La mala racha de resultados que arrastra el Real Zaragoza tiene muchos causantes. El juego del equipo no es el que se esperaba pese a la mejoría vista en la primera parte frente al Lugo. El equipo de Popovic tiene problemas serios a la hora de combinar arriba y de mantener cierta regularidad en su juego, pero una de las cosas que más preocupa a día de hoy es la falta de gol que sufre el equipo.

Más 280 minutos sin anotar un gol lleva el conjunto blanquillo, desde que Jorge Díaz anotara el gol del empate ante el Leganés en el minuto 71 de partido. Desde entonces, frente a Córdoba, Osasuna y Lugo el Zaragoza no ha sido capaz de hacer llegar el balón a la red.

Tras seis jornadas de liga disputadas, el conjunto aragonés suma cinco goles a favor, siendo el segundo equipo menos anotador de la categoría, solo superado por el Mallorca (dos goles a favor), y empatado con otros cinco equipos (Llagostera, Bilbao Athletic, Valladolid, Córdoba y Lugo). La temporada pasada, dirigido por Víctor Muñoz en aquel entonces,  el equipo llevaba la misma cifra a esta altura de la temporada, pero la exigencia en este curso es mayor, habiendo declarado el ascenso como objetivo pero muy lejos en la tabla de los puestos de cabeza.

El balón parado

Lo que sí ha quedado claro es que el Real Zaragoza tiene mucho potencial a balón parado. Cuatro de los cinco goles anotados se han iniciado en córners o faltas. Cabrera, con dos tantos, es hasta ahora el máximo anotador del equipo, siendo también el mayor activo en los balones parados que lanzan tanto Pedro como Jaime. Wilk también anotó un gol de cabeza en la segunda jornada, y el gol de Jorge Díaz ante el Leganés llegó tras una falta lanzada por Pedro y la posterior jugada.

El gol restante lo anotó Ángel, con un gran remate frente al Almería. El delantero parece ser el encargado de llevar los galones en el ataque zaragocista, pero de momento no ha asumido esa responsabilidad con goles. A nivel de movimientos, trabajo y desmarques, tanto de apoyo como de ruptura, hay pocas cosas que reprocharle a Ángel, que donde ha fallado ha sido de cara a puerta, pese a haber mostrado recursos a la hora de rematar de diferentes modos. La ocasión fallada en el inicio del partido frente al Lugo fue una de las más claras de la temporada, pero al delantero le faltó tranquilidad a la hora de definir.

La otra opción para el ataque zaragocista es Ortuño, que hasta ahora se ha tenido que conformar con pocos minutos saliendo desde el banquillo. El delantero no ha terminado de aprovechar esas oportunidades, siendo muy poco participativo en el juego y errando en algunas decisiones.

Respecto a las llegadas desde segunda línea, Jaime, Hinestroza o Pedro han probado remates desde zonas bastante lejanas sin fortuna, y a los dos primeros, especialmente a Hinestroza, muchas veces prefieren regatear antes que disparar a puerta. Por su parte Pedro ha dispuesto de algunas ocasiones claras, como las del primer partido frente al Mirandés. Con el cambio de esquema, se pudo observar que Diamanka puede aportar también llegada, aunque eso no se traduce en gol. Tanto desde segunda línea como desde la delantera se hay que enmendar esta mala racha por la que pasa el equipo de cara a gol, solo así se conseguirá olvidar las cifras logradas el año pasado por Borja Bastón, Willian José o Eldin.