidad, ya que de los últimos 28 partidos solamente ha sido capaz de vencer en cinco. El técnico espera cambiar la imagen y con ello agradar a una afición que no está dispuesta a vivir otro año para el olvido.

La Romareda quiere recuperar su prestigio

En los últimos años La Romareda está perdiendo todo ese caché y toda esa grandeza que le correspondía, debido a que el Real Zaragoza está dejando escapar muchos puntos año tras año de su feudo. Todos los equipos que visitan el templo blanquiazul lo hacen con la seguridad de que tienen muchas opciones de sacar algo positivo, algo que debería de se al contrario. Tanto la afición como el club quieren blindar La Romareda y hacer del viejo estadio un campo que nadie quiera visitar y en el que dé miedo jugar.

Esta fragilidad mostrada las últimas temporadas en casa tiene datos que la corroboran, y es que por ejemplo en la temporada 2013/2014 con el equipo maño ya en Segunda, el club aragonés venció en siete de los 21 partidos jugados como local, empató otros siete y perdió de nuevo otros siete. Este hecho que fue muy importante para justificar y propiciar la mala temporada del equipo entonces dirigido por Paco Herrera, que en esa misma temporada sería destituido por Víctor Muñoz.

En la campaña 2014/2015 no iban a cambiar mucho las cosas, aunque si mejoraron un poco, ya que el conjunto maño obtuvo 11 victorias, siete empates y cinco derrotas, todo ello incluyendo los playoffs. De momento y en la nueva temporada 2015/2016, el plantel dirigido por Ranko Popovic lleva un balance de una victoria y dos derrotas con tan solo tres partidos disputados, lo que hace que todavía no se pierda la esperanza en el seno del club y el equipo tenga tiempo para cambiar y dar un giro de 360º a esta situación, una situación que debe cambiar para que el Real Zaragoza vuelva a dar a La Romareda la categoría que se merece y con ello, ocupar los puestos de cabeza de una categoría en la que el factor de local siempre influye de manera decisiva.

Ser fuerte en casa para ser un candidato al ascenso

Para poder lograr un billete de vuelta a Primera División, el Real Zaragoza debe aplicarse primero en las tareas de casa, ya que todo equipo que ha logrado ese pasaje para ascender a la categoría de oro del fútbol español ha hecho de su campo un lugar inexpugnable en el que sacar algo de provecho resultaba casi un milagro. Por ejemplo si se repasan los datos como local de los últimos tres equipos que lograron el ascenso son muy distintos a los cosechados por el equipo maño en las últimas campañas. En el caso del líder de la última temporada, el Betis logró 14 victorias, tres empates y cuatro derrotas, en segunda posición, el Sporting cosechó 14 victorias, seis empates y tan solo una derrota, y por último, la UD Las Palmas que precisamente venció en el último duelo de playoffs al conjunto maño y logró el ascenso gracias a esa eliminatoria, acumuló 16 victorias, cinco empates y solamente dos derrotas.

Así que o los pupilos de Popovic se ponen las pilas o el conjunto maño tendrá muy complicado el cumplir con el objetivo que se marcó al inicio de la temporada. No obstante, el Real Zaragoza no debe agobiarse, ya que todavía dispone de tiempo suficiente para convertirse en un bloque difícil de ganar, para poner la base y los cimientos que hagan del Real Zaragoza un equipo incómodo y sobre todo, en hacer de La Romareda un fortín, donde se vea buen fútbol y de donde la afición zaragocista salga feliz y con la convicción de que su equipo está preparado para luchar y alcanzar los primeros puestos de una Liga de la que un club como el maño debe salir cuanto antes.