El de la delantera era un asunto que se presentaba peliagudo en el Real Zaragoza este pasado verano. La más que notable actuación de Borja Bastón, a lo largo de toda la temporada pasada, y de William José, en el último tramo de la misma, ponían en un aprieto al Real Zaragoza cuando el club maño supo de la no continuidad de ambos para el curso actual. El objetivo de incorporar al menos dos delanteros de nivel que contrarrestaran sus ausencias se antojó fundamental en la planificación veraniega de Ángel Martín González.

Los elegidos; Ángel Rodríguez, que rescindió contrato con la SD Eibar, y Alfredo Ortuño, cedido desde la UD Las Palmas, se enfrentaban a una dura papeleta para hacer olvidar a los anteriormente nombrados. Un papel que dista mucho de ser conseguido por Ángel y Ortuño, quienes hasta este pasado fin de semana tan solo sumaban 1 gol en 6 jornadas de liga, logrado por Ángel ante la UD Almería en la segunda jornada (recordemos que el “pichichi” del equipo sigue siendo Leandro Cabrera, quien consiguiera dos tantos en las dos jornadas iniciales).

La de este sábado ante el Deportivo Alavés se planteaba como una ocasión de lujo para que Alfredo Ortuño anotara su primera diana en competición oficial con el Real Zaragoza e iniciara ese idilio que se espera que establezca con el gol. La Romareda fue testigo de excepción de la primera titularidad del delantero murciano con la elástica zaragocista, y los allí presentes pudieron asistir a la consecución de tan esperado hecho. Ese gol llegó, y además no pudo hacerlo en mejor momento.

Con el Real Zaragoza tremendamente necesitado de puntos y de victorias, ante el Deportivo Alavés no valía otro resultado que no fuera la victoria. Alfredo Ortuño se encargó de certificar que así fuera. En el minuto 44 de partido, un balón lateral centrado desde el costado derecho por Freddy Hinestroza fue desviado por el murciano al interior de la portería del conjunto vasco. Un gol que sirvió, como se dice comúnmente, para “matar dos pájaros de un tiro”. Sirvió para dar esos necesarios tres puntos para el Real Zaragoza, tras unos partidos en los que los de Ranko Popovic no ofrecían una buena versión, y anotar ese primer gol en el casillero del ariete cedido por la UD Las Palmas.

Que sea el primero de muchos. Esa es la intención clara y manifiesta de Alfredo Ortuño y la afición y cuerpo técnico del Real Zaragoza. El conjunto blanquillo tiene la imperiosa necesidad, conocida ya de sobra su situación económica, de ascender esta temporada a Primera División. Para tal empresa, se hace imprescindible la aportación goleadora de los arietes y jugadores más ofensivos de los de Popovic. Ortuño ya ha abierto la lata.