Dura derrota del Real Zaragoza. El equipo de Carreras no supo en ningún momento como jugarle al Mirandés, sin aprovechar las debilidades que ofrecía su sistema. Pese a que los visitantes no fueron demasiado superiores, el Zaragoza nunca mostró signos que invitaran a la remontada.

Planteamiento inicial

La baja de Rico en el lateral izquierdo implicaba cambios desde el inicio. Carreras apostó por desplazar a Cabrera hacia el lateral izquierdo, incluyendo a Rubén en el centro de la zaga junto a Vallejo. Isaac ocupó el lateral derecho, pero su repentina lesión hizo que Vallejo pasara a esa posición, volviendo Cabrera al centro de la zaga y con el canterano Nieto ocupando la banda izquierda.

Por otro lado, Ángel volvió a ser titular en la punta de ataque. Acompañado por Pedro e Hinestroza, el delantero anotó el gol zaragocista y fue uno de los más activos en la primera mitad. En el centro del campo se mantuvieron Morán, Dorca y Diamanka, mientras Sergio Gil volvía a esperar su oportunidad desde el banquillo.

La batalla táctica

Si algo destaca de este Mirandés es el sistema de juego que utiliza. Un extraño 3-3-3-1 que en ocasiones cuesta ver sobre el césped. Un sistema valiente, que implica muchísima coordinación y trabajo por parte de todos los jugadores y que puede observarse en las fases defensiva y ofensiva en la imagen de abajo.

En la parte izquierda se observa el sistema del Mirandés en fase ofensiva, con los jugadores de la línea de mediapuntas muy abiertos entre ellos, y formando un rombo en el centro del campo, generando superioridad ante el sistema propuesto por Carreras. Un 4x3 que terminó siendo clave en el encuentro.

En la parte derecha se observa el sistema del Mirandés en fase defensiva. Las tres líneas de tres jugadores recuperan sus posiciones centradas, se retrasan y cierran filas buscando tapar en todo momento toda la zona central, dejando siempre a un nueve fijo arriba. De nuevo existe superioridad de los visitantes en el centro del campo.

Superioridad en el centro del Mirandés

Esas superioridades generadas por el sistema del Mirandés en el centro del campo ahogaron por completo a los centrocampistas zaragocistas. El equipo visitante cedió las bandas a cambio de asegurar la zona central. Las dos líneas de tres jugadores del medio del Mirandés (6 jugadores) presionaban a los laterales zaragocistas, el pivote y a los dos interiores (5 jugadores). 

El trabajo de basculación de esas dos líneas les permitía llegar a ambas bandas, pero siempre tapando las líneas de pase hacia el centro. Este trabajo, sumado a uno de los días más grises de Morán en la creación, impidió al Zaragoza salir por dentro en ningún momento, ni asentarse en campo contrario mediante una consecución de pases en el centro.

El Zaragoza de los extremos

El sistema del Mirandés, sin embargo, le ofreció unas ventajas al Zaragoza que no supo aprovechar. La primera de ellas eran los espacios a la espalda de los mediocentros del Mirandés. Con la fuerte presión que realizó el conjunto visitante, cada vez que el Zaragoza estiró el campo se crearon espacios tras el pivote del Mirandés. Sin embargo, Dorca y Diamanka estuvieron desaparecidos y solo Ángel apareció, en contadas ocasiones, en esa zona.

La otra ventaja que se le generaba al Zaragoza llegó en las bandas. El Mirandés cedió por completo los dos costados, donde Pedro y sobre todo Hinestroza en la primera mitad tuvieron espacio para correr. A través de ese desborde por banda llegó algún centro peligroso, pero al Zaragoza le faltó poder rematador en el área. En ese Zaragoza donde solo los extremos producían cierto peligro creció Hinestroza, que mejoró sus prestaciones pese a que fue menos participativo en la segunda mitad.

Además, el Mirandés corría el riesgo de dejar duelos igualados en fase defensiva. Mientras presionaban arriba, atrás dejaban apenas tres jugadores con los tres atacantes zaragocistas. El Zaragoza no aprovechó demasiado esto buscando el 2x1 con caídas de Ángel a banda ni realizó muchos desmarques a la espalda de los tres defensas visitantes.

El rombo y el peligro de Lago Júnior

A la hora de atacar el Mirandés si situaba en algo más parecido a un 3-4-3, con un rombo en el centro del campo, que se situaba muy abierto para obligar a Diamanka y Dorca a abrirse y generar un espacio interior donde su pivote recibió con comodidad una y otra vez. Sin ser un equipo capaz de dominar a partir del balón, el Mirandés si tuvo una opción fácil para llevar el balón a campo contrario y a partir de ahí buscar a sus extremos.

Fue Lago Júnior el que más peligro llevó. Su velocidad y desborde produjeron en todo momento ventajas para el Mirandés cuando se veían apretados. Nieto sufrió la influencia del extremo nada más entrar, aunque está decayó con el paso de los minutos. No le ayudó al lateral la poca implicación de Hinestroza en el repliegue, aunque es cierto que cuando el colombiano llegaba a línea de fondo era Dorca, desaparecido, el que debía ayudar en la cobertura.

Carreras cambió a un 4-4-2 sin éxito

Es curioso como teniendo probablemente mayor potencial aéreo que en la mayoría de partidos con Rubén, Vallejo y Cabrera, fue el Mirandés el que dominó por completo el balón parado, llevando mucho peligro e intranquilidad en cada acción.

El segundo gol del Mirandés hizo mucho daño al Real Zaragoza. Viendo las dificultades para controlar el balón por culpa de las constantes imprecisiones de los jugadores y la falta de espacios, Carreras apostó por un cambio de sistema. El entrenador zaragocista puso un 4-4-2 sobre el césped, con Ángel y Dongou en punta, Gil y Morán en el centro del campo y Diamanka tirado a la banda derecha.

Pese a que por momentos pareció que entre Gil y Morán conseguían aportar algo de criterio, el Zaragoza perdió por completo el partido tras el cambio de esquema. El Mirandés se apoderó definitivamente del centro del campo y mantuvo la presión sobre el Zaragoza, lo que obligó en muchas ocasiones a buscar en largo a un activo e implicado Dongou, que apenas pudo dejar detalles de lo que puede aportar.

El Zaragoza se vio superado y en la parte final no mostró signos de ambición para mejorar el resultado, más allá del pundonor de Vallejo y Cabrera. Las bajas para la siguiente jornada, unido a los malos resultados, podrían traer cambios significativos tanto en el sistema como en el once. Los jugadores no se han adaptado a lo buscaba, en un principio, Carreras, y el equipo todavía necesita mejorar. No le ayudara un calendario que se vuelve exigente.

Fuente de las imágenes: LFP​