El Real Zaragoza consiguió acabar con la maldición del Carlos Belmonte donde no conseguía una victoria desde hace casi 20 años y suma su primera victoria de la temporada fuera de casa. El conjunto aragonés sumó los tres puntos ante el Albacete Balompié en un partido muy serio de principio a fin. Ya en la primera parte mandaban los aragoneses en el marcador con los goles de Diamanka, Ortuño y Rico, en los minutos finales de la segunda parte encajarían el gol de Rubén Cruz. Ese gol del Albacete Balompié acabó con la racha de imbatibilidad goleadora que tenía el equipo desde hacía dos jornadas. Con esta victoria, el equipo zaragocista se encuentra en séptima posición de la tabla clasificatoria con 12 puntos. 

El encargado de arbitrar el partido fue Figueroa Vázquez (Comité Territorial Andaluz) acompañado por Baena Espejo (Comité Territorial Andaluz) y Aboy Rivas (Comité Territorial de Las Palmas), sus asistentes; Bosch Domenech (Comité Territorial Valenciano), como cuarto árbitro y Lesma López (Comité Territorial Madrileño), delegado-informador. Jesús Granel, exárbitro aragonés, analiza el arbitraje donde solo hubo una jugada que pudo dar que hablar: 

1. Expulsión de Jason por doble tarjeta amarilla

Análisis de Jesús Granel

Errores Buen arbitraje de Figueroa Vázquez con pocos errores de apreciación.
Aciertos El colegiado acertó expulsando a Jason por doble tarjeta amarilla. Ambas amonestaciones fueron justas: la primera, por discutir con un contrario llegando a empujarlo; y la segunda, por zancadillear y derribar a un contrario en la disputa del balón. 
Reparto de tarjetas y actitud

Curiosamente, el colegiado andaluz solo mostró dos tarjetas en todo el encuentro y fueron ambas para el mismo jugador. 

A pesar del resultado, mantuvo siempre la misma intensidad y el mismo criterio. Ejerció siempre el control del encuentro y solo necesitó mostrar dos tarjetas para cortar de raíz cualquier atisbo de juego duro. Muy bien auxiliado en las bandas.

Nota final 7