Victoria merecida del Real Zaragoza ante un Bilbao Athletic al que le pudo la presión e inexperiencia. Lanzarote abrió la lata en la primera parte y Diamanka desatascó un encuentro que se dormía por momentos. El colista no ha puesto las cosas nada fáciles a los aragoneses. Tras el encuentro de hoy, los maños son cuartos en la clasificación con 59 puntos.

La necesidad puede con la inocencia 

Con las mismas intenciones de siempre se presentaba el Zaragoza en su antepenúltimo partido en La Romareda esta temporada. Hinestroza y Lanzarote recuperaban las bandas tras ser baja en Ponferrada y Culio regresaba al centro del campo. El rival a doblegar era el último clasificado, un Bilbao Athletic que salió al césped con su debido respeto a los maños, no miedo. A los cinco minutos, como era de esperar, ya mandaba el Zaragoza y las primeras ocasiones empezaban a llegar. Primero un córner y luego otra volea de Dongou, que evocaba en muchas mentes el golazo de hace dos jornadas, pero que esta vez se fue a las nubes. Javi Ros y el camerunés volvían a probar desde fuera pero el esférico se marchaba fuera.

El encuentro, muy abierto, facilitaba ocasiones para ambos y el filial bilbaíno también quería dar el susto. No obstante, eran los locales los dueños del balón y desde fuera parecía que lo tenían controlado. Hinestroza hacía de las suyas por la banda izquierda y levantaba los ánimos de un público que se enfriaba por momentos. Cuestiones meteorológicas.  La defensa zaragocista ponía los primeros “peros” de la tarde-noche. Despistes e imprecisiones traducidas en pérdidas de balón cerca del área, que hacían emplearse más de la cuenta a Manu Herrera. Los cachorros del Athletic se hacían con el medio campo, o más bien, los maños lo perdían. Se empezaba a ver otro partido diferente desde la grada.

El premio a la insistencia inicial llegó en el momento más adecuado

Y en estas, el guante en la bota de Lanzarote y el desparpajo de Ros en los últimos metros convirtió las dudas en alegría. El centrocampista todoterreno dejó solo al extremo madrileño ante Remiro, poniendo la pelota con rosca pegada al poste, justo como mandan los cánones. 1-0 a favor y el Zaragoza quería más. Dongou la tuvo para hacer el segundo un minuto después del primer zarpazo. Por su parte, Cabrera también haría emplearse al máximo a Remiro tras un cabezazo bien dirigido que fue desviado por el guardameta. La primera media hora se antojaba divertida e imprevisible. Lanzarote destacaba y hacía destacar al resto.

El Zaragoza se gustaba y una rabona de Erik Morán  junto a alguna filigrana de Ros desquiciaba a más de uno. En medio de esa intensidad postrada por los blanquillos llegó la primera amarilla de estos. Culio, para no variar más de lo normal, fue el receptor de dicha cartulina. Sin embargo y pese al carrusel de casi goles zaragocistas, el conjunto visitante se hacía notar en área rival. La defensa aragonesa bien sabía que nada estaba hecho, ya que en más de un aprieto se veía. El encuentro se fue al descanso con lluvia y con una amarilla a Guitián, que le impedirá disputar el siguiente partido.

Diamanka desatasca la apática segunda parte

La segunda mitad arrancó con un gol bien anulado al Bilbao Athletic. Nada preocupante para el Zaragoza, que buscaba el segundo y golpeaba varias veces seguidas en el muro rojiblanco. La versatilidad de Aketxe insuflaba de ánimo a los vascos, que disfrutaban de ocasiones para hacer el empate. Carreras movía ficha y retiraba a Culio, que había estado regular, para dar entrada a Pape Diamanka, que venía haciendo muy buenos minutos en anteriores encuentros. Un cambio necesario para despertar la inoportuna cabezada blanquilla tras la reanudación.

El conjunto aragonés empezó a abrir los ojos y a los visitantes les pesaba ya el encuentro. No obstante, seguía sin ocurrir nada en el campo. El partido se ponía brusco y el colegiado se metía la mano al bolsillo para evitar que se le complicase en algún momento. El Zaragoza esperaba atrás para matar a la contra pero arriba estaba lento y con pocas ideas. Diamanka había entrado para cambiar las cosas y él mismo se encargó de poner la puntilla con el 2-0. Isaac Carcelén dribló por línea de fondo a varios contrarios y con un pase atrás, dejó solo al centrocampista senegalés para que batiera a Remiro. Tranquilidad.

Manu Lanzarote se retiró en sustitución de Tarsi. Doce minutos le dejaba Carreras al canterano zaragocista para poner la pausa y cerrar el partido. Los del Cuco Ziganda no le perdían la cara al partido pese al mazazo. El “Volveremos a Primera” retumbaba en el feudo blanquillo y aunque el equipo no había jugado bien, el premio era el mismo. El partido, visto para sentencia, se apagaba con una ola en la grada de La Romareda. Hinestroza se marchaba ovacionado y Abraham se miraba los tacos para saltar al césped. Ahora el himno. En definitiva, tres puntos más y con alguna agradable sorpresa en el resto de marcadores de cara al ascenso directo. Siguiente parada: Los Pajaritos.