El Real Zaragoza ha caído derrotado en su estadio frente a un Girona que realizó la misma hazaña en La Romareda que el año pasado. De nuevo, tres goles de diferencia sobre los blanquillos en el resultado, que han tropezado en un mal momento. Los aragoneses eran conscientes de la importancia de este partido ante un Girona crecido por sus méritos. La media inglesa de la que se hablaba en la previa, empatar fuera de casa y ganar como local, debía seguir su curso para continuar creyendo. El resultado del encuentro matinal entre dos rivales directos obligaba, aún más si cabe, a lograr una victoria, que no pudo ser.

Jugadores de ambos equipos saltaban al terreno de juego para realizar el calentamiento previo a los partidos. 

Alineación del Real Zaragoza: Manu Herrera; Campins (Dongou, min.69), Guitián, Cabrera, Rico; Javi Ros, Dorca (Abraham, min.36), Culio; Pedro (Lanzarote, min.53), Ángel e Hinestroza. 

Alineación del Girona FC: Becerra; Javi Álamo (Sebas, min.67), Lejeune, Alcalá, Kiko Olivas, Clerc; Alcaraz, Eloi Amagat (Pol Llonch, min.76), Borja García; Mata (Lekic, min.70) y Christian Herrera.

Antes del pitido inicial, se guardó un minuto de silencio en memoria de los atentados en Bruselas y por Johan Cruyff.

Los dos equipos salieron muy intensos y con las ideas claras. El dibujo de ambos entrenadores era claro, pero la presión de ambos conjuntos limitaba un juego cristalino. El Zaragoza intentaba tener el balón pero la salida del Girona a la contra ponía en ligeros aprietos a la defensa local, que tuvo que defender los tres primeros córners del partido. 

El centro del campo volvía a ser la llave para marcar las diferencias y el trivote de Carreras estaba más fino que otros días. Así llegaron las primeras ocasiones zaragocistas, que los gerundenses paraban con faltas cerca de su área pero eran desaprovechadas por los locales.

Por medio de Hinestroza La Romareda empezaba a disfrutar. Javi Ros era la intensidad en persona aunque le iba a costar la primera amarilla a los 20 minutos. Los visitantes seguían llegando y el partido parecía que se partía por momentos. El más perjudicado de esto sería el Zaragoza. En un saque de esquina el Girona logró adelantarse tras un fallo de la defensa aragonesa. Mata remató a bocajarro un balón sin dueño dentro del área pequeña complicando las cosas en la soleada tarde zaragocista. 

Para más inri, el colegiado mandaría al vestuario por medio de roja directa a Cabrera, que no midió bien su entrada sobre Amagat y se fue consciente al vestuario y sin reproches. 

Malabares tenía que hacer Carreras para arreglar el desaguisado que se había montado en pocos minutos en el campo. Dorca retrasaba su posición dejando a Ros y Culio emparejados en el medio campo. El argentino sería protagonista cinco minutos después cometiendo un fallo garrafal en el centro del campo. Una absurda pérdida de balón le costó el segundo gol a su equipo. 

El primer cambio del Zaragoza por la expulsión de Cabrera fue Albert Dorca. Abraham fue el sustituto del catalán y Rico volvía al centro de la defensa como en los partidos anteriores. El partido estaba casi imposible para los intereses blanquillos, que dejó frío hasta el Sol que iluminaba el césped. 

Dos minutos prolongaba el árbitro una trágica primera parte. El Girona había jugado muy cómodo durante los primeros 45 minutos y no hizo ascos a los errores de un Zaragoza, que llegaba al descanso casi muerto al descanso. Mucho tendrían que cambiar las cosas para volver a orientar el rumbo del partido. La grada despedía con una sonora pitada al cuarteto arbitral, cuyas decisiones no habían gustado nada. 

Tocaba machada. El Zaragoza salió bien, con el orgullo que le caracteriza pero con un efectivo menos y eso se nota mucho en esta categoría. El Girona, igual de bien plantado en el campo que en la primera parte y mucho más tranquilo.

Lanzarote entró al campo por  un desaparecido y cuestionado Pedro a los cinco minutos de comenzar. El árbitro seguía a lo suyo y el carrusel de tarjetas para los maños no cesaba, otros corrían mejor suerte. Hinestroza era el siguiente en ser amonestado.  

Por su parte, el Girona continuaba llegando a puerta ajena. Lanzarote dio un toque de frescura y rigor al ataque zaragocista. Ángel tuvo el primero, pero Becerra repelió un buen disparo del canario dentro del área. Otra amarilla para los locales, esta vez para Ángel. 

El conjunto aragonés lo intentaba y el protagonista de la suerte del Girona, que en la primera parte había sido el propio Zaragoza, en la segunda sería Becerra. El guardameta realizó otro paradón tras un centro desde el costado izquierdo. Campins se retiró lesionado y el entrenador zaragocista, sin nada que perder, introdujo madera ofensiva por medio de Dongou. 

La tercera ocasión del Zaragoza se fue al palo. Hinestroza remató de cabeza pero la suerte hoy daba la espalda a los aragoneses. En los mejores minutos de los locales, el Girona sentenció. El Zaragoza volcado, se olvidó de Lekic que andaba en el medio campo. El delantero visitante no perdonó y batió a un Manu Herrera vendido atrás. 

El tiempo se consumía y los tres puntos ya tenían dueño. No obstante, el Zaragoza seguía poniendo interés en hacer el gol del honor sin éxito.  

Sin más, llegó el final del partido, caras largas para despedir una semana que se antojaba ilusionante en Zaragoza pero que esta vez no pudo ser. Los maños pierden una buena oportunidad de continuar la feliz escalada y el Girona se acerca un poco a cotas más altas. 

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