Los despertares no suelen ser agradables. Y el Zaragoza el domingo despertó, o le despertaron mejor dicho. Un sueño conciliado en la jornada 6 y que ya había durado demasiado. Paradójicamente, este empezó con dos derrotas consecutivas e inesperadas en la arena maña ante Córdoba y Osasuna respectivamente. Pedro Ríos y Nino se encargaron de romper la sonrisa de las bufandas blanquillas que entraban a La Romareda ilusionadas. No obstante, este toque de atención sirvió para estar las siguientes siete jornadas sin perder, logrando 15 puntos de 21 posibles. Por su parte, Cabrera, Ais Reig y Manu del Moral, nublaron esa luz en forma de racha que apuntaba muy alto.

Tres derrotas importantes

Real Zaragoza 0  Córdoba 1

Las estadísticas daban como favorito al Zaragoza. Aparentaba ser un partido atractivo, con buenos jugadores en ambos conjuntos y un juego fresco para animar el sábado. Sin embargo, varapalo. Los andaluces dominaron el encuentro de principio a fin. Las tímidas intentonas locales, cuya interpretación no invitaba al optimismo, no fueron suficientes. Y el gol de Pedro Ríos en el 16', con un disparo de fuera del área que sorprendió a todos, supuso una roca inamovible en el camino.

Real Zaragoza 0 Osasuna 1

Tocaba ganar. El Zaragoza había perdido su primer partido de la temporada en la jornada anterior y qué mejor ocasión para apagar fuegos en el derbi. Pero resulto ser una calcomonía del encuentro frente al Córdoba. Pasividad, ritmo cansino y como puntilla, Nino. A mitad de la primera parte, el almeriense adelantó a los rojillos y sentenció el partido. Los maños, sin eficaz reacción y con un pobre juego, sucumbieron en lo que predecía ser una reivindicación.

Real Zaragoza 0 Valladolid 2

Como dijo Popovic en el postpartido, fue un encuentro "raro" y una derrota "circunstancial". En el minutos 2 de cada parte la mala suerte se cebó con los locales. Cabrera en propia hizo el primero para los vallisoletanos. La falta de intensidad en los guantes de Manu Herrera también contribuyeron al desastre del principio. Los zaragocistas, con más corazón que sentido, lo intentaron todo. Pero un protagonista inesperado se coló para hundir la esperanza. El colegiado se inventó un penalti nada más empezar la segunda mitad, que no desaprovechó Manu del Moral para poner el 0-2. Los maños pusieron toda la carne en el asador pero el premio no llegó.

No se trata de ninguna maldición ni nada por el estilo. El conjunto aragonés ha demostrado que sabe y puede ganar en su campo. Lo preocupante es que los tres visitantes que han ganado son favoritos para subir a Primera. Sin embargo, rivales como Almería, Alavés, Tenerife y Elche han caído con facilidad (excepto Almería) en Zaragoza. Tampoco se le puede reprochar actitud a los blanquillos. ¿Presión? ¿Tiempo? ¿Bajas? Nada de eso. Suena a cuento, pero la suerte también ha dado la espalda al Real Zaragoza. Eso es verdad, aunque no es excusa. ¿Soluciones? Apretar los dientes y seguir. 

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Jesús López
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