El Real Zaragoza llegaba a Tenerife con la ilusión de llevarse los tres puntos y rentar los resultados a favor que se habían dado en los partidos del sábado. No obstante, desde el principio se pudo ver que el juego apático de ambos pondría un punto más de dificultad. Al final, empate a cero y los maños acabaron pidiendo la hora. Un punto positivo para seguir sumando de cara al ascenso.

Carreras optó por suplir la baja de Cabrera desplazando a Rico al centro de la defensa y poniendo a Abraham en el lateral, que además portaba el brazalete de capitán. Planteamiento ofensivo para enfrentarse a un Tenerife con la moral por las nubes en el Heliodoro. Sin embargo, el conjunto blanquillo no encontró su juego en todo el partido y rescató un punto que nadie lo veía claro. Lo mejor del partido fue el resultado, ya que los canarios tuvieron oportunidades claras para llevarse la victoria.

Sin nada que objetar

El juego de ambos en los primeros minutos vaticinaba un partido de idas y venidas, con las bandas muy abiertas y con la posibilidad de hacer peligro fácil. El que cometiese un error lo pagaría. Avisó primero el Tenerife, tras un buen pase de Javi Lara desde el costado izquierdo que Nano no pudo transformar. Poco a poco se fue tranquilizando el fútbol que se practicaba en un campo en condiciones cuestionables. El Zaragoza era el dueño del balón, pero las imprecisiones en el centro del campo dejaban al Tenerife muy cómodo sobre el césped.

Ángel fue el primero en rematar a puerta en el encuentro. La jugada perdida de Pedro en banda y un error del defensa tinerfeño dejó en bandeja y solo contra el portero al delantero canario, pero su disparo flojo fue fácil para el guardameta local. El Zaragoza era mejor y todo el juego se desplegaba en el campo del Tenerife. Buena noticia para los zaragocistas, que gobernaban el partido sin demasiados problemas. La conexión de Javi Ros con Pedro era lo más destacado del ataque maño. Por su parte, el Tenerife buscaba fortuna en las contras para hacer daño a los visitantes, pero Guitián desbarataba cualquier intención.

Llegando a la media hora, cambiaban las tornas. Suso llevaba balones al área aragonesa por la banda de Abraham, que acusaba la falta de minutos y no estaba muy rápido. La comodidad del Zaragoza inicial se veía mermada por los numerosos ataques del Tenerife, que empezaban a dar algún susto a Manu Herrera con los disparos de Omar. Campins se llevaba la primera tarjeta del partido, sinónimo de esa incomodidad defensiva. 

Culio y Erik Morán desaparecidos en combate

El Real Zaragoza perdió el centro del campo y el Tenerife intensificó su presión. De este modo, el partido cambió de dueño y el último cuarto de hora fue una constante tinerfeña. Un Zaragoza desestabilizado llegó al descanso con muchas cosas que mejorar, tarea de Carreras. El Tenerife, mucho mejor, aumentó la esperanza de sacarle los colores al conjunto aragonés.

Firmando tablas antes de tiempo

La segunda parte comenzó igual que terminó la primera. Primer disparo del Tenerife y el Zaragoza remando en su propio campo. Erik Morán continuaba sin aparecer y Culio tampoco ofrecía soluciones en el centro del campo. Javi Ros aparecía de vez en cuando en zona ofensiva, pero tampoco era la alegría de la huerta. Nano continuaba siendo un dolor de cabeza para la defensa blanquilla y Javi Lara se comía a los tomates en zona de tres cuartos. Manu Herrera seguía interviniendo bien, pero bastantes veces. Al Zaragoza le hacía falta Sergio Gil en el campo, y el canterano ya salía a calentar junto a Doungou.

El Zaragoza se empezaba a animar y el Tenerife caía  en retirada a su campo dejando a Nano muy solo en la presión. No obstante, los maños llegaban sin peligro alguno, pero en estas llegaría la más clara del Tenerife tras un saque de esquina. Carreras introducía frescura en ataque sacando a Doungou en sustitución de Ángel, pitado por su antigua afición. A la media hora de la segunda mitad las cosas seguían igual. Sin dueño y con jugadas aisladas para ambos que podía ser letales en estos minutos. Sergio Gil sustituía a Javi Ros con el objetivo de tener más el balón y llegar con más intención al área local. También saltaría al campo Dorca por Erik Morán, que se retiraba lesionado tocándose en la zona de los isquiotibiales.

Los córners a favor del Tenerife se sucedían y era Rico el que salvaba a los maños de la criba. Abraham no se quedaría atrás y sacó un balón en la línea de gol tras otro saque de esquina local. Arrasaba el Tenerife en ataque y el Zaragoza, a la defensiva, andaba sin destino y firmando ya el empate. Cuatro minutos de añadido marcaba el cartelón. Tocaba sufrir para ambos equipos, unos por marcar y otros por no recibir. El final del partido era inminente y el Zaragoza se conformaba con el punto. Lo mejor era el resultado para los aragoneses que verían como el trencilla pitaba el final casi en su área. Punto de plata en el Heliodoro para el Zaragoza, que buscará hacerlo bueno la semana que viene en La Romareda ante el Girona.

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Jesús López
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